Las universidades españolas romperán relaciones con las de Israel que no se comprometan con la paz
Los rectores emiten un comunicado en el que hacen suyo “el sentir” de los centros españoles y sus reivindicaciones
La conferencia de rectores (CRUE) ha expresado en varias ocasiones su rechazo a la intervención de las tropas de Israel en la Franja de Gaza y los secuestros de Hamás y ahora da un paso más y se compromete a “revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”. ...
La conferencia de rectores (CRUE) ha expresado en varias ocasiones su rechazo a la intervención de las tropas de Israel en la Franja de Gaza y los secuestros de Hamás y ahora da un paso más y se compromete a “revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”. Así lo han expresado este jueves en un comunicado tras la reunión mensual que reúne a la junta rectora de la conferencia. Más de 34.000 personas han muerto en Gaza desde el pasado octubre.
Además, la CRUE, que reúne a 77 universidades públicas y privadas (no todas), hace suyo el “sentir” de sus campus y “la reivindicación que desde ellos se está extendiendo”. Es decir, apoya las acampadas ―todas en campus públicos― que comenzaron este lunes en Valencia y que se han extendido a otros centros de Madrid, Andalucía, Cataluña, País Vasco y Navarra. Estos campamentos han recibido críticas de dirigentes populares, como la presidenta madrileña Isabel Ayuso y el portavoz del partido, Borja Sémper (en su opinión, las acampadas están destinadas “contra Israel y a favor de Hamás“); y el apoyo, por otra parte, de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. También el ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, ha reclamado a las empresas españolas en Israel que tomen medidas para no contribuir al “genocidio”
Los rectores se comprometen, asimismo, a “intensificar la cooperación con el sistema científico y de educación superior palestino y ampliar nuestros programas de cooperación, voluntariado y atención a la población refugiada”. También a “velar por que, en el ejercicio de la libre expresión, no se produzcan conductas, igualmente reprobables, de antisemitismo o islamofobia, así como a cualquier otro comportamiento de odio en el seno de las comunidades universitarias”. La CRUE aúna sensibilidades muy distintas ―hay universidades públicas, religiosas, familiares, de fondos de inversión...― y no es habitual que se manifieste. La medida no es vinculante para los miembros de la CRUE que es una asociación privada, en la que cada cual es libre.
El comunicado de los rectores no convence a los acampados que continuarán con sus protestas. “Entre las múltiples palabras vacías, no vemos una respuesta a nuestras reivindicaciones. No queremos que los rectores “revisen” sus contratos, sino la ruptura total de relaciones de todo tipo. Además de los convenios con universidades israelíes, nuestras universidades mantienen relaciones con empresas que financian el genocidio contra el pueblo palestino. No nos vale una revisión vacía, mientras se lucran con la compra venta de armas que se utilizan contra el pueblo palestino”, se afirma en un comunicado de los acampados.
El 24 de abril la Universidad del País Vasco hizo público un manifiesto en el sentido del de la CRUE y, este miércoles, la Universidad de Granada volvió a plantear la posibilidad de suspender eventualmente las relaciones académicas con centros israelíes que no condenasen la agresión, pero aguardaba conocer la posición del conjunto de rectores. Además, este jueves, a primera hora, el claustro de la Universidad de Barcelona hacía público un comunicado en el que, entre otras medidas, pedía la “creación de una comisión de investigación sobre posibles relaciones institucionales entre la universidad y entidades que no cumplen el derecho internacional humanitario”.
Israel, pese a su pequeño tamaño, no llega a los 10 millones de habitantes, es potencia mundial en varios campos del conocimiento por la fuerte inversión y se demuestra en el ránking Shanghái, que mide la producción científica: posiciona siete universidades entre las 700 primeras del mundo, tres de ellas entre las 100 primeras, lideradas por Estados Unidos y Reino Unido. Mientras que en España, con 48 millones de censados y unos campus públicos infrafinanciados, apenas las universidades de Barcelona y Granada se cuelan en la franja de las 200 a 300 mejores.
Un mes después de los 250 secuestros de Hamás y los cerca de 1.200 muertos, VERA (Association of University Heads), la asociación que concentra a los rectores de las universidades israelíes, lanzó una carta muy crítica con sus colegas en Occidente: “Es irónico que los mismos salones de la ilustración en Estados Unidos y Europa, aparentemente los bastiones del pensamiento intelectual y progresista que son sus campus, hayan adoptado a Hamás como la causa célebre mientras se demoniza a Israel. Las universidades, como centros de ilustración y discurso racional, deben asumir la responsabilidad de las opiniones que perpetúan”. Y cerraban su misiva pidiendo “un cambio radical en la claridad y la verdad en el mundo académico sobre la cuestión de la guerra de Israel contra Hamás, para que la luz triunfe sobre la oscuridad, ahora y siempre”.
Las universidades israelíes no han pedido formalmente el cese de la ocupación de la Franja. Algunos profesores se han sentido censurados por sus opiniones. El caso más mediático fue el de una profesora palestina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Nadera Shalhoub-Kevorkian, que fue expulsada del centro académico tras decir en una entrevista que Israel estaba cometiendo un “genocidio” en Gaza. Volvió a su puesto y la policía abrió una investigación, informa Antonio Pita desde el Líbano. Así mismo, más de 100 estudiantes universitarios, casi todos palestinos con ciudadanía israelí, han sufrido medidas disciplinarias desde el ataque. Ocho de ellos fueron temporalmente suspendidos por la Universidad de Haifa por “incitación” a la violencia, a causa de sus publicaciones aquel día en redes sociales.
El precedente de Rusia
La CRUE fue más tajante en marzo de 2022 en el caso de la ruptura de relaciones con las universidades rusas tras la invasión de Ucrania, pero en esa ocasión se sumaban a lo acordado en la Asociación de Universidades Europeas (EUA). Tras una carta de 200 rectores y presidentes de universidades rusas de apoyo a Vladímir Putin, la conferencia española emplazó a paralizar “con efecto inmediato hasta nuevo aviso” los convenios y comenzó un goteo de expulsiones de campus rusos de la EUA. Las relaciones no se han reanudado.
En el caso de Rusia, a su vez, la Comisión Europea paralizó los proyectos actuales y venideros de cooperación científica con el país en el marco de Horizonte Europa ―la mayor fuente de financiación internacional―, incluso anulando pagos pendientes.
Fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades han señalado que el departamento respalda “el compromiso manifestado por la CRUE con la paz, la convivencia y la justicia y con la defensa del derecho internacional humanitario” y han aprovechado a enfatizar su rechazo a “cualquier intento de criminalización contra de los jóvenes que reclaman la paz en Gaza”, tras las palabras de los dirigentes populares.
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