Destruyendo ilusiones

Yo, como tantos otros ciudadanos estamos siendo víctimas de “empresas Timo”. Publican ofertas de trabajo en las que se precisan promotores, azafatas y formadores de marketingdirecto.

Mandas tu currículo y el día siguiente te llaman diciendo que has sido seleccionado y te citan para una entrevista, y tú das un salto de alegría. Al día siguiente vas a la oficina, te hace pasar el “gerente” y te vende que es una empresa joven que hace campañas de marketing directo en la cual trabajarás ocho horas y tendrás un sueldo fijo más dietas. Al final de la entrevista el g...

Yo, como tantos otros ciudadanos estamos siendo víctimas de “empresas Timo”. Publican ofertas de trabajo en las que se precisan promotores, azafatas y formadores de marketingdirecto.

Mandas tu currículo y el día siguiente te llaman diciendo que has sido seleccionado y te citan para una entrevista, y tú das un salto de alegría. Al día siguiente vas a la oficina, te hace pasar el “gerente” y te vende que es una empresa joven que hace campañas de marketing directo en la cual trabajarás ocho horas y tendrás un sueldo fijo más dietas. Al final de la entrevista el gerente te dice que hay muchos candidatos y que, si eres seleccionado, te llamarán. El mismo día te llaman y te dicen que les has gustado mucho y que el puesto es tuyo. Te citan para un día de prueba; entonces una emoción indescriptible apodera tu cuerpo. Tras ese día de prueba te informan de que no has cumplido los objetivos y te dicen que si quieres te pueden hacer un contrato mercantil (autónomo) y que vas a cobrar según vendas. Es decir, nada de lo que te habían prometido anteriormente.

Resultado final: trabajas el día de prueba sin cobrar nada, luego te dicen que tienes que vender para poder cobrar una miseria y encima con un contrato mercantil, por lo que no cotizarás a la Seguridad Social. Han destruido toda aquella ilusión que tenías.— Ekaterina Mosaleva.