El acento

Hay banquillo

Una base de datos europeas recopila el nombre de 8.000 mujeres preparadas y dispuestas a formar parte de un consejo de administración

SOLEDAD CALÉS

La guerra emprendida por los defensores de la igualdad para que las europeas alcancen el reconocimiento que merecen usa todas las armas posibles. Sin dejarse arrastrar por algunas batallas perdidas, como la de lograr una directiva europea que obligue a las empresas a formar consejos de administración paritarios, se lanzan otras iniciativas que puedan derribar al adversario. Dado que un problema básico es el prejuicio, treinta escuelas de negocios europeas han confeccionado una lista de mujeres con la preparación suficiente como para formar parte de un consejo de administración. La idea es deja...

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La guerra emprendida por los defensores de la igualdad para que las europeas alcancen el reconocimiento que merecen usa todas las armas posibles. Sin dejarse arrastrar por algunas batallas perdidas, como la de lograr una directiva europea que obligue a las empresas a formar consejos de administración paritarios, se lanzan otras iniciativas que puedan derribar al adversario. Dado que un problema básico es el prejuicio, treinta escuelas de negocios europeas han confeccionado una lista de mujeres con la preparación suficiente como para formar parte de un consejo de administración. La idea es dejar sin argumentos a los que no se fían de las estadísticas e insisten en que no hay todavía mujeres con la suficiente cualificación como para ocupar esos puestos. Y a fe que el resultado obtenido debería ser suficiente como para desterrar tal argumento. La lista tiene ya 8.000 nombres de otras tantas mujeres y el reclamo ha generado un centenar de solicitudes cada día para incorporarse al banquillo.

Ya no hay excusas en Europa para aceptar con resignación que en las empresas cotizadas haya solo un 13% de mujeres en los consejos de administración. Tampoco para admitir como un fenómeno natural e inevitable que la presidencia de las compañías esté en manos, en un 96,8% de los casos, de hombres. Así que puede que haya argumentos jurídicos para frenar normas legales que obliguen a las empresas a fichar directivas, pero cada día hay menos para defender, en base al mérito y a la cantera, una situación tan desigual.

Dicen las promotoras de esta iniciativa que las empresas son más competitivas cuando incorporan la pluralidad de género en sus altas estructuras —en las bajas ya están, puesto que el 45% de la fuerza laboral europea es femenina—. Por si alguien es escéptico al respecto, piense que es condición ineludible para incorporarse a esta base de datos tener cinco años de experiencia como directiva o ser empresaria. No es mal criterio para aplicar, independientemente del género, en toda clase de empresas, tanto en los niveles intermedios como en los de dirección.

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