79 vidas robadas en una curva (II)
Hemos venido a un bautizo y nos quedaremos a un entierro , decía uno de los supervivientes al accidente que ha segado 79 vidas en una curva de la vía del tren que une Madrid y Ferrol. Los fallecidos dejan tras de sí historias rotas.
Víctor María nació el 6 de agosto de 1920 y Elia Esther el 2 de junio de 1929 en Lugo. Estudió enfermería en Santiago de Compostela y después ejerció durante un corto periodo de tiempo en el hospital de Calde hasta que se marchó a vivir a Madrid, donde conoció a su marido, que era funcionario del ministerio de Defensa. El matrimonio vivió siempre en Madrid, pero viajaban a Lugo a menudo para visitar a los hermanos y sobrinos de Elia y a Santiago para visitar a otra rama de su familia. Uno de los sobrinos de Lugo es el director del grupo Solo Voces, Fernando Gómez Jácome, informa La Voz de Galicia. Pese a su avanzada edad, viajaban de manera habitual, ya que siempre habían sido amantes de la vida aventurera. Elia y Víctor, que no tuvieron hijos, habían recorrido muchos países extranjeros, sobre todo a partir de su jubilación.
El último mensaje que Juan Manuel envió a través del móvil fue a Fernando, un escueto “Ahora te veo” que mandó cuando el tren paró en Orense para informar de que estaba llegando. Cuando Fernando supo de la noticia del descarrilamiento, comenzó a llamar al móvil a su amigo, pero nadie contestó, así que se puso a buscar en hospitales. La confirmación de su muerte llegó a primeras horas de la tarde del jueves.
Rodríguez, íntimo amigo de José Cholbi, el Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana fue presidente local del PP del año 1982 a 1991. El defensor del pueblo de los valencianos, tras conocer que podía estar su amigo en el tren siniestrado, estuvo llamándole insistentemente para intentar localizarlo. El alcalde de Calp, César Sánchez, del PP, ha destaco “la nobleza” de este empresario. “Son momentos de mucho dolor, de gran tristeza, donde todo el pueblo está consternado de lo que ha pasado”, ha señalado el alcalde en una nota de prensa. El regidor ha definido a Rodríguez como una persona “afable, alegre y un gran empresario que se interesaba por los problemas de los vecinos”.
Tras el accidente, sus dos hijos, Adrián y Natalia, intentaron localizar a su padre y no lo consiguieron. Uno de ellos cogió un avión desde el aeropuerto de Alicante para colaborar en las labores de identificación de los cuerpos de las víctimas del accidente.