Jungle21: cuando la creatividad aterriza en la Bolsa
La agencia de Agustín Vivancos prevé afianzar su ambicioso plan de crecimiento mediante adquisiciones gracias a ser una compañía cotizada
La sede de Jungle21 está en una zona privilegiada de Madrid, entre el parque de El Retiro y la iglesia de Los Jerónimos. Varias plantas conectadas por una escalera dan cobijo a un grupo con diferentes negocios: una agencia de publicidad (PS21), una firma de comunicación y relaciones públicas (True), una agencia de márketing digital (ES3) y una consultora estratégica (Redbility). Todo envuelto en un ambiente muy cool y salpimentado con muebles de diseño. “Somos un ecosistema creativo”, matiza su presidente, Agustín Viv...
La sede de Jungle21 está en una zona privilegiada de Madrid, entre el parque de El Retiro y la iglesia de Los Jerónimos. Varias plantas conectadas por una escalera dan cobijo a un grupo con diferentes negocios: una agencia de publicidad (PS21), una firma de comunicación y relaciones públicas (True), una agencia de márketing digital (ES3) y una consultora estratégica (Redbility). Todo envuelto en un ambiente muy cool y salpimentado con muebles de diseño. “Somos un ecosistema creativo”, matiza su presidente, Agustín Vivancos (San Carlos de la Rápita, 1972), mientras se prepara para la sesión de fotos acompañado de sus inseparables labradores retriever. “No formamos un holding al uso, sino que tenemos compañías con culturas distintas, independientes pero al mismo tiempo interdependientes”, detalla.
Vivancos, que empezó su carrera profesional en Procter & Gamble, es una de las voces más respetadas dentro de la industria publicitaria española. Tras más de 25 años de emprendimiento en el sector, en marzo pasado cruzó su particular Rubicón con la salida a Bolsa de Jungle21. Está convencido de que el salto al parqué le permitirá cumplir con el objetivo que se ha marcado: doblar el tamaño de la compañía cada tres años, sobre todo a través del crecimiento inorgánico.
“Estar en Bolsa nos proporciona varias cosas. Nuestro negocio está basado en las personas. Vivimos en un mundo con gran rotación profesional donde hay una lucha diaria por atraer talento. Cotizar nos ofrece una herramienta para fidelizar a los empleados mediante la entrega de acciones”, comenta este licenciado en Administración de Empresas con posgrados en IESE, Harvard Businnes School y Stanford University. “Además, nos abre la posibilidad de acceder a nuevas vías de financiación y eso facilita la incorporación de nuevas compañías mediante diferentes combinaciones”, añade.
Aunque las oficinas de Jungle21 están a poco más de 100 metros de la Bolsa de Madrid, su bautizo bursátil no fue en BME Growth, el segmento para empresas en crecimiento del gestor bursátil nacional, sino en Euronext. “Somos una empresa pequeña, necesitamos rodaje en Bolsa y luego tomar decisiones vinculadas al capital. Euronext nos permitía salir al mercado como a nosotros nos interesaba, es decir, mediante un direct listing [sin colocar títulos nuevos en el mercado]. En cambio, para cotizar en BME Growth tienes que hacer una OPV [oferta de acciones]”, argumenta el presidente de Jungle21.
Ampliación de capital
Salir a cotizar sin emitir títulos nuevos o sin que alguno de los actuales accionistas se desprenda de su acciones tiene su peaje. Desde el estreno, el valor es totalmente ilíquido, cotiza al mismo precio del primer día (3,14 euros por acción) ya que no hay negociación y, evidentemente, con la misma capitalización (52 millones de euros). Eso cambiará a finales de este año o principios de 2023, plazo que se ha dado la compañía para ejecutar una ampliación de capital. “Será por una cuantía de entre cinco y diez millones de euros. Veremos qué hacemos con esos recursos, porque pueden ir a crecer mediante adquisiciones o servir para dar liquidez a alguno de los actuales accionistas”, señala Vivancos. A través de la sociedad Miss Valantine, el presidente y fundador tiene el 91,63% de las acciones.
En 2021, los ingresos de Jungle21 fueron de 10,3 millones de euros, un 57% más, y el beneficio neto se multiplicó por siete (en parte por un impacto fiscal favorable) hasta los 2,2 millones. Entre su cartera de más de 50 clientes se encuentran BBVA, Aliexpress, Budweiser, Correos o MásMóvil, entre otros. “Si queremos doblar nuestro tamaño cada tres años nuestros ingresos deben crecer a doble dígito todos los ejercicios. En cuanto al beneficio neto, las previsiones no son tan precisas porque estamos en fase de crecimiento y eso supone altas inversiones. Lo que sí nos hemos marcado es tener un margen sobre ebitda [resultado de explotación] del 20%”.
Una de las últimas adquisiciones de la compañía ha sido la agencia creativa Pink, con oficinas en Madrid y Milán. Esta operación supone la primera piedra dentro de la estrategia de expansión internacional de la compañía. “A medio plazo, queremos crecer en Europa, sobre todo en Italia, Francia y el Reino Unido, aunque este último mercado es muy competitivo. A más largo plazo nuestro plan pasa por tener presencia en Dubái y desde allí atender a todo Oriente Medio”, detalla Vivancos, quien en 2020 (últimos datos recogidos en el folleto de salida a Bolsa) percibió una remuneración de 149.937 euros por sus labores de presidente ejecutivo.
Vivancos cree que la industria española de la publicidad atraviesa una fase de cambio. “Vivimos un punto de inflexión”, describe. “Por un lado, hay una generación de publicitarios que se están retirando y viene una nueva hornada con habilidades aplicadas a distintos formatos y contextos. Nos movemos en un mundo mucho más fragmentado en audiencias y eso requiere de un mayor conocimiento de las mismas”. El directivo es un ferviente defensor de la creatividad. “Es el valor más importante del siglo XXI y lo que nos diferencia de las máquinas”. Precisamente, es esa creatividad la que en su opinión puede aupar a unas compañías frente al resto. “La transformación digital, que es muy necesaria, lo único que hace es ponerte al nivel de tu competencia. En cambio, la transformación creativa lo que permite es diferenciarte, ser más relevante”, argumenta.
El mercado publicitario se ha ido recuperando poco a poco tras la pandemia, con mayores presupuestos por parte de las empresas. “Hace dos años que ya no hacemos labor comercial, sino que son los clientes los que nos llaman para que trabajemos con ellos”, destaca Vivancos. Sin embargo, cree que el sector de las agencias publicitarias sigue estando muy fragmentado y está abocado a la concentración. “De lo que nos damos cuenta al analizar compañías para comprarlas es que en muchas de ellas hay mucho talento, pero no tienen ni la estructura financiera ni el conocimiento de dirección necesario para pasar al siguiente nivel, quedándose con unos ingresos bajos. Por lo tanto, es necesaria una concentración del talento en esta industria”, concluye.
Poco sentido del humor
Una pandemia, una guerra, un volcán... El mercado de la publicidad no es ajeno a la sucesión de acontecimientos de gran impacto de los últimos años. “Las empresas son algo más cautas en su política de comunicación. Hay tantas desgracias que según que mensajes ya no se usan. Se impone lo políticamente correcto y cada vez hay menos humor en los anuncios, algo que nosotros reivindicamos”, reflexiona Agustín Vivancos.
El presidente de Jungle21 también reflexiona sobre la dicotomía de los medios de comunicación. “Las versiones digitales de los periódicos tienen mucha mayor audiencia, pero el papel sigue marcado la agenda informativa y tiene una mayor pátina de prestigio y credibilidad. Cuando un cliente sale en un artículo de papel a mí me llama mucha gente, cuando solo sale en la web, no tanto”.