El lento crecimiento de la economía española se ha debido a una baja inversión empresarial
Si se hace un trabajo de diagnóstico y se implementan soluciones que promuevan la inversión, se aceleraría la implantación de nuevo equipamiento y tecnología y con ello el crecimiento económico
En los últimos meses se han venido publicando varios informes y artículos de opinión que identifican la baja productividad laboral de la economía española como una variable fundamental que estaría limitando significativamente el crecimiento de su PIB.
La tesis que sostiene este artículo es que, si bien la productividad del factor trabajo en España ha sido menor que la de la UE-26 (UE-27 excluida España), el problema del bajo crec...
En los últimos meses se han venido publicando varios informes y artículos de opinión que identifican la baja productividad laboral de la economía española como una variable fundamental que estaría limitando significativamente el crecimiento de su PIB.
La tesis que sostiene este artículo es que, si bien la productividad del factor trabajo en España ha sido menor que la de la UE-26 (UE-27 excluida España), el problema del bajo crecimiento económico de nuestro país no se ha debido a esa menor productividad, sino que es consecuencia directa de un largo período de baja inversión en nuevos proyectos empresariales que comienza en 2008 y continúa en 2023.
Como es sabido, el crecimiento del PIB de un país proviene de dos factores que se complementan entre sí: el crecimiento de la productividad y el crecimiento de la actividad económica. Por otra parte, recordemos que la productividad del factor trabajo en España depende en un 90% aproximadamente de la suma por hora trabajada de los salarios brutos y del margen de las empresas. El 10% restante lo conforman los impuestos indirectos y las subvenciones que pagan y/o reciben las empresas. Por tanto, si se quiere aumentar la productividad de un país habrá que aumentar los salarios y el margen del conjunto de sus empresas. Si se tiene en cuenta que el coste de los productos y servicios en España han sido menores que en la UE-26, la diferencia de productividad del factor trabajo ha sido en media de un 3% desde 2008.
Para validar la tesis propuesta se han comparado en el cuadro siguiente las cifras del crecimiento de la productividad y de la actividad económica medida por el número de horas trabajadas en España, con las del resto de la Unión Europea (UE-26) y las de Estados Unidos para el periodo comprendido entre 2008 y 2023.
En dicha comparación se pone de manifiesto que el PIB por hora trabajada en España creció el 15% en términos reales, cifra ligeramente superior a la de la UE-26, que fue del 13%, y significativamente menor que la cifra de Estados Unidos, que fue del 20%. Sin embargo, como en esos años tuvo lugar en España una caída del número de horas trabajadas del 5%, mientras que en la UE-26 y en Estados Unidos creció un 3% y un 11% respectivamente, el resultado agregado de estos dos factores hizo que el crecimiento real del PIB español entre 2008 y 2023 fuese del 9% frente a un 17% en la UE-26 y un 33% en Estados Unidos.
Se confirmaría, a tenor de los datos anteriores, que el factor que frenó el crecimiento económico de España habría sido el crecimiento negativo de la actividad económica medida por el número de horas trabajadas, contradiciendo la extendida creencia de que el freno se habría debido a una baja productividad del factor trabajo, cuando de hecho creció en ese período más que la experimentada por la UE-26.
Este lento crecimiento de la economía española debería ser objeto de un profundo y permanente análisis en nuestra sociedad con el claro objetivo de acelerarlo. Para fomentar esta iniciativa nos proponemos responder a tres preguntas que consideramos claves en este análisis.
La primera pregunta sería ¿el crecimiento negativo del número de horas trabajadas en España se ha debido a alguna limitación en la disponibilidad de mano de obra?
En el cuadro siguiente se comparan las cifras de crecimiento del PIB y de la población en los tres grupos de países entre 2008 y 2023.
Se observa en el cuadro que España es, después de Estados Unidos, el país donde más ha crecido la población (5% frente al 10% en Estados Unidos y el 3% en la UE-26). Luego no parece que haya habido una limitación en la disponibilidad de mano de obra, afirmación que fácilmente se corrobora observando las altas cifras de paro habidas en este período de tiempo.
El bajo crecimiento del PIB en España, unido a un crecimiento significativo del número de habitantes, ha hecho que el crecimiento del PIB por habitante haya sido de solamente el 4% entre 2008 y 2023, un tercio del de la UE-26 (14%) y la quinta parte de Estados Unidos (22%). La consecuencia ha sido que los españoles nos hemos empobrecido significativamente con relación al resto de países en estos últimos 15 años.
Entonces, si la disponibilidad de la mano de obra no ha sido un factor limitativo, ¿dónde radica el problema que habría impedido que la actividad económica creciera en nuestro país a un ritmo positivo y comparable con el de los otros países? La respuesta se encuentra en el otro componente de la ecuación de producción que enuncia la teoría económica: la menor inversión en capital, que habría sido significativamente inferior a la de esos otros países.
Se puede observar estadísticamente que existe una alta correlación entre el PIB y la formación bruta de capital fijo (FBCF) sin la construcción residencial. Es la parte de la FBCF dedicada a la inversión productiva, tanto privada, realizada por las empresas para potenciar su crecimiento y la mejora de sus procesos productivos, como pública, que realizan los gobiernos para mejorar las infraestructuras que utilizan sus empresas y sus habitantes. Esta alta correlación en la práctica significa que cuanto más invierte en un país más crece su PIB.
A continuación, se presenta un gráfico de la FBCF sin la parte de construcción residencial para en los tres grupos de países.
En el gráfico se observa que mientras que en 2008 las cifras de FBCF sin la construcción residencial, en dólares constantes y ajustadas por poder de compra, eran relativamente próximas entre los tres grupos de países analizados (10.000 $ EEUU, 8.000 $ UE-26 y 8.500 $ España), en 2023 las diferencias fueron mucho mayores (14.000 $ EEUU, 10.000 $ UE-26 y 7.000 $ España).
Esta progresiva disminución del nivel de inversión en España y la UE-26 frente a Estados Unidos se observa también en el caso de la inversión en I+D del gráfico siguiente.
La conclusión práctica que se obtiene de este análisis es que, si la inversión de las empresas españolas en nuevos proyectos empresariales sigue siendo menor que en otros países, el crecimiento económico de España continuará siendo también menor. Pero también hay que destacar la diferencia que existe entre el ritmo de inversión entre Estados Unidos y el de la UE-26, que como consecuencia hace que el PIB de esta última habría crecido la mitad que el de Estados Unidos (17% frente al 33%).
A la vista de las cifras anteriores, la segunda pregunta sería ¿por qué la inversión productiva y en I+D de las empresas en España y el resto de Europa ha sido menor que las de Estados Unidos?
La respuesta a esta pregunta hay que buscarla en una menor iniciativa privada europea dispuesta a invertir. Las razones pueden ser varias: falta de rentabilidad de los nuevos proyectos; falta de empresas y empresarios dispuestos a abordar nuevos proyectos; falta de financiación (deuda y capital) para llevarlos a cabo; falta de know-how, personal técnico o mano de obra cualificada que permitan su puesta en marcha y funcionamiento; falta de infraestructuras investigadoras y físicas (equipamientos públicos, redes de transporte y comunicaciones, etc.), que faciliten el desarrollo de los nuevos proyectos o falta de un entorno competitivo adecuado (fiscalidad, legislación, marco laboral, etc.) que acompañen debidamente a los nuevos proyectos.
La tercera pregunta sería ¿qué efecto ha tenido este menor crecimiento económico de España sobre los salarios de los trabajadores españoles?
Para contestar a esta pregunta a continuación se muestra un cuadro comparando los aumentos de productividad con los de los salarios cuadro.
Se observa en el cuadro que entre 2008 y 2023, mientras la productividad laboral creció en España un 15% como se ha comentado, los salarios brutos ajustados por IPC lo hicieron en un 4%, es decir, un 26% del aumento de la productividad, mientras que en la UE-26 los salarios capturaron un 53% del aumento y en Estados Unidos un 72%. Por tanto, la respuesta a la tercera pregunta es que, el menor crecimiento económico en España ha venido asociado con un menor crecimiento de los salarios.
Para finalizar esta reflexión, hacemos una petición desde esta tribuna para que las distintas administraciones españolas aborden un análisis profundo de las causas por las cuales la inversión productiva creadora de empleo no está teniendo lugar con suficiente intensidad en España.
Si se hace este trabajo de diagnóstico y se implementan soluciones que promuevan la inversión, al igual que lo están haciendo otros países como Estados Unidos o China, se aceleraría la implantación de nuevo equipamiento y tecnología y con ello el crecimiento económico, lo que tendría un impacto positivo tanto en el aumento de los salarios como en el margen de las empresas. La consecuencia inducida sería también el aumento de la productividad de la economía española en su conjunto.