El PSC acusa a Pujol de "dinamitar" la reforma del Estatuto catalán por "compromiso" con el PP

Mas ofrece su apoyo a Maragall siempre y cuando éste haga frente al PSOE y a las "rebajas que vienen de Madrid"

Una vez domeñadas las tensiones internas, al menos por el momento, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) mete presión a Convergència i Unió para tratar de dejarlo todo atado de cara a septiembre, cuando haya que refrendar en el Parlamento catalán la propuesta de reforma del Estatuto de esta comunidad. El secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, ha asegurado hoy que el ex presidente de la Generalitat catalana y presidente fundador de CiU, Jordi Pujol, ha dado instrucciones "a la cúpula nacionalista" para obstruir las negociaciones.

"[Pujol] juega claramente en cont...

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Una vez domeñadas las tensiones internas, al menos por el momento, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) mete presión a Convergència i Unió para tratar de dejarlo todo atado de cara a septiembre, cuando haya que refrendar en el Parlamento catalán la propuesta de reforma del Estatuto de esta comunidad. El secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, ha asegurado hoy que el ex presidente de la Generalitat catalana y presidente fundador de CiU, Jordi Pujol, ha dado instrucciones "a la cúpula nacionalista" para obstruir las negociaciones.

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"[Pujol] juega claramente en contra del proyecto estatutario porque sabe que si la reforma sale adelante quedarán en evidencia los pactos que firmó con

el PP durante ocho años", ha dicho Zaragoza. En su opinión, "a cambio de mantener el poder en la Generalitat, Pujol se comprometió con el PP de [José María Aznar a bloquear cualquier reforma institucional en Cataluña", y ahora presiona para "obstaculizar el Estatut que él no quiso hacer a lo largo de 23 años de gobierno en Cataluña". Así las cosas, el líder de la coalición, Artur Mas, y el resto de dirigentes "aplican al pie de la letra" "sus posicionamientos radicales", encaminados a "dinamitar cualquier negociación".

Pujol puso en duda ayer que esta legislatura suponga una "oportunidad histórica" para aprobar la reforma después de que EL PAÍS publicara tres informes encargados por el Gobierno central que la califican de "injustificada e inconstitucional". Esa filtración fue tachada por Pujol como "fuerte" y de "gran potencia negativa", pues en su opinión es una forma de "presionar" a los partidos catalanes y al Consejo Consultivo de la Generalitat, que el próximo 5 de septiembre ha de presentar su dictamen sobre la constitucionalidad del proyecto de reforma. Al Pujol le ha indignado que el Ejecutivo central encargara los informes "antes de que Cataluña haya decidido nada", lo que le lleva a pensar que su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, "no cumplirá" su promesa de aceptar el Estatuto que apruebe el Parlamento autonómico.

Ayer, el primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló (de Esquerra Republicana) pidió "una tregua" política de un mes entre los partidos para evitar que con declaraciones incendiarias se pusieran trabas a la negociación. "El Estatuto lo hacemos en Cataluña. Los que están fuera de Cataluña ya tendrán su momento para hablar, y posiblemente algunos luego tendrán que callar o rectificar", dijo Bargalló. El Gobierno catalán ha encargado "contrainformes" para defender sus tesis frente a las conclusiones de los publicados por EL PAÍS.

Mas pide a Maragall que plante cara al PSOE

El presidente de CiU, Artur Mas, cree que el líder del PSC, Pasqual Maragall, debe "plantar cara" a su partido —presumiblemente, al PSOE— y "asumir riesgos" para llevar el Estatuto a buen puerto. Durante su visita a las fiestas del barrio barcelones de Sants, Mas ha añadido que tras las vacaciones ha llegado el momento de tomas "decisiones importantes", siendo para ello "muy cuidadosos" porque afectarán a Cataluña, según ha dicho, durante los próximo 20 o 25 años. "Es el momento de la verdad", ha agregado Mas, que considera que hay "muchas expectativas" sobre un asunto que "el Gobierno y el PSOE intentan aguar", "desnaturalizando" "el proyecto de Cataluña como país". Para evitarlo, Maragall, como presidente de la Generalitat, debe "estar a la altura de las circunstancias", "mantener la ambición de país" y no dejarse "impresionar" por la reacción del Gobierno central. Si es así, si Maragall "se ocupa de los suyos" y "planta cara a las rebajas que se quieren introducir desde Madrid", CiU le prestará su apoyo, aunque sin firmar un cheque en blanco.

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