Currículos que salvan vidas: cómo hacer visible el talento de los refugiados
La ONG Accem pone en marcha una campaña para enviar solicitudes de trabajo de desplazados a decenas de empresas españolas
Decenas de empresas como Pepsico, Airbus, Primark, Page Personal, Aldi, Makro, Grupo Mondragón, Sidenor, Decathlon, Eulen o Ikea recibirán estos días currículos impresos en tela procedente de tiendas de los campos de refugiados. La idea de la campaña Tiendas de la esperanza es concertar una entrevista y presentar de forma individualizada la trayectoria de cada candidato. “Buscamos dar visibilidad a un talento muchas veces cualificado”, apuntan desde Accem, ONG que lidera esta iniciativa. Y avisan de que “no vienen a quitar p...
Decenas de empresas como Pepsico, Airbus, Primark, Page Personal, Aldi, Makro, Grupo Mondragón, Sidenor, Decathlon, Eulen o Ikea recibirán estos días currículos impresos en tela procedente de tiendas de los campos de refugiados. La idea de la campaña Tiendas de la esperanza es concertar una entrevista y presentar de forma individualizada la trayectoria de cada candidato. “Buscamos dar visibilidad a un talento muchas veces cualificado”, apuntan desde Accem, ONG que lidera esta iniciativa. Y avisan de que “no vienen a quitar puestos de trabajo a los españoles”. Para Accem, su contratación contribuye a “sostener el Estado de bienestar, dinamizar sectores esenciales, repoblar la España vaciada y generar empleo al abrir negocios nuevos”.
Opción esta última que no descarta Ahmad, huido de Afganistán junto a su familia desde la toma de poder de los talibanes, si no logra empleo antes de que finalice su estancia en el sistema de acogida de protección internacional. Licenciado en Relaciones Internacionales y exempleado de la Embajada española en Kabul, acaba de realizar una entrevista para el área de facturación en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid. “Hablar español me ha permitido cursar los estudios para optar a este puesto ante la imposibilidad de homologar mi titulación”, cuenta. Se plantea “montar una tienda o un restaurante con los ahorros si finalmente no me contratan”. Sólo si accede a un puesto de trabajo podrá alquilar una vivienda y “aun así, cada vez son menos los dueños que se fían de la gente refugiada”, declara.
Como él, un total de 58.888 refugiados solicitaron en 2021 la protección internacional. De ellos, Accem ha acompañado a 3.000 en el desarrollo de un itinerario individual de inserción socio-laboral. Los perfiles son diversos. Desde ingenieros, médicos, economistas, abogados, expertos en marketing, profesores o traductores hasta perfiles con poca cualificación. Unos y otros centran el objetivo de esta campaña diseñada por la agencia Havas Media para que empresas e instituciones conozcan un talento, cuyo valor reside en “aportar un soplo de innovación ligado a su diversidad cultural”.
Los refugiados salen de sus países por conflicto bélico, persecución o violencia contra los derechos fundamentales. Proceden en su mayoría, según el Ministerio del Interior, de Venezuela, Colombia, Perú, Marruecos, Afganistán y Ucrania. Los datos del Ministerio de Inclusión reconocen que sólo el 7% consigue un puesto de trabajo antes de iniciar un programa de empleo. Accem gestiona su alojamiento, necesidades básicas, asistencia psicológica y jurídica. “A los tres meses entran al programa de empleo, donde se hace un diagnóstico individualizado para valorar la opción más rápida de inserción laboral”, apunta Rosa Rodríguez, responsable de programas de empleo en la ONG, que pide a las organizaciones que “tengan en cuenta sus capacidades en un mercado para el que los refugiados son casi invisibles”. FCC Medioambiental, por ejemplo, ofertó la pasada Navidad 120 plazas para refugiados.
Empleos dignos
Accem funciona en la mayoría de las sedes como agencia de colocación “provista de una base de profesionales a los que ofrecer un empleo digno”, indica Rodríguez. Pero el idioma y la homologación de títulos académicos (puede tardar hasta dos años) los imposibilita para acceder a las posiciones que ocupan en sus países. Aunque desde Inclusión aseguran estar trabajando para reducir tiempos, muchos optan por cursar otras formaciones y agilizar así su empleabilidad. Es el caso de Sofía, profesora y esposa de Ahmad. Mientras estudia español ya ha realizado un curso de monitora de comedor para centros educativos. “En Kabul teníamos una buena vida, pero hemos dado este paso por nuestros hijos”, relata.
Según Michael Page, una de las empresas de recursos humanos que recibirá sus currículos, si para un español la media en encontrar trabajo de la misma categoría profesional va de cuatro a seis meses, para los refugiados se eleva a 8 o 12 meses. “Sin embargo, la experiencia nos dice que las primeras generaciones se ven obligadas a reducir esta categoría ante la urgencia de ingresos”, apunta Eduardo Morón, consultor sénior en diversidad e inclusión de Page Personnel. El experto aconseja a los desplazados comenzar su inserción laboral en puestos temporales “de más fácil acceso, que siempre suponen una cuña de entrada al mercado profesional”.
Un mercado con un inmenso agujero de talento al que “de forma inexplicable resulta muy difícil entrar”, mantiene el ucranio Sergey Kamensky, ingeniero aeroespacial. En concreto, España va a necesitar nada menos que 200.000 ingenieros en los próximos 10 años para cubrir las necesidades de las empresas, según el Observatorio de la Ingeniería de España. “Aquí están más acostumbrados a emplear gente de otros países con poca preparación. Sin poder validar la formación, existe mayor desconocimiento de perfiles como el mío”, sostiene. Con experiencia en bombas de extracción de uranio, “también podría trabajar como instructor de vuelo”. En ningún caso se plantea el retorno porque “cuando acabe la guerra, el paro afectará casi a la mitad de la población”.
Desde el inicio de la invasión rusa (febrero de 2022) y hasta octubre, España había concedido más de 150.000 protecciones temporales a refugiados de Ucrania. Pero sólo el 14% ha encontrado empleo. No es el caso de la ingeniera de Tecnologías de la Información Galyna Malygina, quien a pesar de tener un incipiente dominio de la lengua española no consigue superar ningún proceso de selección. “Puedo desarrollar proyectos en otros campos, como el farmacéutico, la educación o el deporte”, indica.
Sin validar su formación, Blanca, enfermera colombiana (salió del país por su seguridad), mientras trabaja como personal de limpieza, va a estudiar de nuevo el grado en Enfermería, un sector con déficit de 95.000 profesionales con respecto a la media europea. “Es más rápido que conseguir la documentación y esperar su homologación. Ya he contactado con entidades que me ofrecen una plaza en cuanto obtenga la licenciatura”, concluye.
Mahou y Cruz Roja
Fundación Mahou San Miguel y Cruz Roja han renovado su acuerdo de colaboración para impulsar la inserción laboral y la formación de personas vulnerables a través del Servicio Multicanal de Información, Orientación Profesional y Asesoramiento Cre-E, dentro del Plan de Empleo de la ONG en España. Esta alianza ha mejorado la empleabilidad de 7.200 personas. Voluntarios de la cervecera, desde el podcast Ser profesional (10.767 visualizaciones), hablan sobre los sectores con más demanda de empleo y han apoyado con formación a 174 emprendedores para la digitalización de sus negocios. Con el nuevo convenio, la Fundación va a destinar 150.000 euros para seguir trabajando en esta línea, que incluye otros proyectos como el desarrollo de la herramienta Mi CV en 3 Pasos, un generador de currículos de forma simplificada.