OHLA se enfrenta a la alargada sombra de la deuda
La empresa, en manos de la familia mexicana Amodio, acelera las desinversiones y adelgaza su apalancamiento. La filial de servicios y el complejo de Canalejas figuran entre las opciones para hacer caja
La empresa ideal tiene bases sólidas, liquidez en caja y capacidad para comprimir problemas como si fueran gases. Lástima que lo ideal solo exista en el pensamiento. Un ejemplo es la constructora OHLA (Obrascón Huarte Laín). La empresa registra una evolución sólida de la contratación, ventas al alza (24,7% de incremento enero-marzo) y capacidad de gestión. Pero no alcanza el ideal: le falta dinero para cubrir deudas.
En el mercado se piensa que OHLA baraja una ampliación de capital inminente para reforzar los cimientos. “Ningún comentario al respecto”, dice la empresa. Desde 2018, el objetivo de la compañía es “monetizar los activos no estratégicos para reducir su endeudamiento”, según recoge la memoria del último ejercicio. Traducido: tiene que vender propiedades para hacer frente a una deuda financiera de 522 millones de euros. La deuda de bonos supera los 412 millones más intereses: el 50% vence en marzo de 2025 y el 50% restante, en 2026. Una situación apurada que tiene cautiva de los bancos parte de la caja y que dificulta, entre otras cosas, la obtención de avales para competir en el mercado.
OHLA ha cerrado ya la venta de uno de los activos elegidos para aliviar la carga financiera: la participación del 25% en el Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal (CHUM). Con la operación de venta a John Laing Health Montreal Limited, propiedad de KKR, la constructora obtendrá 55 millones. Un paño para secar deuda. No basta. Otras dos propiedades tienen colgado el cartel de “se vende”: la filial de servicios Ingesan y la participación del 50% en el complejo hotelero y comercial Canalejas en Madrid. Todavía no son “pájaros en mano”, pero sí son más de 300 millones volando.
“La situación de la compañía es delicada”, resume Álvaro Blasco, analista de aTL Capital, a pesar de que desde la entrada en el capital de Luis y Mauricio Amodio en 2020 —propietarios del grupo mexicano Caabsa— la situación financiera y gestión ha mejorado mucho. “La valoración de la compañía está al 50% respecto a cuando ellos entraron”, detalla Blasco. Como es obligado, OHLA ve la botella medio llena y saca brillo a la evolución del negocio en el trienio: incremento del 30% en las ventas hasta los 3.600 millones en 2023; el doble de beneficio antes de impuestos —137 millones—; reducción del 30% de la deuda financiera y una cartera de negocio que ha alcanzado los 8.500 millones, un 70% por encima de las cifras de 2020.
Los analistas de Renta 4 también reconocen que la empresa, que una vez fue pieza destacada del imperio empresarial del marqués de Villar Mir, ha registrado una notable mejora operativa. En el primer trimestre, OHLA registró unas ventas de 794,9 millones, un 24,7% superiores al mismo periodo de 2023. Y el 70% de la cifra de negocio se generó en el exterior. “Se ha revertido la tendencia de años anteriores”, destacan fuentes de la compañía, convencidos de que está en el carril adecuado: “Para 2024″, aseguran, “OHLA prevé cerrar el año con unas ventas de 3.800 millones, un ebitda de 145 millones y una contratación de 4.100 millones, incluyendo a su división de servicios”.
Así que todo bien, con una condición: cerrar la venta de los activos previstos para reducir la deuda. Hay un factor positivo. “El capital riesgo está como loco por buscar inversiones y OHLA exhibe operaciones sabrosas. Puede haber muchos interesados en las compras. No va a tener problemas de venta”, sostiene Blasco.
La operación más jugosa es la venta del complejo Canalejas, situado junto a la Puerta del Sol de Madrid, que aloja el hotel Four Seasons, una galería comercial y plazas de garaje. La constructora comparte al 50% la propiedad del activo con Mohari, el vehículo de inversión del fundador de la casa de juego online PokerStars, Mark Scheinberg, al que OHLA ha demandado por supuestos abusos en el pacto de accionistas que suscribieron en su día. Las partes libran la batalla en la Cámara de Arbitraje de París, pero el proceso no interfiere en la venta del complejo. OHLA y Mohari han dado mandato de venta por el 100% del activo a Rothschild y Santander.
Por el momento, OHLA ha puesto una valoración teórica por la totalidad del complejo por encima de los 800 millones de euros. La cifra supera en mucho lo que pagó Mohari a OHLA por el 50% hace siete años, 225 millones. Los negocios del complejo navegan a distintas velocidades. Por un lado, el hotel Four Seasons está teniendo cifras adecuadas, pero la galería comercial, con todos los grandes del lujo presentes —Armani, Dior, Steffano Ricci, Cartier, Rolex…—, va a otro ritmo. “El hotel”, detalla la memoria del año 2023, “continúa en periodo de estabilización evolucionando correctamente y actualmente está posicionado como referente en el segmento de hoteles de lujo de Madrid alcanzando ocupaciones y ADR (Average Daily Rate) en los niveles de los hoteles de gran lujo de otras capitales europeas donde Four Seasons opera”. Una apuesta segura. Canalejas se sitúa en el eje Alcalá-Gran Vía de Madrid, donde en los próximos años se prevén aperturas de importantes establecimientos hoteleros que consolidarán la zona como núcleo turístico de gran lujo.
Otra alternativa
La otra gran pieza en el escaparate del OHLA es la filial de servicios Ingesan. La compañía cerró 2023 con unas ventas de cerca de 470 millones y un beneficio antes de impuestos de 11 millones. Hace un año OHLA calculaba obtener 100 millones para destinarlos, fundamentalmente, a cancelar un crédito puente de 40 millones que los bancos concedieron —con el aval del ICO— en mayo de 2023 y que vence el próximo mes de noviembre. “Valoramos positivamente los esfuerzos que se están realizando para generar caja en la actividad, si bien seguimos pendientes de la capacidad que tiene el grupo para hacer frente a sus vencimientos de deuda los próximos años”, señalan desde Renta 4. Nadie olvida que EY, auditor de la constructora, advirtió en las cuentas de 2023 que las dificultades de la compañía podían “generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”. Aunque las grandes deudas sean en muchos casos un privilegio de la riqueza, los cinco años oscuros de OHLA obligan a tomar medidas. Cuanto antes mejor.
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