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El colegio de Sevilla que no activó el protocolo de acoso anuncia un plan ante las “situaciones de vulnerabilidad” y la familia les acusa de “minimizar” lo ocurrido

El centro justifica que no adoptó las medidas preceptivas por indicación de la terapeuta de la menor que se suicidó. La familia lo desmiente.

El colegio sevillano privado concertado Irlandesas de Loreto ha decidido contrarrestar las críticas por no haber activado el protocolo de acoso cuando la familia de Sandra trasladó al centro que la niña de 14 años estaba sufriendo bullying por parte de tres compañeras. El 14 de octubre, la joven se quitó la vida. En un comunicado, la dirección explica que va a poner en marcha un “plan de acción”, para que los centros educativos “estemos lo mejor preparados posibles para atender a los alumnos que, por cualquier circunstancia, se encuentren en una situación de vulnerabilidad o necesidad”. Su intención es “compartir” sus conclusiones con “las instituciones y el resto de la comunidad educativa con el ánimo de que sirva a otros centros”.

El colegio Irlandesas de Loreto está siendo objeto de dos investigaciones. Una, por parte de la Consejería de Desarrollo educativo de la Junta de Andalucía, tras constatar que no activó los protocolos de acoso y autolíticos que establece la normativa ante denuncias de bullying, y que, tal y como advirtió el martes el presidente autonómico, Juan Manuel Moreno, podría poner fin a la subvención que recibe. La segunda la ha iniciado la Fiscalía de Menores, que ha abierto un expediente de supervisión para evaluar la responsabilidad de la dirección del centro.

El Ministerio Fiscal está analizando el informe que le trasladó la Inspección Educativa, en el que se incorpora información recabada a partir de las actas redactadas por el centro de las reuniones y tutorías mantenidas con la familia de Sandra. Allí se recoge la versión del colegio sobre los pasos que dio tras conocer, en un encuentro mantenido con la madre de la niña el 3 de septiembre, que su hija había sido hostigada en redes sociales por tres compañeras y en la que se pedía que activara el protocolo de acoso y que se separara a las niñas de clase.

Tras la conversación, el centro asignó a la niña dos profesores de referencia, la tutora y el jefe de estudios, y el 1 de octubre, en otra reunión que mantuvieron con la terapeuta de Sandra ―según se recoge en la documentación aportada por el colegio y que confirman a este diario fuentes cercanas a la Fiscalía de Menores―, es la profesional la que aconseja a la dirección que no incorpore el protocolo a la plataforma Séneca porque podría perjudicar a la menor, que en ese momento se encontraba aparentemente bien. La Inspección, en su escrito, recoge que, en todo caso, el centro debería haber activado el protocolo.

Isaac Villar, tío de Sandra y portavoz de la familia, desmiente categóricamente la versión del colegio que se recoge en el informe de la Inspección que está estudiando la Fiscalía de Menores. “La psicóloga pidió que se activaran los dos protocolos e insistió en que se mantuvieran separadas a las tres niñas de Sandra, porque la dirección quería poner a una de ellas en la misma aula”, indica. Villar es consciente de que las Irlandesas de Loreto van a tratar de “minimizar su actuación y la influencia del acoso en el suicidio de su sobrina” y entiende que esa es la estrategia que persigue el nuevo comunicado de la entidad.

En él, el colegio informa de que va a llevar a cabo “un análisis de nuestro entorno educativo con el objetivo de seguir profundizando en los mecanismos actuales de atención integral a nuestro alumnado”. En este proceso, y para concretar un “plan de acción”, solicitarán el “apoyo de visiones externas, especializadas en psicología y en servicios sociales”.

“Nos encontramos en un contexto altamente sensible en el que urge abordar con más rapidez, flexibilidad y determinación situaciones de necesidad o vulnerabilidad que nuestros jóvenes pueden atravesar a lo largo de sus años de desarrollo”, continúa el comunicado, en el que se llama la atención sobre “los ecosistemas digitales” y se pone como ejemplo el acoso en redes sociales que han sufrido las tres menores que hostigaron a Sandra, y el propio equipo docente. La Fiscalía investiga desde este martes las amenazas a las tres menores, también de 14 años, y la difusión de imágenes en redes, que han pedido a una plataforma digital, que haga desaparecer.

El comunicado no alude a que el centro no activó los protocolos en vigor para combatir el acoso y esa “vulnerabilidad” a la que se refiere el texto. Aunque el colegio separó a las niñas de clase y designó a dos profesores de referencia, no puso en marcha la comisión de convivencia, ni habló con las supuestas acosadoras ni, como ha recriminado la Consejería, activó el protocolo en la plataforma Séneca, de manera que la Inspección Educativa pudiera tener conocimiento de la situación.

Este es el tercer comunicado que ha emitido el colegio desde que el 14 de octubre su alumna Sandra se quitara la vida. El primer fue para trasladar su consternación ante lo sucedido; en el segundo, que se lanzó el pasado lunes, pedía respeto al alumnado por las pintadas en los muros del centro con mensajes en los que no solo se acusaba a todos los alumnos y profesores de cómplices, sino que se señalaba directamente con sus nombres a las supuestas acosadoras de Sandra, junto al calificativo de asesinas. Las pintadas fueron borradas ese mismo día, aunque el martes volvió a escribirse la identidad de las menores, que también se limpió poco después.

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