Natura Bissé, la idea cosmética que nació en una fábrica de piensos y ahora inspira a Beyoncé

La empresa familiar catalana factura 111 millones de euros en 2023, con un crecimiento del 24%. Hoteles, ‘spa’ y perfumerías de lujo son sus principales canales de venta y ahora busca conquistar a los pequeños consumidores

Dos empleadas trabajan en la casa-fábrica de Natura Bissé, en una imagen proporcionada por la compañía.

“Natura Bissé nació de una duda existencial”. Con esta provocativa frase de Ricardo Fisas Vergés, consejero de la marca, comienza la visita a su casa-fábrica cortesía de la compañía. Fisas cuenta que su padre, el fundador de quien lleva el nombre, iba para cura, pero después de 12 años con los jesuitas decidió abandonar y empezar a trabajar. Tras desempeñarse en varias empresas, fue despedido de la última, una productora de piensos donde descubrió que la hidrolización de proteínas dejaba las manos...

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“Natura Bissé nació de una duda existencial”. Con esta provocativa frase de Ricardo Fisas Vergés, consejero de la marca, comienza la visita a su casa-fábrica cortesía de la compañía. Fisas cuenta que su padre, el fundador de quien lleva el nombre, iba para cura, pero después de 12 años con los jesuitas decidió abandonar y empezar a trabajar. Tras desempeñarse en varias empresas, fue despedido de la última, una productora de piensos donde descubrió que la hidrolización de proteínas dejaba las manos de los operarios más suaves que un guante y no se lo pensó. Con las 800.000 pesetas de la indemnización puso en marcha en 1979 una firma de cosméticos de lujo, “un negocio del que no tenía ni idea y costó llantos de mi madre”, prosigue, y que actualmente utilizan famosas como Catherine Zeta-Jones, Emma Roberts, Miley Cirus o la española Marta Etura.

Veronica Fisas, consejera delegada de Natura Bissé.

La Natura Bissé de hoy nada tiene que ver con la de esos orígenes, en los comercializaba cinco cremas frente a las 150 de ahora, lo hacía en España en lugar de en los 40 países en los que tiene presencia. Actualmente, el 83% de sus ventas, de 111 millones de euros el pasado año (con un crecimiento del 24%), proceden del exterior. Con China como primer mercado, asegura su consejera delegada, Verónica Fisas, tras haber desbancado a Estados Unidos, donde “nos estampamos y casi se va al garete la compañía” en la primera incursión, y en la segunda, de la mano de los grandes almacenes Neiman Marcus, obtuvieron un gran éxito, que sirvió de efecto llamada para posicionarse en su competidor Bergdorf Goodman o en los británicos Harrods.

Pero el campanazo en EE UU llegó en 2004 de la mano de De Beers y de Hollywood, donde comenzaron a hacer sus tratamientos con diamantes a las estrellas de cine antes de la gala de los Oscar. Esos tratamientos a los que canta Beyoncé en Upgrade U y que han probado Julia Roberts, Gwyneth Paltrow o Madonna. En los últimos años, han instalado en Los Ángeles una casa-Hollywood (así llaman a su espacio efímero donde hacen masajes faciales a las famosas) para proporcionárselos: “Es una inversión redonda”, declara Verónica Fisas, que no detalla el montante. Sí dice la cifra de beneficios de la compañía: ocho millones de euros en 2023.

Fábrica de Natura Bissé.

En las instalaciones de la firma familiar catalana, un moderno edificio de 15.000 metros cuadrados en el parque Barcelona Synchrotron de Cerdanyola del Vallés (Barcelona), se respira luz, tranquilidad y mimo. Estrenado en dos fases debido a la covid y totalmente operativo desde 2021 tras una inversión próxima a los 15 millones, mezcla cuarteles generales, centro logístico y fábrica sin estridencias. La planta donde se producen las cremas que han hecho famosa a Natura Bissé en el mundo parece un laboratorio farmacéutico. Es más, cumple los estándares de la FDA estadounidense, presume el consejero. Cualquiera de los 800 materiales con los que elaboran sus productos pasan varios filtros para estar exentos de polvo o suciedad y el personal ha de cambiarse de ropa cada vez que entra y sale del área de fabricación. Hay una sala donde se pesan los ingredientes para que la composición sea siempre la misma. Para su producto estrella, Diamond Extreme Cream, por ejemplo, con 30 ingredientes activos, se requieren seis horas solo para el pesado.

Luego se llevan a los reactores en los que se realiza la formulación en pequeñas dosis hasta que pasa el control de calidad. En otra sala se disponen los reactores donde se hacen las mezclas, grandes tanques de aluminio de 50, 250, 320, 500 kilos y una tonelada que actúan como una Termomix y en unas 9 horas tienen lista la citada crema. “Se necesitan 40 pasos para hacer una crema”, recalca Ricardo Fisas, también director corporativo de Comunicación. Después quedan en cuarentena entre 24 y 48 horas para evitar contaminaciones. De la fábrica salen mensualmente 30.000 kilos de producto o, lo que es lo mismo, 200.000 unidades.

Almacén automatizado de la compañía.

10.000 pedidos al mes

La zona de envasado es junto al laboratorio de innovación en la que más personal se afana en su tarea. En Natura Bissé trabajan casi 400 personas, el 80% mujeres. Un almacén automatizado de 16 metros de altura mueve 2.300 palets. En otra parte del almacén logístico se disponen los pedidos preparados para Singapur, China, Ucrania, Emiratos Árabes o Inglaterra, entre otros. Tienen un movimiento de 50 palets por hora: 10.00 pedidos al mes.

La mitad de las ventas de Natura Bissé, que debe el nombre a la actriz Jaqueline Bisset (el emblema del glamour de la época y que jocosamente dijo a la familia en un encuentro que les iba a pedir royalties por el uso de su apellido), provienen del canal profesional (el 60% de los salones y spa donde trabajan con sus productos y el 40% de los hoteles de lujo con spa) y la otra mitad del retail (se divide a partes iguales entre grandes almacenes, perfumerías y comercio online). Sus productos oscilan entre los 25 euros de una mascarilla facial Essential Shock y los 687 euros del sérum Inhibit, señala Verónica Fisas, que asegura que han subido los precios como consecuencia de la inflación y el aumento de los salarios. “Necesitamos trasladarlo por los muchos retos que tenemos por delante”.

Varias trabajadoras envasan los productos de Natura Bissé.

El principal desafío de la marca con vistas al futuro es hablar directamente al consumidor final, sostiene la consejera delegada: “En los próximos cinco años nuestra inversión se va a destinar a comunicación”. Para este ejercicio, Fisas prevé que la cifra de negocio suba entre un 11% y un 12%. “También puede ser un 15%. Depende de China, que está en un momento de crisis, y donde este año no creceremos como en los anteriores”.

La ejecutiva, que también preside la asociación del sector (Stanpa), se queja de que se diga que la cosmética no penetra en la piel. “Nosotros no estamos pintando la cara, estamos cuidando la piel, nuestros productos penetran más allá de la superficie. Tenemos que luchar como sector por redefinir el concepto de cosmético. La industria ha avanzado mucho y no puede ser que tengamos la misma regulación que hace 60 años”, afirma.

La empresa familiar no tiene intención de cotizar en el mercado bursátil, pero sí se plantea dar entrada a un socio que les ayude a crecer cuando se produzca el relevo de la tercera generación, explica Verónica Fisas: “Es un paso natural para la profesionalización de la empresa familiar. No por necesidad financiera”.

Bienestar probado

Mientras Natura Bissé prepara el 25º aniversario de la línea Diamond que le dio la fama para el año próximo, acaba de lanzar al mercado la crema Inhibit, una alternativa o complemento a los procedimientos médico-estéticos más invasivos, señala Verónica Fisas.
La ejecutiva habla del poder del tacto y sostiene que es la única empresa que lo ha medido, a través de un estudio neurocientífico con test de cortisol, adrenalina, saliva, encefalograma, electrocardiograma… que arroja que la mejora del bienestar de quienes prueban sus tratamientos (en hoteles, el 55% mujeres y el 45% hombres) es del 67%.
La compañía invierte cerca del 5% de su facturación en I+D. Pero no siempre acierta con el lanzamiento de sus productos. "A veces nos adelantamos a las demandas del mercado", admite la directiva, que pone como ejemplo la línea antipolución, que no cuajó. O la línea para hombres, que tampoco. "Muchos hombres prefieren robar el producto a sus mujeres", asegura su hermano, Ricardo Fisas.

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