Cartas al director

La experiencia del aborto

Me considero aspirante a cristiano y asisto a la eucaristía con frecuencia los domingos, pero no a cualquier iglesia. Todavía me acuerdo con vergüenza y rabia cuando, estando en Londres con mi esposa, fuimos a cenar una noche a un restaurante español y lo encontramos prácticamente lleno de jóvenes españolas, acompañadas de familias o amigas, que habían ido allí a abortar.

Era el año 1986. Sentimos una gran tristeza al ver allí a esas jóvenes, muchas de ellas llorando y lejos de su país, movidas por un drama interno, muy personal, solo ellas sabían el porqué de sus decisiones. No hablamo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Me considero aspirante a cristiano y asisto a la eucaristía con frecuencia los domingos, pero no a cualquier iglesia. Todavía me acuerdo con vergüenza y rabia cuando, estando en Londres con mi esposa, fuimos a cenar una noche a un restaurante español y lo encontramos prácticamente lleno de jóvenes españolas, acompañadas de familias o amigas, que habían ido allí a abortar.

Era el año 1986. Sentimos una gran tristeza al ver allí a esas jóvenes, muchas de ellas llorando y lejos de su país, movidas por un drama interno, muy personal, solo ellas sabían el porqué de sus decisiones. No hablamos con ninguna, pero la información del camarero fue suficiente. Nos marchamos después de una cena llena de vergüenza e indignación como españoles, al ver cómo era posible que estas situaciones no se pudieran solucionar con las máximas garantías —de todo tipo— dentro de nuestro país.

Ahora parece que volvemos atrás, después de más de 25 años, gracias a la hipocresía y el fanatismo de unos cuantos que quieren imponer a los demás sus ideas, cuando no se está respetando la vida de los nacidos en la actual situación económica de recortes en ayudas para los más desfavorecidos, en la salud y en las necesidades elementales de todo ser humano.— José Antonio Zamora García.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

 

Archivado En