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79 vidas robadas en una curva (I)

Hemos venido a un bautizo y nos quedaremos a un entierro , decía uno de los supervivientes al accidente que ha segado 79 vidas en una curva de la vía del tren que une Madrid y Ferrol. Los fallecidos dejan tras de sí historias rotas.

Iba a Santiago a ver a una amiga, desconectar del estrés de Madrid, y recargar las pilas para volver, la semana que viene a empezar la grabación de un programa infantil, Los Cantajuegos, para Disney Channel. Carla, de 38 años, directora y realizadora, había pasado el mes de junio dirigiendo Hostias como panes, una obra que había cosechado cierto éxito en el circuito teatral independiente madrileño. La autora del montaje, Marina Pérez, y uno de los actores protagonistas, Mario Alberto Díez, glosaban ayer, aún llorosos, la figura de su colega y amiga. “Dirigía con un cariño exquisito a los intérpretes y al equipo, y era una apasionada de su oficio. Deja un gran hueco personal y profesional”, coincidían. Los empleados de la productora Globomedia, se mostraban también consternados con la noticia de su muerte. Carla se formó y creció profesionalmente en sus estudios como realizadora y directora de algunos episodios de 'Policías', 'Siete vidas' y 'Aída', algunas de las series emblemáticas de la casa, y de la historia de la televisión. Fueron sus padres y su hermano, que se encontraba en Dinamarca, quienes reconocieron su cuerpo entre los fallecidos del accidente. En su cuenta de Twitter, Carla posa de espaldas en una playa mirando al mar al que le gustaba viajar. La última vez, no llegó a destino.
Enrique Beotas (Ávila, 1955) era uno de los especialistas en comunicación y relaciones públicas más veteranos en España. Fue responsable de comunicación de Alianza Popular en los últimos años de Manuel Fraga como líder de este partido y también ejerció esa función en el Real Madrid, en Unidad Editorial, en Onda Cero y en Acciona, entre otras. Mantenía desde hace 17 años el programa de radio más veterano sobre salud, La Rebotica, que se había emitido en la cadena SER, Radio España, Radio Voz, Cadena Blanca, Onda Cero, El Mundo Radio, la cadena Cope y Gestiona Radio. Fue presidente y vicepresidente del Grupo Quator-Quindici, empresa dedicada a la gestión de la comunicación, de la que fue socio fundador. Beotas era autor de varios libros, entre ellos Manuel Fraga, cuaderno de notas de una vida, que publicó en 2007 con conversaciones con el que fuera líder de AP. Colaboró con varios medios como 'El Mundo', 'Marca', 'Ya', 'La Información de Madrid', 'La Razón' y 'El Correo Gallego'; revistas como 'Actualidad Española' y 'Gaceta Ilustrada', entre otras; o audiovisuales como Tele 5.Paco Campos (EFE)
Juan Domínguez Lamas, futbolista del Deportivo, abandonó este jueves por la mañana la concentración de su equipo en Monforte de Lemos (Lugo) para dirigirse al domicilio de su familia en la parroquia de Limodre, en el Ayuntamiento coruñés de Pontedeume. Dos de sus familiares que viajaban en el tren accidentado a la entrada de la estación de Santiago de Compostela fallecieron: eran Tomás López Brión, estudiante en los Centros Integrados de Formación Profesional Rodolfo Ucha de Ferrol; y su madre, Elisa Isabel Brión Sobrido, tía política del futbolista. Dos horas después del accidente, Tomás López Lamas, tío de Juan Domínguez Lamas, escribió una somera y dramática entrada en su Facebook, donde se pueden observar entre otras imágenes de celebraciones familiares en las que está presente el fútbolista: “Mi hijo ha muerto”, apuntó acompañando el enlace a una noticia sobre el descarrilamiento. El Deportivo tenía previsto disputar un partido amistoso esta tarde contra el Ourense como cierre a su estancia en Monforte, pero el partido se ha aplazado.
La familia de Carolina Besada Garrido, de 18 años, ha pasado, como muchas otras familias, las últimas horas en vilo hasta conocer la noticia fatal. Su hermana Marta, jugadora de fútbol sala en el Cidades das Burgas (Ourense), rastreaba las redes sociales en busca de noticias suyas. “Por favor si sabéis algo a ciencia cierta sobre Carolina, avisad, si no sabéis si es verdad por favor, os pido que lo evitéis,mucho dolor”, escribía esta mañana. Uno de sus últimos mensajes es: “Descansa en paz Lila…”. Sus padres y hermanos habían viajado hasta Santiago en coche para disfrutar de un fin de semana de fiestas en familia. Ella, había subido al vagón seis del tren en Ourense para reunirse con ellos. Hace un mes escaso que Carolina había culminado sus estudios de bachillerato. “Supongo que iría a la universidad en septiembre”, reflexiona una compañera del equipo de Marta Besada, que cuenta que sus padres son médicos y que viajaba junto a una amiga.
Los compañeros de David esperaban con ansia los lunes en que este ingeniero informático volvía de pasar el fin de semana en su tierra gallega. Las suculentas empanadas y los apetitosos tuppers con guisos caseros que le preparaba su madre, eran un festín que David gustaba de compartir con sus colegas de Publidirecta, la empresa de márketing madrileña donde trabajaba desde hace año y medio.“Aquí no sabéis comer ni beber, ni siquiera tenéis cerveza Estrella de Galicia en los bares”, se vengaba él, en broma, de sus amigos de la capital, acostumbrados a resolver el almuerzo en cualquier bar de menú del día de los alrededores de la oficina. “Era un coco, un fuera de serie en su oficio, te creaba un programa complejísimo en dos horas”, dice Asier Ariaga, un diseñador gráfico que trabajaba codo con codo con él. Aficionado al fútbol y deportivista acérrimo, a David le gustaba el heavy, las series y los videojuegos, y aprovechaba cualquier excusa para escaparse a su aldea, adonde iba a pasar la fiesta de Santiago el jueves. Sus padres le esperaban en la estación de A Coruña, pero solo pudieron reconocer su cuerpo entre los fallecidos.
Eran vecinos de Alcorcón (Madrid), jefes de tripulación y, desde hacía más de un año, pareja. Era la primera vez que hacían este recorrido, en el que casualmente coincidieron. Su trayecto habitual era el AVE Sevilla-Málaga. Los dos entraron en la compañía hace unos siete años. Se conocieron cuando trabajaban en Air Comet. David había vivido siempre en Alcorcón. Ahora residía solo en un piso del nuevo barrio del Ensanche Sur. Sus compañeros le describen como una persona “muy perfeccionista” y un “muy buen jefe” que siempre ayudaba a todos sus compañeros. “Era muy educado y siempre de estaba de broma con un humor muy irónico". Ella vivía también desde hacía poco en un piso en el barrio de Parque Oeste. Sus compañeros recuerdan que era “muy guapa” y “muy amable”. “Era la típica persona que te enseñaba cómo hacer las cosas porque primero las hacía ella”. “Es una gran pérdida. Nos podía haber tocado a cualquiera, sobre todo, por una imprudencia de ese calibre".
Ana Álvarez, funcionaria, falleció en el acto. Natural de Ourense pero residente en A Coruña, se desplazó a Ourense junto a una de sus dos hijas, de seis años, para que la pequeña visitara a sus abuelos. Volviendo de la visita sucedió el accidene. La niña fue hospitalizada pero está bien
Juana y su marido, Antonio Rodríguez Gómez, de 67 años, que resultó herido de gravedad en el accidente, cogieron el Alvia en la estación de Ávila. Cerca, en la idílica localidad de Navaluenga, pueblo natal de ella, el matrimonio tiene una casa a la que solían acudir a refrescarse del rigor del verano en Toledo, donde residen habitualmente. Juana y Antonio viajaban a Galicia a ver a una de sus cinco hijos y a su marido, el entrenador de baloncesto Rubén Espeso, gallego de origen, cuyos padres habían invitado a sus consuegros a celebrar con ellos la fiesta mayor de Santiago. No pudo ser.
Muchos vecinos volvían ayer a casa para las fiestas de Santiago. En ese tren llegaban a tiempo de ver los fuegos artificiales. Elena Arrojo Ausina era una de ellas. La guardia civil compostelana de 32 años llevaba cuatro trabajando en la casa cuartel de Yunquera de Henares (Guadalajara). Acababa de tomarse las vacaciones y las iba a pasar en casa. “Aquí hay mucha gente joven y ella estaba bastante integrada”, relata un agente de la misma unidad, que prefiere no ser identificado. Arrojo no tenía hijos y no estaba casada, según su compañero. Era una chica “muy buena”. No sabe si Yunquera de Henares fue su primer destino como guardia civil y no está autorizado a dar más datos sobre su carrera profesional, pero sí que sabe que esta localidad de unos 2.000 habitantes, está “muy afectada” y muchos acuden al cuartel a trasladar sus condolencias.
La maestra jubilada Leonor Buendía, de 67 años, y el militar retirado José Luis Baleiras Poch, de 70, querían aprovechar la celebración de las fiestas del Apóstol Santiago para pasar unas vacaciones en Galicia, según el rotativo murciano La Verdad. Baleiras, originario de Ribeira (A Coruña) fue destinado en su juventud al cuartel general de la Armada de Cartagena, donde conoció a su esposa, instructora en el colegio público San Isidoro y Santa Florentina, y se afincó hasta retirarse. El diario local cita a fuentes familiares, que recibieron en la misma noche del miércoles una llamada que anunciaba la muerte de él, y durante la mañana del jueves, llegaba la noticia del fallecimiento de la mujer. De sus tres hijos, informa el mismo periódico, el único varón también es militar y está de misión en Afganistán. Ya ha emprendido el camino de retorno para acudir al funeral.
El matrimonio Buján Domínguez vivía en Noia, un municipio situado al sur de la desembocadura del río Tambre. Ambos regentaban en el pueblo una tintorería, llamada La Moderna. La tragedia se cruzó con el matrimonio cuando volvían de Madrid de visitar a su hijo, de profesión militar, que se encuentra en Madrid tratando un cáncer. El hermano de Delia fue a buscarles a la estación e incluso habló con ella 10 minutos antes del siniestro. “Me dijo que fuera yendo para el andén, que estaban a punto de llegar. Los minutos pasaban y no se veía el tren. Después escuché sirenas y llamé otra vez al teléfono. Sonaba pero nadie respondió”, declaró a La Voz de Galicia.
Tres familias gaditanas que viajaban juntas a Santiago quedaron truncadas por la tragedia ferroviaria. Antonio Reyes tenía 60 años. Estaba a punto de jubilarse como profesor del Instituto Sancti Petri, de San Fernando (Cádiz). Junto a su esposa, Rosa Quijano, su hija Fátima, de 26 años, y dos matrimonios más —los formados por Esperanza Márquez y Francisco García y por Ignacio Bustamante y Josefa Álvarez— acudía a Galicia para encontrarse el Día del Apóstol con unos amigos, también gaditanos, que habían culminado el camino de Santiago. Solo Josefa Álvarez y la joven Fátima, con síndrome de Down, sobrevivieron al descarrilamiento. Ignacio Bustamante, funcionario del Ayuntamiento gaditano y conocido en la ciudad por sus cargos en cofradías de la Semana Santa, fue identificado como uno de los fallecidos a primera hora de la tarde. Tras horas de angustia, a final de la tarde se confirmaba la muerte de Rosa Quijano, empleada en una oficina de banco, la esposa de Antonio Reyes y madre de Fátima. La tragedia en San Fernando se amplió cuando se supo que Esperanza y Francisco, ambos profesores del colegio público Puente Zuazo, también habían fallecido en el siniestro.
Celtia Cabido Prado (acababa de diplomarse en Magisterio) y Eva Pérez Seara (licenciada en Económicas y un máster en Desarrollo Sostenible) querían celebrar el Día de Galicia en Santiago con los antiguos compañeros de Erasmus de Eva. Las dos amigas (primas segundas: sus abuelas son hermanas) apostaron por la prudencia y dejaron el coche aparcado en la Estación Ourense-Empalme para subirse al tren que hizo el fatídico viaje hacia su muerte. Hoy las entierran en su pueblo natal de Xunqueira de Ambía tras largas horas de tensiones, profundo dolor e incertidumbres: la muerte de Celtia fue confirmada a primera hora de la mañana de ayer pero la búsqueda de Eva continuó hasta avanzada la tarde. A última hora, sus padres perdían toda esperanza e identificaban el cadáver mientras el ayuntamiento ponía a punto el polideportivo en el que hoy se celebra el funeral por ambas. Los vecinos están noqueados. Las jóvenes eran muy conocidas. “Estaban llenas de vida y de planes; es tremendo”, resume el alcalde de Xunqueira, José Luis Gavilanes, el sentimiento general. Celtia se subió al Alvia tras comprar un billete de avión a Londres para los próximos días. Eva pensaba en algún destino como cooperante. Su viaje finalizó en la curva de Angrois.
Mohamed Chiad debía estar en Galicia el jueves 26 para abrir su puesto de venta de kebabs en una feria medieval. Los amigos que se acercaron a su casa en el Grau, en Gandia, explicaron al diario Las Provincias que él recorría España todo el año trabajando: “Nunca decía que no”. Chiad, natural de Argelia, vivía en Gandía desde hacía unos 20 años. Allí se quedan su mujer y sus cinco niños, el mayor de ellos de siete años. El Gobierno local se ha hecho cargo de los trámites para que pueda ir a Santiago a reclamar su cadáver, según informó el periódico.
Viajaba con su marido, Luis Felipe Córdoba, y su hija adolescente: Cristina Córdoba. De origen colombiano pero de nacionalidad estadounidense, se dirigían a Santiago para visitar a su hijo, que había estado haciendo el camino de Santiago. Moreno, alto, vestido de excursionista y teléfono en mano, se le vió ayer por la noche sobre las 22:30 en la sala de espera de la Clínica de Santiago preguntando por "una chica de 16 años". Su padre fue hospitalizado con una contusión craneal y su madre (Ana María Córdoba) falleció.
El primer y el último número de la revista de fútbol Líbero llevan la firma de Fabio Cundines en la portada. Era uno de sus editores gráficos y también tomaba fotos para la revista Materia. Sus amistades le recuerdan como alguien que iba siempre impecable, guapo y de buen humor. De padre brasileño y madre española, el fotógrafo había vivido en Santiago desde pequeño, aunque hacía unos años se había mudado a Madrid. El miércoles se dirigía a Galicia para celebrar las fiestas del Apóstol con su familia y amigos.
Sus amigos le llamaban Tortu por el tatuaje de una tortuga que lucía en la espalda. Nacido en Ferrol y seguidor del Atlético de Madrid, este joven trabajaba en Madrid de ayudante de imagen y sonido en un musical. Se dirigía a su localidad natal para visitar a sus padres.
A Yolanda Delfín Ortega le gustaba el clima de Santiago de Compostela. La joven mexicana, natural del Estado de Veracruz, llegó a la capital gallega hace seis meses en un programa de intercambio. “Le habían recomendado esa escuela”, ha relatado su hermana de 16 años al teléfono. La estudiante volvía de un viaje a Madrid, donde el día anterior se había despedido de sus padres y de su hermana después de un mes de vacaciones por Europa. “Había terminado los exámenes en junio. Fuimos a verla y queríamos que regresara con nosotros, pero ya no había billetes para esa fecha y tuvo que comprar la vuelta para el 2 de agosto”. Por eso volvió a Galicia el miércoles en vez de volar a México. El novio de la joven estudiante, Luis Ledesma, contactó con ella a través de Facebook cinco minutos antes del accidente. La hermana de Yolanda ha asegurado que este sus padres viajan a España mismo jueves para recuperar el cuerpo. En la Universidad Anáhuac Xalapa, donde estudiaba Derecho, celebraron el viernes una misa en su memoria.
Isidoro, de unos 30 años, perdió a su novia y a su padre, Isidoro Fernández, en el accidente. Él permanece ingresado en planta en el hospital de A Coruña, con quemaduras en todo el cuerpo y un pulmón perforado, aunque los médicos no temen por su vida. Su padre ha sido de los últimos cadáveres identificados. Ellos eran de Ciudad Real y ella, de Valdepeñas, una localidad cercana, aunque la pareja vivía en Valencia, donde ambos estudiaban. Marta Jiménez se preparaba para ser restauradora y conservadora.
Nacida en la localidad zamorana de El perdigón, María Andrea vivió prácticamente toda la infancia y juventud en su pueblo hasta que se casó y se trasladó a Madrid. Según informa La opinión de Zamora, era viuda y madre de dos hijas. Andrea cogió el tren en Madrid para ir a pasar unas vacaciones con su familia en Galicia.
Todo el pueblo de Rojales, en el interior de Alicante, conocía a Doña Chelo, como llamaban todos a esta maestra del colegio Príncipes de España, desde hacía más de 30 años. Pese a haber nacido en localidad coruñesa de Arcos, Consuelo era “una alicantina más, una vecina muy querida, una amiga de todo el mundo”, según los vecinos, que aún la recordaban disfrutando de las fiestas de moros y cristianos del pasado julio. Tanto como su marido, Manuel Salvador, médico de familia “de toda la vida” y aún en ejercicio en el centro de salud de la localidad, que no la acompañaba en esta ocasión en el viaje a Galicia, y que fue quien, con sus dos hijos, acudió a Santiago al enterarse del accidente. Consuelo iba a su tierra a celebrar la fiesta del patrón y a reencontrarse con sus antiguas compañeras de colegio. Su hermana y su cuñado la esperaban en el andén, pero no pudieron abrazarse. En Rojales, su pueblo de adopción y donde será enterrada, han decretado tres días de luto oficial en su memoria.
En el pequeño pueblo de Pontecesures, la familia de Antonio Jamardo le esperaba a él y a su novia. No era una visita cualquiera: el más pequeño de sus hermanos se casaba el sábado. Jamardo se había mudado hacía cerca de 15 años a Madrid, donde era comercial en una fábrica de aluminio. Su novia se encuentra entre los heridos leves.
Manolo estaba jubilado y viajaba a menudo a Galicia para escapar de las altas temperaturas de Zamora, su ciudad. Tenía casi ochenta años y cuatro hijos que no quieren que se difundan más detalles sobre su identidad, según cuenta una amiga de la familia de A Coruña, donde solían recibirlo, aunque este fin de semana, se encontrarían todos en Santiago.
Nacidas en Barallobre, eran madre e hija. Iban en el tren junto al marido de Lidia, llamado Rafa y militar de profesión, y su otro hijo, Santiago. Los dos varones sobrevivieron a la tragedia sin lesiones graves, las dos féminas de la familia no tuvieron la misma suerte. Daniela tenía solo dos años. Lidia cursó estudios en el Instituto San Pedro de Leixa, en Ferrol.
Mercedes, de 76 años, nació en Madrid pero residía en Caracas, capital de Venezuela desde hace décadas, y viajaba a Galicia a visitar a unos familiares. No murió en el acto, sino que fue trasladada desde el tren siniestrado con heridas muy graves a un hospital de Santiago, donde falleció durante la noche del miércoles al jueves. Sus hijos, venezolanos, tramitan el traslado del cuerpo a Venezuela para su entierro.
Regresaba de su Salamanca natal donde pasó unos días visitando a su anciana madre, de 94 años. Esperanza Moriñigo Gregorio siempre recurría al tren para las idas y venidas desde A Coruña, donde llevaba décadas afincada. Su cuerpo quedó desmembrado en el descarrilamiento del tren en Santiago. Su familia esperó 30 horas la confirmación de su muerte, que se demoró por el mal estado de su cadáver. Uno de sus hijos, médico en Londres, se encontró con colegas conocidos entre los forenses encargados de la identificación. La de su madre se resolvió gracias a las huellas dactilares asociadas a su DNI. Esperanza recibirá mañana, sábado, sepultura en A Coruña.
Francisco Navajas se fue de Alfaro, un pueblo riojano que no llega a los 10.000 habitantes, cuando aún era muy joven. Su destino: Bilbao, donde estudió Ingeniería Industrial. Desde entonces, solo volvió a La Rioja para visitar a alguno de sus seis hermanos mayores. “Era forofo del Atlético de Madrid”, recuerda entre risas su hermano, Emiliano. Cree que lo van a enterrar en la capital, aunque no lo sabe con seguridad: “¡Ha sido todo tan rápido!” Francisco Navajas vivía en A Coruña. Fue director de la Tabacalera hasta su cierre. El miércoles venía de visitar a sus dos hijas en Madrid.
Varias generaciones de chavales de Tui, en Pontevedra, han aprendido lengua y literatura, música o francés de la mano y de la voz de esta afable profesora. Este era el primer curso que Blanca, viuda y madre de dos hijos, uno de ellos concejal de un grupo independiente en este idílico municipio, disfrutaba de su jubilación después de 40 años dando clase en el Instituto San Paio de la localidad. Su director, Manuel Caldas, recuerda emocionado a su compañera, muy querida y conocida en el pueblo, como una mujer apasionada de su trabajo y de sus alumnos, y con un sentido del humor y una santa paciencia a prueba de la vitalidad de los cientos de adolescentes a los que desbravó en los sucesivos cursos de BUP, COU, ESO o Bachillerato que impartió en su vida académica. Los planes escolares pasaban, pero Blanca permanecía. Algunos de sus pupilos le devuelven estos días parte de ese cariño inundando las redes sociales con mensajes de despedida a su maestra. Uno, llamado Telmo, la describía así en su blog: “El máximo éxito de un docente es haber influido en sus pupilos mostrándoles el camino de la independencia y la libertad que te da tener criterio propio, sin dejarte arrastrar. Blanca fue de esas maestras. Gracias, siempre”.
José Ignacio Llorens, veterano diputado del PP por Lleida recibe sin cesar el pésame de diputados del Congreso. Es un veterano parlamentario que forma parte del panorama político de la Carrera de San Jerónimo desde 1982 aunque ha faltado a alguna legislatura para ocupar un escaño en el Parlamento de Cataluña. La muerte de su sobrino ha consternado en la Cámara, donde Llorens goza del afecto general por su afabilidad y buen trato con todos los diputados, sea cual sea su partido político. Llorens confirmó el jueves a la agencia EFE que el hijo de su cuñado había fallecido en el accidente, si bien todavía no había trascendido el nombre del fallecido. La Policia Nacional de Santiago de Compostela confirmó este viernes a la subdelegada del Gobierno en Lleida, Inma Manso, la muerte del joven.
Jesús Antonio viajaba con su madre, Carla Garrido Vaquera, de 35 años y natural de Elche. Su hijo y ella cogieron el tren para comenzar una nueva vida en Orense, donde les esperaba Suso, pareja de Carla desde 2012. Iban a estrenar una casa y tenían planeado casarse. Según sus allegados, era una mujer muy amiga de sus amigos, cariñosa y solidaria, además de una luchadora nata. Licenciada en Antropología por la UNED y trabajadora social, había fundado una asociación contra la violencia machista llamada 'La mujer es una diosa' y estaba muy implicada en la causa. Incluso había escrito un libro titulado 'Las heridas de la hija de la diosa'.