Fabricar casas como si fueran coches para reducir el plazo de entrega en un 40%
El Gobierno impulsa la construcción industrializada para poner más viviendas en el mercado en un menor tiempo
Son pocas las promociones de vivienda en España que se han hecho, total o parcialmente, en una fábrica. La construcción industrializada está en una fase muy incipiente y se calcula que su implantación apenas ronda el 5%, aunque sus perspectivas de crecimiento en los próximos años son significativas. “Cada vez más promotores y constructores están estudiando en sus licitaciones el poder incorporar componentes industrializados”, afirma Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente del Clúster de la Edificación y de la Corporación Vía Ágora. Prueba de ello es que en el país existen 10 fábricas de baños industrializados y que algunas de las promotoras más importantes ya se han estrenado, como la cotizada Aedas Home, Vía Ágora o Culmia.
La construcción industrializada implica producir en una fábrica los módulos, piezas y elementos que luego se ensamblan en el terreno, lo que tiene ventajas evidentes frente a la construcción tradicional. “Permite ahorrar tiempo de ejecución y costes asociados al proceso constructivo, además de un uso más racional de los materiales, el aprovechamiento de los recursos naturales y la reducción de residuos”, dice Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).
La reducción de los plazos es muy relevante: de hasta el 40%. Además, esta forma de construir salva un problema preocupante como es la falta de mano de obra. “No se entiende el futuro del sector sin industrializar”, sentencia Gómez-Pintado. El empresario recuerda que en los próximos 10 años se jubila el 30% de la fuerza laboral y solo se está incorporando un 5%. Sin obviar el hecho de que las distintas normativas obligan al uso de materiales más sostenibles, como la madera. El sector lleva tiempo insistiendo en la necesidad de transformar el negocio, que sigue siendo muy artesanal, en una verdadera industria. Y advierten de que si no se da el paso será muy complicado hacer frente a las 250.000 nuevas casas que necesita el país cada año. “Este camino es el único que permitirá aumentar la capacidad para producir las viviendas que nuestra sociedad necesita”, sostiene José María Quirós, delegado de Industrialización de Aedas Homes. Aunque esto no significa, ni ahora ni después, que solo se vayan a hacer viviendas en fábricas. Vall-llossera es rotunda: “Salvo en zonas contadas, es imposible desprenderse de la construcción habitual”. Además, los trabajos de movimiento de tierras, cimentación y una buena parte de las obras de urbanización se ejecutan de manera tradicional.
Dada la urgencia en construir, sobre todo pisos asequibles, el Gobierno anunció el pasado enero un nuevo proyecto estratégico, el PERTE de viviendas, destinado a impulsar la innovación y modernización del sector de la construcción industrializada y modular, para poder construir casas en menos tiempo y revertir cuanto antes la grave crisis de acceso a la vivienda que padece el país. En esta línea, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, alababa hace unos días las casas prefabricadas como una gran solución. Algunos usuarios de redes sociales criticaron el anuncio de Sánchez al equiparar, equivocadamente, el trabajo en fábrica con la mala calidad. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario. “Impulsar la industrialización de la construcción no significa hacer peores casas, sino aplicar tecnología y eficiencia para construir más rápido, mejor y con un menor impacto ambiental”, explica Gómez-Pintado. Frente a los retrasos y errores que se cometen en la obra, se apuesta por procesos de fabricación “similares a los de la industria automovilística o aeronáutica”.
Así se consigue una precisión milimétrica. Cada vivienda es sometida a un estricto control de calidad. “Estas prácticas garantizan los resultados finales y el cumplimiento de los estándares, reduciendo drásticamente los trabajos de final de obra y eliminando casi por completo los servicios de posventa con la reducción de costes que conlleva”, dice Quirós.
Esto no implica, de momento, que el precio final de un piso industrializado sea más económico para el comprador, sobre todo si se usan estructuras y envolventes de madera, que tienen un sobrecoste del 3%. “La tendencia de los costes de la construcción tradicional será a subir, y los de la industrializada, a mantenerse”, apunta Quirós. Porque, al final, el tiempo es dinero. “Una mejora de los tiempos de ejecución y una mayor capacidad de adaptación futura deben redundar en los precios de venta, aprovechando las economías de escala”, añade la presidenta del CSCAE. “Se trata de una apuesta de futuro”, concluye Gómez-Pintado.
Una de las promotoras pioneras es Aedas Homes, que desde 2018 ha puesto en marcha (entregadas y en desarrollo) 6.730 viviendas total o parcialmente industrializadas en 105 promociones. Suman más de 12.000 baños industrializados. Algunas viviendas se han fabricado totalmente offsite (en fábrica) con sistemas modulares 3D y otras integran componentes prefabricados como estructuras, baños, fachadas o escaleras. La firma, que no tiene factoría propia, pero trabaja con los principales fabricantes de baños, de estructuras de hormigón y madera y de fachadas, se comprometió a que a partir de 2023 el 25% de las viviendas entregadas fueran total o parcialmente industrializadas. “Ahora elevamos este compromiso al 30% a partir de 2026″, dice Quirós.
Las pioneras
La promotora Vía Ágora, cuyos residenciales tienen un alto porcentaje de industrialización, es otra de las compañías punteras. Desarrolla dos promociones en Navalcarnero (Madrid) con diferentes sistemas industrializados, lo que le permitirá comparar y extraer conclusiones. El grupo empresarial al que pertenece, Corporación Vía Ágora, comenzó a fabricar baños industrializados con Conspace en 2014 y en 2021 creó Lignum Tech, especializada en desarrollar fachadas y baños industrializados. Tiene dos fábricas en Cuenca y construye una más para la primera transformación de la madera, teniendo toda la verticalidad del negocio con la compañía Lignum Tech Forest, dedicada a la gestión forestal.
La industrialización camina, pero se enfrenta a desafíos importantes, como la necesidad de desarrollar un tejido industrial. “Hace falta crear una industria que pueda responder al reto y una profesionalización en los oficios, que, en estos momentos, está lejos de lo que se requiere”, cree Vall-llossera. Pero si hay un cuello de botella es el de la financiación, ya que la tradicional no funciona con un modelo industrializado. “Creo que debería crearse un modelo de financiación específico para la industrialización. De esta forma, se impulsaría la ampliación y creación de nuevas fábricas y se podrían financiar los sistemas constructivos que no están instalados en obra”, dice el presidente del Clúster de la Edificación. Esta asociación mantiene reuniones con el Banco Europeo de Inversiones y el ICO, además de con las administraciones públicas, para analizar qué hacer. También es precisa la adaptación de diferentes normativas, porque no es lo mismo construir in situ que offsite, remata Quirós. Según Aedas Homes, la Administración podría primar el uso de la construcción industrializada en los pliegos de licitación de sus obras, ayudando a financiar las nuevas fábricas e incluso permitiendo aumentar la edificabilidad en los casos en los que los métodos modernos de construcción reduzcan la huella de carbono que generan los edificios.