Las finanzas verdes ganan terreno
EL PAÍS y Bestinver, gestora de Acciona, analizan cómo la sostenibilidad se abre paso entre los fondos de inversión
Para contrarrestar la crisis medioambiental y alcanzar las metas climáticas no solo se requieren buenas intenciones. También es necesaria una ingente cantidad de recursos para financiar los nuevos medios de transporte, el desarrollo de infraestructuras sostenibles, el cuidado del entorno y la transición hacia un mix energético renovable. El sector financiero sabe que el futuro está ahí: en la apuesta por proyectos que adopten criterios ...
Para contrarrestar la crisis medioambiental y alcanzar las metas climáticas no solo se requieren buenas intenciones. También es necesaria una ingente cantidad de recursos para financiar los nuevos medios de transporte, el desarrollo de infraestructuras sostenibles, el cuidado del entorno y la transición hacia un mix energético renovable. El sector financiero sabe que el futuro está ahí: en la apuesta por proyectos que adopten criterios ESG (que aluden a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo), que se están convirtiendo en la hoja de ruta entre los inversores para elegir el destino de sus capitales. Pero esta tendencia, que ha ganado fuerza en los últimos años, aún requiere de un apretón de tuercas. El mayor reto al que se enfrentan los supervisores, entidades financieras y empresas en general es la obtención de información que permita tomar decisiones de inversión correctas y que facilite la asignación de recursos de manera óptima.
“Es necesario que los intermediarios financieros identifiquen, midan, gestionen e informen sobre los riesgos asociados al clima y los incorporen adecuadamente en sus decisiones de inversión”, cree Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España. Para lograrlo, la existencia de bases de datos sólidas es esencial. En un encuentro organizado por EL PAÍS, en colaboración con Bestinver, gestora de Acciona, Delgado afirmó que para la obtención de esa información se han puesto en marcha, desde el ámbito local y europeo, diversas iniciativas. Entre ellas, destacó la publicación de la propuesta de directiva de información corporativa en materia de sostenibilidad: Corporate Sustainability Reporting, que amplía el número de empresas con obligación de reporte de información ESG. Así como el borrador final del estándar de implementación (ITS) de la Autoridad Bancaria Europea sobre divulgación de riesgos ESG.
Este último es un reporte que afecta a las entidades financieras y constituye un elemento clave, porque dibuja el marco de información que estas deberán reportar sobre los riesgos ESG y que, en el fondo, hace referencia a las empresas que conforman su cartera crediticia. El informe incluye información cuantitativa sobre riesgos climáticos (físicos y de transición) y por otro, indicadores sobre medidas mitigadoras de cambio climático. “Estos indicadores serán clave para poder hacer comparaciones entre entidades”, subrayó Delgado. La representante del supervisor español dijo que en este camino hacia una economía sostenible, la taxonomía y la clasificación de los sectores tendrá que ser progresiva y ordenada. “La taxonomía no debería ser binaria, en el sentido de clasificar los sectores como verdes o marrones, sino que debería tener en cuenta todos los matices y peculiaridades de cada sector productivo. Esto es necesario para poder financiar, adecuadamente, la transformación de aquellos sectores más contaminantes”, añadió.
Una tendencia sólida
Los inversores han mostrado su creciente interés por aquellos productos que incorporan factores de sostenibilidad, como los bonos verdes, los bonos sociales, los bonos de sostenibilidad y los bonos con objetivos vinculados a la sostenibilidad. “El volumen de financiación movilizada a través de estos instrumentos no ha hecho más que crecer en los últimos años y todo indica que la tendencia continuará en los próximos ejercicios”, aseveró Delgado. No obstante, son todavía muchos los asuntos que quedan por despejar en este ámbito. “Las inversiones deben tomarse desde el conocimiento”, advirtió Enrique Pérez-Pla, consejero delegado de Bestinver, en el encuentro titulado Finanzas Sostenibles. “En los últimos años, estamos asistiendo a un aumento de la inversión sostenible que ya marcó una tendencia y ha dejado de ser una moda para pasar a ser una realidad”, añadió. Sin embargo, según el último Observatorio del ahorro y la inversión en España (realizado por Bestinver), siete de cada 10 inversores aún desconoce los criterios ESG. “Todavía nos queda mucho por recorrer”, agregó Pérez-Pla.
Uno de los grandes retos que tiene que subsanar el sector financiero está relacionado con el déficit de especialistas en temas de sostenibilidad. “Hasta ahora no tenía muchos profesionales expertos en temas medioambientales”, comentó Ana Martínez-Pina, exvicepresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y responsable de Regulatorio-Financiero de Gómez Acebo & Pombo. “Necesita expertos que realmente permitan a las empresas aplicar correctamente la normativa”, explicó. Sobre todo, un mayor número de especialistas ayudará a contrarrestar el llamado greenwashing (blanqueo ecológico), que vende una imagen de sostenibilidad que no es real. La información y el estudio de cada proyecto y caso en particular marcará la diferencia entre los planes que buscan un verdadero cambio ambiental y social. “El reto es dedicarle tiempo al análisis para distinguir a las empresas que están haciendo un ejercicio, a lo mejor, más de relaciones públicas que de cambio”, aseguró Jaime Ramos, gestor de Bestinver Megatendencias.
En España, entre un 80% y 90% de la oferta de productos de inversión integra factores ASG (Criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno), detalló Claudia Antuña, socia de Analistas Financieros Internacionales (Afi) y especialista en inversiones sostenibles. “Es decir, que reconocen que la integración de factores ASG es una herramienta válida para hacer una mejor gestión”.
Pero, de acuerdo con la experta, de momento dentro del total de fondos de inversión hay muy pocos que son considerados como de inversión sostenible, con una clasificación reglamentaria. “Al cierre de marzo había 179 productos que se denominan artículo 8 [incluyen criterios de sostenibilidad en el proceso de inversión, según el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles] y ocho productos que son artículo 9 [que incluye criterios más estrictos]”, según la especialista. En total, es un 12% de los productos que existen en España, afirmó Antuña.
Para Andrea González, subdirectora general de Spainsif, el gran reto por delante en este campo es el de la transición justa. “Corremos el riesgo de que con toda la urgencia climática de repente saquemos capitales de forma masiva de industrias que son esenciales para el tejido productivo y que sufran los mercados laborales”. Para evitarlo, destacó González, es importante medir el tiempo para redibujar y rediseñar esos sectores que están siendo trastocados con la transición hacia modelos más sostenibles.
El encuentro Finanzas Sostenibles es el primero de varios eventos que realiza EL PAÍS de la mano de Bestinver, gestora de Acciona, y que está englobado dentro del Ciclo Ciudades Globales.