‘THE ECONOMIST’

Para detener la matanza

Puede que ahora el precio de la paz implique la participación de El Asad e Irán en una futura Siria

Los Gobiernos extranjeros insisten en que la diplomacia es la única respuesta a la guerra en Siria. Sin embargo, Lakhdar Brahimi, el respetado enviado de la ONU, pospuso el 5 de noviembre una conferencia de paz en Ginebra. Otro retraso más.

El fracaso plantea a los líderes occidentales un dilema brutal. Entre sus objetivos en Siria, destacan tres: un acuerdo para poner fin a la violencia, controlar el empeño de Irán por influir en la región y echar a Bachar el Asad. La amarga lección que deja Brahimi es que, en este momento, Occidente puede lograr el primer objetivo, o bien los otros do...

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Los Gobiernos extranjeros insisten en que la diplomacia es la única respuesta a la guerra en Siria. Sin embargo, Lakhdar Brahimi, el respetado enviado de la ONU, pospuso el 5 de noviembre una conferencia de paz en Ginebra. Otro retraso más.

El fracaso plantea a los líderes occidentales un dilema brutal. Entre sus objetivos en Siria, destacan tres: un acuerdo para poner fin a la violencia, controlar el empeño de Irán por influir en la región y echar a Bachar el Asad. La amarga lección que deja Brahimi es que, en este momento, Occidente puede lograr el primer objetivo, o bien los otros dos, pero no todos a la vez. (...)

Al principio de la revuelta, el apoyo occidental podría haber expulsado a El Asad. (...) Pero Occidente, y Barack Obama, se contuvieron. Ahora, después de 110.000 muertos en 30 meses de violencia, es demasiado tarde. Muchos rebeldes además han sucumbido al fanatismo suní. De ahí el argumento a favor de una negociación, aunque las posibilidades de éxito son lejanas. No tiene sentido insistir en condiciones que elevan el riesgo de fracaso. Por eso es esencial Irán, el país que más activamente financia la maquinaria bélica del régimen. (...)

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Si Irán debe implicarse, también El Asad. Los líderes occidentales exigen que deje el poder como precondición para negociar, pero cuando tuvieron oportunidad de echarlo, no lo hicieron. (...) Puede que ahora el precio de la paz implique la participación de El Asad e Irán en una futura Siria, al menos de momento. Son dos píldoras amargas. Pero el precio de más bravatas de Obama, de pretender que Occidente puede obtener lo que desea, será más vidas sirias perdidas.

Londres, 9 de noviembre

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