Eduardo Elsztain: el empresario que susurra a Milei
Cercano al presidente ultra, es el dueño del grupo empresarial IRSA, que concentra desarrollo inmobiliario y producción agropecuaria y ahora apuesta por la minería
La minería es uno de los pocos sectores de la economía argentina que crecieron durante el primer año del Gobierno de Javier Milei. Y allí comenzó a profundizar sus inversiones el poderoso empresario Eduardo Elsztain, dueño de una de las principales compañías de desarrollo inmobiliario del país sudamericano y de cientos de miles de hectáreas de producción agropecuaria. Elsztain es, también, un hombre cercano al mandatario ultraderechista: no solo lo ha apoyado públicamente, sino que alojó a Mi...
La minería es uno de los pocos sectores de la economía argentina que crecieron durante el primer año del Gobierno de Javier Milei. Y allí comenzó a profundizar sus inversiones el poderoso empresario Eduardo Elsztain, dueño de una de las principales compañías de desarrollo inmobiliario del país sudamericano y de cientos de miles de hectáreas de producción agropecuaria. Elsztain es, también, un hombre cercano al mandatario ultraderechista: no solo lo ha apoyado públicamente, sino que alojó a Milei en uno de sus hoteles durante los primeros tiempos de su presidencia y también lo acompañó en un viaje espiritual tras su triunfo electoral.
Nacido hace 65 años en Buenos Aires, Elsztain vio los destellos iniciales de su buena estrella para los negocios en los años noventa, cuando Argentina era gobernada por quien Milei suele definir como el mejor presidente de la democracia, el peronista y neoliberal Carlos Menem (1989-1999). Una década antes, la compañía Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima (IRSA), fundada en 1943 por un abuelo polaco del empresario, era apenas una oficina con una secretaria. El despegue comenzó en 1991, cuando Elsztain tomó el control y la reestructuró hasta llevarla a ser hoy el corazón de un grupo empresarial que articula bienes raíces, finanzas, producción agropecuaria y ahora también explotación mineral.
La firma comenzó apostando por el mercado inmobiliario, primero con el alquiler de oficinas y luego con el desarrollo de los principales centros comerciales del país (posee 15). Entre 1997 y 1999 se volcó en el mercado de la hotelería y adquirió el famoso Llao Llao en Bariloche, entre otros hoteles. Antes de que finalizara el siglo, se asociaría al Estado en la administración del Banco Hipotecario Nacional, la pata financiera del conglomerado. Actualmente, IRSA declara tener unos 800 empleados y un valor de mercado cercano a los 1.200 millones de dólares.
Mientras explotaba los ladrillos, Elsztain invirtió además en el sector que mayor rédito le ha dado históricamente a Argentina: el agropecuario. Lo hizo también desde los noventa, cuando compró la empresa Cresud. La firma posee unas 800.000 hectáreas, distribuidas en Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay. La producción, para el último ejercicio cerrado a mediados de 2024, superó las 700.000 toneladas de granos (soja, trigo, maíz y girasol) y las 9.000 toneladas de carne vacuna.
Vínculo espiritual
Si bien Elsztain ha mantenido buen diálogo con los sucesivos Gobiernos argentinos, su vínculo con Milei ha sido más personal. Durante la campaña electoral de 2023, el entonces candidato instaló su base de operaciones en el hotel Libertador, propiedad de IRSA. No solo eso: Milei vivió ahí mismo dos meses y medio, incluso después de ser elegido. El empresario fue, además, uno de los promotores del acercamiento del presidente a la religiosidad judía. Antes de las elecciones lo instó a realizar un viaje espiritual a Nueva York para conocer la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, líder del movimiento ultraortodoxo Lubavitch. En una suerte de agradecimiento o celebración, Milei volvió al lugar en su primer viaje como presidente electo y lo hizo acompañado, entre otros, por el propio Elsztain.
“El presidente Milei es un fenómeno joven y de cambio. (…) Es una bendición que, después de 40 años de desierto económico, llegue un economista que entienda de economía. Argentina eligió una propuesta distinta y creo que le hará mucho bien”, fueron algunos de los elogios que Elsztain le dedicó al mandatario ultra a fines del año pasado, cuando IRSA celebró 30 años de cotización en la Bolsa de Nueva York y 75 años en la Bolsa de Buenos Aires.
La esperanza depositada por el empresario en Milei todavía permanece en el terreno de la convicción. El primer año del Gobierno ultra estuvo marcado por un drástico ajuste en busca del superávit fiscal y una severa contracción de la economía. Los datos oficiales más recientes sobre la actividad en Argentina, publicados el pasado enero por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), pero referidos a noviembre de 2024, muestran que la mayoría de los sectores cayeron en la comparación interanual, desde la construcción (bajó un 14,2%) hasta el comercio (-1,3) y la industria (-2,3). Los rubros donde se destacan las inversiones de Elsztain sufrieron algo menos. La actividad inmobiliaria creció un 0,9%. El negocio agropecuario, afectado por la caída del precio de las materias primas y por la sequía local, exhibió un 0% de variación interanual.
En ese marco, el último informe del balance de IRSA, correspondiente al trimestre inicial del periodo 2024-2025, registró una pérdida de 109.135 millones de pesos (unos 109 millones de dólares, al cambio oficial). Para Cresud, el resultado neto del ejercicio pasado (cerrado a mediados de 2024) arrojó una ganancia de 104.729 millones de pesos, menos de la mitad de los 279.709 millones ganados en el periodo previo; claro que entre ambos balances medió una inflación interanual del 270%.
La decisión estratégica de Elsztain, en ese escenario, fue reforzar su protagonismo en la minería, uno de los contados sectores que crecieron durante el último año en Argentina. De acuerdo con los mismos datos oficiales del Indec, la explotación de minas y canteras tuvo una expansión interanual del 7,1% —cuando en el mismo lapso el conjunto de la actividad económica solo se incrementó el 0,1%—.
A través de Austral Gold Limited, Elsztain ya tenía presencia en la explotación minera de oro y plata, tanto en Argentina como en Chile. Con una primera inversión en el abril pasado y otra en el pasado enero, por un total cercano a los 10 millones de dólares, el empresario adquirió la mayoría accionarial de la firma australiana Challenger Gold, encargada de la mina aurífera de Hualilán, en San Juan. En la misma provincia, el grupo desarrolla el proyecto Casposo, otra mina de oro.
La apuesta de Elsztain tiene el amparo de las medidas del Gobierno que favorecen al sector, en especial las exenciones impositivas previstas por el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI). Pero también cuenta con el precio récord alcanzado por el oro en 2024, cuando la cotización de la onza subió un 29,49% y llegó a 2.787 dólares. Los analistas estiman que este año puede trepar hasta los 3.000 dólares. Todo indica que se trata de una inversión prometedora en una economía incierta como la argentina.