El ladrillo de la Gran Manzana pierde brillo: por qué los inversores inmobiliarios prefieren Atlanta y Boston
En una reciente encuesta, más de un tercio de los gestores de fondos del sector prevén reducir su exposición a Nueva York
El mercado inmobiliario de la Gran Manzana está perdiendo lustre. Los inversores mundiales se dirigen a destinos alternativos en busca de edificios comerciales, y el candente mercado residencial empieza a templarse. Para una ciudad que depende en gran medida de los exuberantes mercados inmobiliarios para cubrir sus gastos, eso es un problema.
En el ranking de ciudades estadounidenses que los gestores de inversiones internacionales miran para asignar recursos inmobiliarios comerciales, Nueva York ocupa un triste sexto lugar, según un estudio de Afire. A la cabeza está Atlanta, seg...
El mercado inmobiliario de la Gran Manzana está perdiendo lustre. Los inversores mundiales se dirigen a destinos alternativos en busca de edificios comerciales, y el candente mercado residencial empieza a templarse. Para una ciudad que depende en gran medida de los exuberantes mercados inmobiliarios para cubrir sus gastos, eso es un problema.
En el ranking de ciudades estadounidenses que los gestores de inversiones internacionales miran para asignar recursos inmobiliarios comerciales, Nueva York ocupa un triste sexto lugar, según un estudio de Afire. A la cabeza está Atlanta, seguida de Austin, Boston, Dallas y Seattle. Más de un tercio de los entrevistados indicaron que tienen previsto reducir su exposición a la ciudad que nunca duerme. El trabajo híbrido, donde los empleados pueden elegir algunos días a la semana para acudir a la oficina, está contribuyendo a aumentar el total de metros cuadrados disponibles para alquiler, que asciende a unos 11,6 millones, y se encuentra ahora cerca de una obstinada meseta que ha persistido durante los últimos cinco trimestres, según el informe económico mensual del interventor de la ciudad de Nueva York. Este trabajo destaca que Manhattan registró la mayor pérdida neta en el número de establecimientos comerciales, con lo que el distrito se quedó en el 50% de los negocios de la ciudad por primera vez. La media de los alquileres solicitados está también por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
Incluso las ventas de pisos en Manhattan, compuestas por condominios de propiedad individual y cooperativas de propiedad colectiva, están mostrando signos de desaceleración. En el segundo trimestre, el precio medio de venta alcanzó la cifra récord de 1,3 millones de dólares, según la empresa de intermediación inmobiliaria Douglas Elliman. La reciente subida de los tipos de interés de las hipotecas añade incertidumbre, aunque más del 50% de los compradores pagan en efectivo. Los contratos firmados en Manhattan llevan cayendo desde abril y en junio habían bajado aproximadamente un 30% interanual. Esto debería importar, y mucho, al alcalde de Nueva York, Eric Adams. Logró aprobar un presupuesto récord de 101.100 millones de dólares, pero los ingresos no aguantan el paso, lo que llevaría a un déficit presupuestario de una media de 4.000 millones de dólares al año entre 2024 y 2026.