Innovación y sostenibilidad, las claves para elegir profesión

Cerca de 1.000 jóvenes con mascarilla pululaban este jueves por un gran pabellón con la intención de decidir sus próximos pasos académicos y laborales. Acudían a EL PAÍS con tu futuro, el congreso anual del diario que, en su octava edición en España, ha reunido a destacados expertos de diferentes disciplinas, con el objetivo de responder a la pregunta trascendental de tantos jóvenes al terminar sus estudios esenciales: ¿a qué me quiero dedicar? La cita reunió en los cines Kinépolis de Madrid a alumnos de entre 16 y 18 años...

Cerca de 1.000 jóvenes con mascarilla pululaban este jueves por un gran pabellón con la intención de decidir sus próximos pasos académicos y laborales. Acudían a EL PAÍS con tu futuro, el congreso anual del diario que, en su octava edición en España, ha reunido a destacados expertos de diferentes disciplinas, con el objetivo de responder a la pregunta trascendental de tantos jóvenes al terminar sus estudios esenciales: ¿a qué me quiero dedicar? La cita reunió en los cines Kinépolis de Madrid a alumnos de entre 16 y 18 años de Bachillerato y Formación Profesional de toda España. Y aunque no todos tienen la decisión tomada ―alrededor del 40% del público lo admitió a mano alzada―, las charlas y encuentros personales con los expertos les han servido a muchos para entender que, en esencia, el mercado laboral está en constante evolución, y que la sostenibilidad y la innovación son el nexo que acabará por influirles.

Las profesiones se han transformado para adaptarse a las necesidades del momento social, y eso implica escuchar a la realidad. Una de ellas, coincidente con los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, es la acción por el clima. Y en este sentido habló la directora de Sostenibilidad de IKEA España, Mónica Chao. “Hay mucha inversión privada que busca inversión sostenible de gente joven. Trabajar en sostenibilidad es construir el futuro y vosotros podéis hacerlo”, dijo. Son muchos los desafíos del planeta: la temperatura ha subido, las especies se extinguen y algunos estudios apuntan a que los corales desaparecerán en los próximos 30 años, entre otras realidades. Chao explicó que se puede generar negocio a través de los desafíos. Consumir menos residuos y hacerlos más sostenibles es posible, dijo, y en eso, en parte, consiste su trabajo.

La jornada, que se emitió este jueves en directo y cuyo vídeo está disponible en la web de EL PAÍS, se dividió en 22 charlas de ocho minutos desarrolladas por profesionales con trayectorias destacadas de las ciencias y las humanidades, que ayudaron a los jóvenes a entender por qué es tan relevante el papel de la tecnología en las nuevas profesiones, si se tiene en cuenta la continua innovación. La agricultora Lorena Guerra, por ejemplo, ha sabido optimizar al máximo los resultados de ese trabajo tradicional. Su padre le transmitió la pasión por el campo desde pequeña. Hoy es ingeniera técnica agrícola y se dedica a su empresa familiar. “La imagen de un agricultor, de señor mayor con sombrero de paja y espiga en la boca, no tiene nada que ver con la actual”, resumió. Se refirió a las infinitas herramientas tecnológicas, al uso de drones, a la optimización de los tiempos por el uso del GPS, a la eficiencia en los cultivos gracias al análisis masivo de datos y a la digitalización que se ha introducido hace años en el sector, como en tantos otros. “Haz de tu pasión tu profesión y no serás uno más del grupo”, les conminó.

Otra de estas nuevas áreas de desarrollo es la ciencia de datos, asunto que abordó el senior data scientist (jefe científico de datos) en el Área de Modelos y Datos del Banco Santander, Carlos Ortiz Oñate. “¿Sabéis cuántos datos generamos en nuestro día a día?”, interpeló a los asistentes: “más de 140 gigabytes cada uno de nosotros. Si lo extrapolamos a los 365 días del año es más fácil comprender el término big data”.

Y como si de un buen restaurante se tratase, definió en qué consiste su trabajo. “Las recetas van a ser los algoritmos de inteligencia artificial que nos van a permitir entender los datos y llegar a tener un producto, un plato. Y después está el chef, que tendrá que adaptar, y desarrollar nuevas recetas; justo el papel de un científico de datos”, explicó.

El manejo masivo de los números no es nuevo, pero cada vez resulta más preciso entender el comportamiento de un cliente, anticiparse a las necesidades y, en consecuencia, ofrecer un mejor servicio. Y no solo eso: “Como científicos de datos también trabajamos y luchamos por perseguir a los malos: desarrollamos modelos de machine learning [aprendizaje mecánico] que anticipen comportamientos anómalos que pueden estar relacionados con el lavado de dinero”, sintetizó ante un público, en su mayoría, de Bachillerato científico.

La ciberseguridad, precisamente, fue otro de los temas relevantes y abordados por varios de los ponentes. Y no desde la misma rama. Cuando estudió Derecho el legal manager (asesor jurídico) del equipo de asesoría jurídica-procesal del Santander, Javier Simón, ni siquiera existía esta rama. “Hoy [el ciberdelito] es la actividad delictiva más grande del mundo”, aseguró. Y en combatirla se afana también Marta López, analista de ciberseguridad en Entelgy Innotec Security, que trabaja junto a la Guardia Civil: “Hackers somos todos, pero solo los piratas informáticos atacan. Nosotros, cuando hay un ataque informático, vemos por dónde se han colado, y comenzamos a bloquear”.

Si algo demostró el acto es que el trabajo se hace cada vez más transversal: existen numerosas soluciones para un solo problema. Por eso un equipo multidisciplinar es la mejor respuesta.

La creatividad publicitaria, el periodismo en redes sociales, el marketing digital, la biotecnología o la ingeniería aeronáutica compusieron el resto de las materias abordadas durante casi cuatro horas de historias de éxitos personales con el mismo mensaje de fondo: pasión y resiliencia. Ese fue al menos uno de los consejos que se llevó el joven de 17 años Carlos Gafas, que todavía no tiene decidido su futuro, pero parece inclinarse por la Ingeniería Espacial. Por eso salió durante la jornada a hablar con uno de los ponentes que más le gustó, la responsable de Tecnología y Desarrollo en Airbus, Belén García Molano, quien contó que trabaja ya en el diseño de aviones sostenibles. “Lo que decidamos este año nos va a condicionar para el resto de nuestra vida. Me gusta esta ingeniería porque es de las que mejor pagan y en las que menos paro juvenil hay”, sostuvo Gafas. Su amigo, Gonzalo Sánchez, de la misma edad, se debate entre cursar Ingeniería Química o Ingeniería de la Energía. “Me preocupan las salidas profesionales, las aplicaciones que aprenderé y cómo puedo utilizarlas para construir un mundo mejor”.

Consulta aquí la guía de EY Insights: “En un mundo tan cambiante, ¿sabes hacia dónde avanzar? Una guía para los jóvenes de hoy sobre el mercado laboral del mañana”

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