Kobho Labs busca democratizar los complementos nutricionales

La ‘start-up’ española, fundada por un emprendedor de 28 años, prevé cerrar 2023 con unos ingresos de 600.000 euros

De izquierda a derecha: Álvaro Campillo, Elisa Blázquez, Ignacio Arrieta, Vicente Mera y el emprendedor Eduardo Arríen, socios de Kobho Labs.

La creciente concienciación de los ciudadanos en materia de nutrición, salud y bienestar ha impulsado —especialmente después de la pandemia de la covid— el consumo de complementos nutricionales. El tamaño del mercado mundial de suplementos dietéticos alcanzó los 164.000 millones de dólares en 2022 y se prevé que crezca un 9% anual hasta 2030, según Grand View Research.

En este boyante y competitivo negocio acaba de aterrizar el emprendedor vasco Eduardo Arríen, que con 28 años...

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La creciente concienciación de los ciudadanos en materia de nutrición, salud y bienestar ha impulsado —especialmente después de la pandemia de la covid— el consumo de complementos nutricionales. El tamaño del mercado mundial de suplementos dietéticos alcanzó los 164.000 millones de dólares en 2022 y se prevé que crezca un 9% anual hasta 2030, según Grand View Research.

En este boyante y competitivo negocio acaba de aterrizar el emprendedor vasco Eduardo Arríen, que con 28 años ha fundado la start-up española de complementos nutricionales Kobho Labs, junto al inversor Ignacio Arrieta y los doctores Vicente Mera, jefe de medicina interna y antiaging en la clínica de bienestar SHA Wellness (L’Albir, Alicante) y premio al mejor médico antienvejecimiento europeo 2021; Álvaro Campillo, especialista en cirugía general y digestiva, y Elisa Blázquez, nutricionista clínica especializada en inmunonutrición, coaching y suplementación ortomolecular.

“Competimos con más de 150 empresas para cada producto”, dice Arríen. La estrategia de Kobho pasa precisamente por diferenciarse de ellos “democratizando un producto caro, personalizando su consumo y ofreciendo una formulación que garantice su máxima biodisponibilidad, esto es, la proporción y la velocidad de absorción de un nutriente por el intestino”.

Complementos nutricionales de Kobho Labs.

Una población cada vez está más envejecida y peores hábitos de alimentación explican el auge del mercado, en el que Kobho se ha hecho un hueco y un nombre en menos de un año —aunque el proyecto nace en 2021, empiezan a vender en enero—. Ya ha dado el salto a Francia, Italia, Alemania y Portugal.

La compañía, cuyos accionistas han suscrito hasta la fecha tres ampliaciones de capital por valor de 700.000 euros, prevé tener unos ingresos en 2023 superiores a 600.000 euros. “En enero suscribiremos una ampliación de capital con inversores externos por encima del millón de euros, esto nos confirma que estamos en el nuevo camino”. Los beneficios, calcula el emprendedor, llegarán en diciembre de 2023 “consecuencia de la apuesta de valor que ofrecemos; la gente repite”.

Eduardo Arríen, que estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Navarra, es aficionado al triatlón de larga distancia —ha completado cinco Ironmans, cuatro maratones— y al consumo de suplementación. De su propia experiencia surge esta idea de negocio, que cuenta con 10 productos con aval científico centrados en la salud digestiva, cardiovascular y cognitiva, el antiaging, la longevidad y la belleza. Próximamente lanzará suplementos para la menopausia y la salud inmunitaria.

“En el mercado no había un producto de la máxima calidad a un precio accesible, porque para que la nutricosmética funcione tienes que instaurarla como un hábito saludable más, no basta con tomarla durante un mes, y eso, hasta ahora, era costoso”, sostiene Arríen. El precio medio ronda los 23 euros por producto, cuando “la competencia lo vende por el doble”. Y pone un ejemplo: “Hay muchísimos colágenos en el mercado que duran 20 días y el precio de venta al público es de 45 euros. En nuestro vale 20 euros”, señala.

El empresario dice que no hay secretos. “Se hace a costa de ganar menos dinero”. Y añade: “Estamos dispuestos a democratizar bienes que consideramos que deberían ser esenciales para la población; queremos convertirnos en el coche alemán de los suplementos. Una marca que sea totalmente confiable, que se caracterice por la máxima calidad, pero que luego no sea un bien de lujo”.

Otra de las apuestas innovadoras de la compañía española, en la que trabajan 10 personas, es combinar la venta de suplementos (a través de su página web y en farmacias) con un programa de personalización en función de las características y necesidades de cada consumidor. El objetivo es adecuar la dieta y sus suplementos a la estructura genética de cada persona mediante test nutricionales que analizan 314 variantes genéticas, evalúan 159 genes y estudian 35 parámetros diferentes. Diseñados en colaboración con ADN Institute, resultan esenciales para la detección de intolerancias, de déficits vitamínicos u otras patologías derivadas de una predisposición genética y el desarrollo de complementos que palíen esas carencias.

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