CRISIS CON MARRUECOS

El Gobierno considera la 'toma' del islote "incompatible" con el Tratado de Amistad

Rabat afirma que no se retirará el "puesto de observación" instalado en Perejil.- Ana Palacio habla telefónicamente con su homólogo marroquí para rebajar la tensión

El Gobierno español ha respondido hoy con indignación a la ocupación desde ayer del deshabitado islote Perejil, próximo a Ceuta, por un pelotón de gendarmes marroquíes que han izado su bandera en el lugar. En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el vicepresidente primero del Gobierno y ahora portavoz, Mariano Rajoy, ha emplazado a Rabat a que aclare "a dónde quiere llevar sus relaciones con España" y ha tildado la ocupación de "acto inamistoso" e "incompatible" con el t...

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El Gobierno español ha respondido hoy con indignación a la ocupación desde ayer del deshabitado islote Perejil, próximo a Ceuta, por un pelotón de gendarmes marroquíes que han izado su bandera en el lugar. En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el vicepresidente primero del Gobierno y ahora portavoz, Mariano Rajoy, ha emplazado a Rabat a que aclare "a dónde quiere llevar sus relaciones con España" y ha tildado la ocupación de "acto inamistoso" e "incompatible" con el tratado de cooperación bilateral de 1991.

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Rajoy ha explicado que el Gobierno ha observado también movimientos militares marroquíes en una de las islas Chafarinas, ante lo que la Comandancia Militar de Melilla ha culminado una "operación disuasoria" con el traslado de militares de la Comandancia General de Melilla a las Islas Chafarinas, la isla de Alhucemas y el Peñón de Vélez, para reforzar los destacamentos permanentes e instalarse en los territorios desocupados.

Además, el vicepresidente primero y portavoz del Gobierno ha recordado a Marruecos que es el primer receptor de la ayuda española y que 1,5 millones de sus ciudadanos atraviesan todos los años la península Ibérica para regresar a su patria durante el verano, palabras que han sido interpretadas como una advertencia al país magrebí.

Una historia compleja

Sin embargo, las palabras de Rajoy no parecen haber hecho mella de momento en el Gobierno de Rabat ya que Marruecos no retirará el "puesto de vigilancia" instalado en el islote español de isla de Perejil, según ha informado hoy una fuente oficial citada por la agencia AFP.

En un intento por rebajar la tensión, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha afirmado hoy que ha hablado telefónicamente con su colega marroquí, Mohamed y confía en que esta conversación "ayude a dar una solución satisfactoria" a este asunto. Palacio ha subrayado la necesidad de analizar el incidente en el marco del Tratado de cooperación hispano-marroquí actualmente en vigor, sin entrar, "al menos por el momento", en el debate sobre "la naturaleza jurídica de la titularidad de este islote".

No obstante la tensión con Marruecos aumenta y el embajador de España en Rabat, Fernando Arias Salgado, no ha asistido a los festejos de la boda del rey de Marruecos, Mohamed VI, con Salma Benani.

El tratado hispanofrancés de 1912, que delimitaba la zona del Protectorado español de Marruecos, no hace referencia alguna a Perejil, pero tras la formalización del protectorado, la isla pasó a plena ocupación española. A comienzos de los años 90, Marruecos protestó porque Perejil aparecía incluida en el borrador de Estatuto de Autonomía de Ceuta, pero al final no fue incluido en la versión definitiva. España sigue considerando que la isla está bajo su soberanía, como hace dos siglos mantuvo con las armas frente a Gran Bretaña. Sin embargo, el islote se halla en aguas territoriales marroquíes.

La isla Perejil.JESÚS TERÁN GIL

Un año de desencuentros

Las relaciones entre Marruecos y España viven su peor etapa en años desde que hace nueve meses, el 27 de octubre de 2001, el Gobierno marroquí retirara a su embajador en Madrid. El Ejecutivo español ha mantenido en todo momento la línea dura marcada por Aznar de que sólo el país vecino es responsable de haber retirado a su embajador y que sólo a él le corresponde el paso de devolverlo a Madrid para que las relaciones queden normalizadas.

El preludio de la crisis

Antes de que Rabat decidiera la retirada de su embajador en Madrid ya se vislumbraba la crisis diplomática. El 7 de septiembre, el secretario de Estado marroquí de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, alegó "razones de salud" para suspender inesperadamente la visita a Madrid en la que que se debía fijar una fecha para la cumbre entre los jefes de Gobierno de ambos países. La suspensión del viaje fue anunciada horas después de que el ministro Josep Piqué resaltase la connivencia entre la policía y las mafias marroquíes que trafican con inmigrantes. Pese a que, posteriormente, se fechó la reunión entre Aznar y Yusufi para diciembre, la cumbre nunca llegó a celebrarse.

Retirada del embajador marroquí

A finales de octubre, las autoridades de Marruecos decidieron llamar a consultas por tiempo indefinido a su embajador en España, Abdesalam Baraka.

Apenas dieron información sobre los motivos de este espectacular gesto de protesta ante un Gobierno español que estaba convencido de que, tras las turbulencias de la primavera y del verano, estaba consiguiendo normalizar la relación con el vecino del sur. Cuando España solicitó una explicación oficial, Rabat no sólo no se la dio, sino que le comunicó que a Marruecos no le convenía la fecha apalabrada para la cumbre entre los jefes de Gobierno de ambos países.

La Prensa española, sin acreditar

Unos días después, Rabat, que llevaba meses acusando a la Prensa española de denigrar a Marruecos, notificó a los periodistas españoles acreditados en ese país que no podrían cubrir la primera visita que el rey Mohamed VI por el Sáhara Occidental. "Las plazas son limitadas y la prensa española ocupa en este momento el último lugar en las prioridades de Marruecos de cara a la cobertura informativa del viaje", explicó a Efe Chakib Larussi, encargado de la prensa extranjera en el Ministerio de Comunicación.

Memorándum de agravios

Marruecos justificó entonces con un memorándum de agravios la retirada de su embajador en España. El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, expuso ante el pleno del Parlamento del reino alauí una lista de reproches entre los que estaban la petición a la Unión Europea de sanciones contra Marruecos por la crisis pesquera o la actitud española, "agresiva, inconveniente y desacostumbrada", a propósito de la inmigración clandestina.

El viaje de Zapatero y la falsa reunión de González

Mediado diciembre, José Luis Rodríguez Zapatero se entrevistó con Mohamed VI en en transcurso de un controvertido viaje a Rabat. A su vuelta a Madrid, Aznar rehusó escuchar las posibles soluciones a la crisis recabadas por el líder socialista. Y algunos meses después, el ex presidente del Gobierno, Felipe González, acusó al Ejecutivo de José María Aznar de haber instigado una información publicada por el diario El Mundo según la cual González se había reunido "en secreto" con el primer ministro de Marruecos y el rey marroquí.

Matrimonio real

El penúltimo capítulo de los incidentes entre Rabat y Madrid tuvo lugar con motivo de la boda del monarca Mohamed VI, que no cursó ninguna invitación a la familia real española -ni tampoco a las demás familias reales europeas- con lo que dilapidó una oportunidad de restablecer relaciones plenas entre ambos países. El presidente del Gobierno, José María Aznar, se entrevistó a posteriori con el rey alauí en Beirut con motivo de la cumbre de la Liga Árabe y pudo felicitarle por su enlace.