¿Cómo ha cambiado la Complutense en 20 años? Menos estudiantes, profesores más precarios y peor financiación
Las transferencias de la Comunidad de Madrid son un 28% menores que en 2010 si se tiene en cuenta la inflación. Las universidades públicas pierden 80.000 estudiantes en la región mientras aumentan los de los campus privados
La Complutense de Madrid (UCM) ha sido durante décadas el buque insignia de la universidad española. A comienzos de los años noventa, casi 1 de cada 10 estudiantes universitarios del país cursaba los estudios en sus aulas. Pero en las dos últimas décadas los problemas de financiación han llegado a poner en riesgo ...
La Complutense de Madrid (UCM) ha sido durante décadas el buque insignia de la universidad española. A comienzos de los años noventa, casi 1 de cada 10 estudiantes universitarios del país cursaba los estudios en sus aulas. Pero en las dos últimas décadas los problemas de financiación han llegado a poner en riesgo el pago de las nóminas de su personal.
Repasamos algunos indicadores clave para entender las causas y el alcance de ese cambio, desde el número de alumnos y profesores hasta los presupuestos anuales de las universidades madrileñas.
20.000 estudiantes menos que hace 20 años
Las aulas de la Complutense están hoy más vacías que hace dos décadas. En el curso 2006-2007, la universidad contaba con alrededor de 80.000 estudiantes, mientras que ahora la cifra apenas alcanza los 60.000.
Cabe recordar que la implantación del plan Bolonia —la reforma europea destinada a armonizar la educación superior a partir de 2009— acortó los grados a cuatro años e introdujo un quinto año de máster, un cambio que tuvo un impacto directo en el total de alumnos matriculados a la vez en el centro. Actualmente, uno de cada ocho alumnos de la Complutense cursa estudios de posgrado.
A este factor se suma el crecimiento de dos universidades públicas del sur de Madrid: la Carlos III y la Rey Juan Carlos. La primera ha ganado cerca de 4.000 alumnos en este periodo, mientras que la segunda acoge hoy a unos 26.000 estudiantes extra, más del doble que en 2006.
Cinco nuevas universidades privadas en dos décadas
Al crecimiento de otros centros en Madrid se ha sumado además una explosión de nuevos campus privados. En 2006 se aprobó la novena universidad privada de la región, la UDIMA, y desde entonces se han autorizado otras cinco. En total, Madrid cuenta hoy con 14 universidades privadas, más del doble que las públicas.
La consecuencia de esta situación es que en términos absolutos la demanda universitaria ha crecido, pero la están absorbiendo en su mayoría las universidades privadas. En la Comunidad de Madrid hay hoy 95.000 estudiantes universitarios de grado y máster más que en 2006: mientras las seis universidades públicas han ganado en conjunto unos 4.000 alumnos, las privadas casi 91.000.
Este fenómeno no se limita a Madrid. En el conjunto de España, el número de universidades privadas ha pasado de 22 en 2005 a 48 en la actualidad, solo dos menos que las públicas (50). El desequilibrio se refleja también en el alumnado: la universidad pública ha perdido casi 40.000 estudiantes, mientras que la privada ha ganado en el mismo periodo 346.000.
Más profesorado, pero más precario
En las dos últimas décadas, la Universidad Complutense ha pasado de 6.061 a 6.821 docentes, un incremento del 13%. Sin embargo, pese al crecimiento en términos absolutos, este profesorado es hoy más precario que hace 20 años. En 2007, el 36% del personal docente no tenía un contrato permanente; en el último curso, ese porcentaje supera ya el 50%.
Hoy en día uno de cada tres nuevos profesores es asociado, una figura no permanente destinada a profesionales con otro trabajo principal que en la universidad solo imparten partes de alguna asignatura concreta. En esta categoría se encuadran con frecuencia profesionales sanitarios que supervisan a estudiantes de Ciencias de la Salud durante su formación hospitalaria.
La categoría que más ha crecido es la de ayudante doctor, una figura temporal destinada a profesorado con doctorado que combina tareas docentes e investigadoras y cuyo salario no alcanza los 30.000 euros brutos anuales a tiempo completo, unos 1.700 euros netos mensuales en 12 pagas. Hoy hay cerca de un millar más de ayudantes doctores que hace 20 años, la misma cifra en la que ha caído el número de profesores titulares, cuya retribución bruta —sin contar complementos salariales como los trienios— supera en más de 10.000 euros la de los ayudantes (37.800 euros).
A esta precarización salarial se ha sumado un cambio en el modelo educativo que ha incrementado las exigencias sobre el profesorado. La implantación del plan Bolonia reforzó la evaluación continua y el seguimiento del alumnado y ha coincidido, además, con un crecimiento extraordinario de la oferta académica. En 2006, la Complutense ofrecía 77 títulos oficiales: hoy son 264, más del triple.
En la comparativa con el resto de universidades españolas, la Complutense tiene un profesor por cada 10,8 estudiantes, más que la mayoría de universidades públicas.
Menos financiación que hace 20 años
El principal problema de la UCM en los últimos años han sido sus cuentas. La partida más cuantiosa en el presupuesto de ingresos de las universidades son las transferencias corrientes de las administraciones públicas que son, casi en su totalidad, autonómicas.
En el caso de la Universidad Complutense, los ingresos de esta partida en 2025 son un 3,4% inferiores a los de 2010. Si se descuenta el efecto de la inflación acumulada en el periodo, la caída alcanza el 28%.
Como se ve en el siguiente gráfico, esta merma se repite en el resto de universidades públicas de Madrid: la caída de la financiación es tan importante que estas transferencias corrientes no llegan a compensar los gastos de personal de la mayoría de campus públicos de esta comunidad autónoma.
En la Politécnica los ingresos han retrocedido un 27% en términos reales; en la Autónoma, un 22%; en la Universidad de Alcalá, un 18%; y en la Carlos III, un 4%. La única excepción es la Rey Juan Carlos, cuyos ingresos, ajustados por inflación, habrían crecido un 8% pese a haber duplicado su número de estudiantes. De hecho, el gasto por alumno en esta universidad es apenas un tercio de la media nacional.
Las aportaciones públicas son claves en la financiación de todas las universidades y representan más de la mitad de los ingresos de sus presupuestos anuales, pero han perdido peso en las dos últimas décadas. Como se aprecia en el siguiente gráfico, en la Universidad Complutense han pasado del 72% del presupuesto en 2010 al 65% en la actualidad, frente a cerca del 20% que aportan los ingresos por matrículas.
En el resto de universidades públicas madrileñas, las transferencias públicas suelen situarse en torno a la mitad de los ingresos totales: en la Universidad Autónoma se han mantenido cerca del 50% y en la Carlos III han descendido del 57% al 46%. En la Universidad Rey Juan Carlos, este porcentaje es aún menor y se sitúa hoy en el 37%.
Durante la crisis económica, el retroceso de las transferencias autonómicas se compensó parcialmente con un fuerte incremento de las tasas universitarias, impulsado en 2012 por el entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert. La Comunidad de Madrid duplicó los precios públicos de los grados con menor experimentalidad (como Filología o Administración y Dirección de Empresas) y elevó en torno a un 50% los de mayor experimentalidad (Medicina o las ingenierías).
Estas subidas afectaron a las primeras matrículas, pero fueron aún más acusadas en las segundas y sucesivas. Como consecuencia, la partida de ingresos por tasas se duplicó durante varios años. En 2020, cuando el Gobierno recuperó el sistema de revalorización de precios previo al decreto de Wert, las tasas de primera matrícula descendieron, aunque en la mayoría de las universidades madrileñas el peso de las matrículas en los ingresos totales sigue siendo hoy mayor que hace 15 años.