Estrategias ante el conflicto sirio
Personalmente no soy partidario del ataque a Siria, puesto que no creo que esa sea la solución a un conflicto que durante más de dos años está desangrando al pueblo sirio. Sea cual sea la estrategia por la que finalmente se decante el Pentágono, lo único que va a conseguir es fortalecer por una parte al poderoso gigante armamentístico estadounidense, ya que los misiles usados habrá que reponerlos, y, por otra, hacer que el régimen de Damasco aparezca como un mártir, cuando nada más lejos de la realidad, lleva meses aplicando la doctrina del acero contra su población.
No obstante, las du...
Personalmente no soy partidario del ataque a Siria, puesto que no creo que esa sea la solución a un conflicto que durante más de dos años está desangrando al pueblo sirio. Sea cual sea la estrategia por la que finalmente se decante el Pentágono, lo único que va a conseguir es fortalecer por una parte al poderoso gigante armamentístico estadounidense, ya que los misiles usados habrá que reponerlos, y, por otra, hacer que el régimen de Damasco aparezca como un mártir, cuando nada más lejos de la realidad, lleva meses aplicando la doctrina del acero contra su población.
No obstante, las dudas de Putin acerca de que se hayan usado armas químicas me parecen cuanto menos de dudosa moral, al igual que el papel de moderador que quiere desempeñar Moscú, todo por defender sus intereses económicos y estratégicos en Siria, léase ingentes ventas de armas y base naval de Tartus. Un país que ha violado y viola los derechos humanos flagrantemente en Chechenia y Daguestán carece, en mi opinión, de legitimidad moral.— Ernesto Gabriel Ruiz Ruiz de Villegas. Estepona, Málaga.
Ante un inminente ataque por fuerzas occidentales a instalaciones del Gobierno de El Asad en Siria y que ya ha producido escisión en los Gobiernos y la opinión pública por el peligro que conlleva de una guerra civil en la zona, creo sería más aleccionador la destrucción controlada y ante representación de la ONU de todo el gas nocivo existente. Todo menos una guerra civil, que solo crea odios para una generación entera. De eso sabemos algo por aquí.— Juan Antonio Lizancos Aguirre. Donostia-San Sebastián.