Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

La ecología, ¿un lujo en época de crisis?

Por Nerea Ramírez, ambientóloga y co-coordinadora de Ecologistas en Acción

Soy consciente de esa parcelita de incoherencia personal. Pero ¿cuánto margen de esta incoherencia debemos darnos?, ¿todo vale? Desde luego que no. Mi madre siempre dice que no es lo mismo ocho que ochenta, y esta afirmación puede ser un buen punto de partida. No es lo mismo tener tres faldas que quince; no es lo mismo coger un avión cada dos años que diez en uno; no es lo mismo comer ecológico y cercano que productos lejanos y sobreenvasados. En un planeta sobreexplotado, con pérdida masiva de biodiversidad, con los sumideros naturales colapsados por la cantidad de contaminación y residuos que producimos, es preciso ser conscientes de los límites del planeta y de las personas, y ponernos límites.

Vivimos momentos en los que cuesta explicar que hay que defender el medio ambiente más que nunca, que su conservación no es un lujo en tiempo de crisis. Se repiten las largas conversaciones con amigos en las que trato de explicar que no podemos defender las centrales nucleares o la minería a cielo abierto o que se construya Eurovegas porque den trabajo. Tenemos que defender a las personas que hacen esos trabajos pero planteando alternativas, que ya existen, para generar empleos que no esquilmen el territorio y que no respondan a la especulación y al enrequecimiento de unos pocos.

La misma crisis que está sirviendo de excusa para la privatización de servicios públicos y para recortarnos derechos fundamentales también está siendo la excusa para seguir construyendo infraestructuras innecesarias, para modificar la ley de costas o para el desarrollo del fracking. Mientras, se siguen invisibilizando los trabajos de cuidados, el potencial de las energías renovables, del transporte público, de la rehabilitación de edificios o de la agricultura ecológica.

La revolución será verde o no será, porque es imposible crear un mundo más justo sin estar en paz con el planeta. Para poder satisfacer las necesidades fundamentales de todas las personas tenemos que aprender a relacionarnos con el territorio de manera diferente. Porque si seguimos insistiendo en el modelo que nos ha llevado a la crisis siempre viviremos en crisis. Porque la austeridad no nos sacará de la crisis, pero tampoco lo hará el crecimiento ilimitado.

No hay recetas mágicas pero sí infinitas posibilidades si las exploramos en colectivo y vamos pisando ligero sobre la tierra. Cada vez un pasito más cerca del ecologismo para estar cada vez un pasito más lejos de una crisis sistémica de la que no saldremos con miradas parciales.

Fotografía de apertura: by NASA (cráter Gusev en Marte) vía Wikimedia Commons

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