Cartas al director

Más deberes desde Bruselas

Cuando pensábamos —algunos todavía somos unos incrédulos— que las reformas habían acabado, la Unión Europea nos anuncia nuevos deberes por valor de 35.000 millones de euros.

No sé dónde piensa el Gobierno meter ahora la tijera, desmantelado como está el Estado de bienestar. Pero si admiten una sugerencia de quien suscribe estas líneas les recomendaría que lo hicieran en el Estado autonómico, suprimiendo ayuntamientos y diputaciones y en la administración pública, eliminando asesores, coches oficiales, embajadas absurdas y, por supuesto, rebajando el sueldo de los políticos.

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Cuando pensábamos —algunos todavía somos unos incrédulos— que las reformas habían acabado, la Unión Europea nos anuncia nuevos deberes por valor de 35.000 millones de euros.

No sé dónde piensa el Gobierno meter ahora la tijera, desmantelado como está el Estado de bienestar. Pero si admiten una sugerencia de quien suscribe estas líneas les recomendaría que lo hicieran en el Estado autonómico, suprimiendo ayuntamientos y diputaciones y en la administración pública, eliminando asesores, coches oficiales, embajadas absurdas y, por supuesto, rebajando el sueldo de los políticos.

Naturalmente, también persiguiendo el fraude fiscal, la corrupción y acabando con los paraísos fiscales.

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A la clase media de este país no se le pueden pedir más esfuerzos de los que ya ha hecho. Muchos viven al límite porque la crisis se ha cebado en ellos con virulencia, perdiendo sus puestos de trabajo y sus casas, dándose la paradoja de tener que pagar la hipoteca sin tener la vivienda.

Rajoy tiene margen para recortar. El ahorro que supondría para el Estado eliminar todo ese gasto superfluo sería suficiente, no solo para reducir el déficit público, sino también para inyectar dinero donde más se necesita y que han sido las partidas más vulnerables durante esta crisis. Me refiero, claro está, a la educación y a la sanidad. Pilares esenciales de cualquier país civilizado.— Patricio Simo Gisbert. Valencia.

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