Máximo Pacheco, presidente de Codelco: “La transición energética avanza a un ritmo más rápido que la minería”

La empresa nacional chilena es el mayor productor global de cobre. Su responsable recuerda que en la formación de precios, además de la oferta y la demanda, entra también en juego la especulación financiera

Máximo Pacheco, presidente de Codelco, en Santiago de Chile el pasado abril.Tamara Merino (Bloomberg)

Chile está lleno de cobre. En el país andino se produce casi una cuarta parte de todo el metal rojizo que se consume en el planeta. La industria minera se defiende a capa y espada por los rendimientos que aporta a las finanzas públicas (en sus mejores épocas, por cada 100 dólares de ingreso fiscal total, entre 20 y 25 dólares han venido de las ventas del mineral). “Por eso, para cualquier jefe de Estado, para cualquier ministro de Hacienda, lo que suceda con ...

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Chile está lleno de cobre. En el país andino se produce casi una cuarta parte de todo el metal rojizo que se consume en el planeta. La industria minera se defiende a capa y espada por los rendimientos que aporta a las finanzas públicas (en sus mejores épocas, por cada 100 dólares de ingreso fiscal total, entre 20 y 25 dólares han venido de las ventas del mineral). “Por eso, para cualquier jefe de Estado, para cualquier ministro de Hacienda, lo que suceda con Codelco [Corporación Nacional del Cobre de Chile] es sumamente relevante”, afirma Máximo Pacheco, presidente de la empresa.

Hoy, la compañía atraviesa un momento agrio. En 2023, tuvo pérdidas de 591 millones de dólares. A ello se suma una alta competencia, una transformación del negocio hacia un modelo menos contaminante y precios globales que auguran problemas en la oferta. A pesar de esto, Codelco, que acaba de celebrar 53 años de nacionalización, lucha por mantener su posición en el mercado.

Pregunta. ¿Cuál es el papel del cobre chileno en el futuro?

Respuesta. El cobre es el metal más cotizado, el más valorado y el más requerido en la actualidad, especialmente en el contexto del cambio climático que enfrenta el planeta. El mundo está enfocado en la transición energética, que implica reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables; la economía se está electrificando, y este proceso requiere una gran cantidad de cobre. Además, con el aumento de las temperaturas y una clase media en expansión, se necesitarán muchos más aparatos de aire acondicionado, los cuales están llenos de cobre. En la movilidad, los coches eléctricos, las redes ferroviarias y, en general, la digitalización y tecnologías como la inteligencia artificial también dependen en gran medida del cobre. Todo esto nos llena de optimismo, porque Chile es el principal productor mundial, con 5,5 millones de toneladas, mientras que el segundo productor [República Democrática del Congo] produce 2,8 millones de toneladas. Por lo tanto, Chile tiene una posición privilegiada.

P. ¿Le preocupan los movimientos en los precios que estamos viendo este año?

R. En primer lugar, el cobre es un mineral que se usa para producir cables, tubos, etcétera, pero también es un activo financiero. Al igual que algunas personas ahorran en oro o plata, hay quienes invierten en cobre. Los activos financieros a menudo se comportan de manera distinta a la oferta y demanda del mineral; están más influenciados por las expectativas sobre la economía futura. Aquellos que creen que la economía mejorará compran cobre hoy con la esperanza de venderlo a un mejor precio mañana. Esto ha influido en los precios, creando lo que podría llamarse una crisis de optimismo. Por un lado, la economía parece estar superando los temores de recesión, con EE UU mostrando fortaleza, Europa manteniéndose estable y China superando los temores de colapso. Por otro lado, los Estados tienen dificultades en el desarrollo de proyectos mineros, especialmente en los nuevos desarrollos. Esto creará una brecha entre la oferta y la demanda. Algunas consultoras predicen un déficit de seis o siete millones de toneladas para 2030. Esta diferencia marcará el futuro del mercado.

P. ¿Por qué el avance de los proyectos no va al mismo ritmo que la demanda?

R. La minería tiene un alto impacto ambiental, y por eso la sociedad, los Estados y las comunidades son cada vez más exigentes con esta actividad. Hay más regulaciones y restricciones, lo que nos lleva al reto de hacer una minería diferente, utilizando innovación tecnológica y siendo más conscientes del consumo de recursos, como el agua. Codelco, por ejemplo, es la mayor consumidora de agua en Chile, con 5.500 litros por segundo. Estamos implementando medidas para reducir nuestra huella hídrica y avanzando hacia una matriz energética descarbonizada. Esperamos que, para 2026, entre el 70% y el 75% de nuestra energía provenga de fuentes renovables, con el objetivo de alcanzar el 100% antes de 2030.

P. ¿Hay suficientes inventarios ante cualquier contratiempo?

R. En la última década, el mercado global de cobre ha funcionado con inventarios que cubren solo tres días y medio de consumo. Actualmente, tenemos alrededor de 500.000 toneladas en stock, que cubren cuatro días y medio de consumo global. Aunque no diría que estamos en riesgo de desabastecimiento inmediato, el principal problema que enfrentamos como industria es que el mercado quiere avanzar hacia una nueva energía más rápido de lo que a veces es posible. Este cambio es complejo y rápido. Los proyectos mineros son de largo plazo; desde la exploración hasta la producción, puede pasar más de una década. Por lo tanto, el mayor desafío es sincronizar la velocidad de la transición energética con la producción de cobre. Esta tensión podría aumentar los precios, pero puede resolverse mediante el reciclaje.

P. Hoy se habla mucho del litio, ¿qué planes tiene la empresa?

R. Producimos varios metales, como molibdeno y plata. A partir del próximo año, también generaremos ingresos por litio en asociación con SQM. Sin embargo, nuestro nombre lo dice todo: somos la Corporación Nacional del Cobre, por lo que nuestra actividad principal seguirá siendo el cobre. La iniciativa del litio es parte de la estrategia nacional impulsada por el presidente Gabriel Boric y complementa la transición energética. No obstante, nuestros ingresos seguirán dependiendo principalmente del cobre, por lo que mantendremos nuestro enfoque en preservar nuestro liderazgo en su producción.

P. ¿Cuánto está invirtiendo la empresa de cara al futuro?

R. Este año, 2024, nuestro presupuesto de inversión será de 4.300 millones de dólares, el más alto para una empresa chilena. Prevemos que entre 2025 y 2034 esta cifra alcanzará los 50.000 millones de dólares. Históricamente, hemos invertido alrededor de 60 millones de dólares anuales en exploración, pero este año y el próximo planeamos duplicar ese presupuesto. Sabemos que Chile es un país con grandes recursos aún no suficientemente explorados, por lo que queremos aumentar significativamente nuestra inversión en exploración.

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