Sensores para controlar los cultivos y ahorrar agua

La empresa alicantina Prismab fabrica equipos para que los agricultores midan la humedad en sus tierras y aumenten el rendimiento

Antonio Pastor, impulsor de la empresa Prismab.

Antonio Pastor, consejero delegado y fundador de Prismab, trabajaba como ingeniero de internet de las cosas (IoT) en la Universidad Miguel Hernández de Elche con el foco en el hogar digital. Su abuelo, agricultor de uva de mesa en el municipio de Novelda, le preguntó si todo lo que diseñaba en su empleo no se podría aplicar al campo. Una cuestión sencilla q...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Antonio Pastor, consejero delegado y fundador de Prismab, trabajaba como ingeniero de internet de las cosas (IoT) en la Universidad Miguel Hernández de Elche con el foco en el hogar digital. Su abuelo, agricultor de uva de mesa en el municipio de Novelda, le preguntó si todo lo que diseñaba en su empleo no se podría aplicar al campo. Una cuestión sencilla que a Pastor le abrió los ojos a una realidad: la falta de tecnología en el agro español para, por ejemplo, medir y corregir problemas como las ineficiencias en el riego. “En una fábrica a nadie se le ocurriría no controlar los costes de producción asociados a la rentabilidad de un producto. Pues esto ocurre en el campo español”, afirma.

Ante esta situación, en 2017 y con unos 50.000 euros de inversión inicial, montó la empresa junto con otros socios con un reto: simplificar y convertir en miniatura una tecnología que ya existía, para hacerla accesible a todos, y no solo a los grandes productores.

Una gama de sensores monitorizan los parámetros de suelo para saber la cantidad de agua disponible en la tierra; los de clima, para conocer la temperatura, humedad o radiación solar, y los de agua, para medir la calidad o el consumo realizado, y con un precio de entre 500 y 600 euros por sensor, cuatro veces menor que los que hay en el mercado. “Diseñados y fabricados en Alicante, hemos conseguido un aparato que se instala en tres minutos, que funciona con pilas normales, con una vida de hasta 10 años, sin mantenimiento y sin cuotas de suscripción. Tan solo hay que descargar una aplicación para acceder a la información, así los agricultores no son rehenes de ninguna empresa”, subraya Pastor.

Pese a sus virtudes, no todos los cultivos pueden contar con este sistema. “Para grandes extensiones como las de cereales hay tecnologías más indicadas. Nuestros sensores funcionan bien en cultivos de riego localizado como cítricos, hortalizas, olivar o vid”. Los datos medidos hasta ahora por Prismab en los más de 3.000 equipos instalados, sobre todo en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia, muestran un incremento del 15% de la producción y un ahorro de hasta el 50% en agua en algunos casos. En todo 2023 ahorraron 466.357 metros cúbicos de agua, lo que equivale a 187 piscinas olímpicas. Datos que llevan aparejados un menor consumo de energía y de uso de fertilizantes. Con tres empleados y una facturación de 200.000 euros, con beneficios que rondan los 25.000 euros, en 2024 quieren hacer que su tecnología sea todavía más accesible y barata.


Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal

Más información

Archivado En