Datos para allanar el camino de la recuperación económica en España

La mejora del empleo y los récords en recaudación tributaria y exportaciones aúpan la economía española

Sánchez mantiene un encuentro con el American Business Council España.Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa (Moncloa/EFE)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo oportunidad el viernes de esgrimir los últimos datos económicos que se han sucedido durante la semana ante los representantes de las multinacionales estadounidenses con presencia en España agrupados en la American Business Council (ABC) con los que departió en un desayuno. Sánchez, que se detuvo en gran parte de su discurso en la crisis de Ucrania, destacó el “éxito” de los ERTE y los créditos ICO para hacer frente a la pandemia, las buenas expectativas que abre la aplicación de los fondos europeos para la recuperación de la economía españ...

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo oportunidad el viernes de esgrimir los últimos datos económicos que se han sucedido durante la semana ante los representantes de las multinacionales estadounidenses con presencia en España agrupados en la American Business Council (ABC) con los que departió en un desayuno. Sánchez, que se detuvo en gran parte de su discurso en la crisis de Ucrania, destacó el “éxito” de los ERTE y los créditos ICO para hacer frente a la pandemia, las buenas expectativas que abre la aplicación de los fondos europeos para la recuperación de la economía española y los datos de empleo y paro.

Según fuentes presentes en el acto, el presidente no se detuvo demasiado en estos logros y, de la misma forma, pasó por encima de los datos de crecimiento que se conocieron esa misma mañana. La combinación de los datos deja un sabor agridulce, que para el Gobierno es más dulce que agrio porque, según reconocen, “la sexta ola ha frenado la recuperación; pero los indicadores ya marcan niveles de prepandemia y confirman que España crece, que es lo importante”, aunque sea menos de lo estipulado cuando se hicieron las previsiones en el cuadro macroeconómico, y lo hace por encima de las otras economías avanzadas. Y, por otro lado, porque se ha logrado que el empleo se sitúe en mejor posición que antes de 2013.

Lo llamativo es que la actividad se recupera a un ritmo más lento que el empleo y la recaudación, lo que indica que hay un evidente desacoplamiento. En ese sentido, las cifras de Contabilidad Nacional difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan un crecimiento menor del pronosticado por el Gobierno, y las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) reflejan que todavía queda para alcanzar los niveles prepandemia. En diciembre, el FMI preveía un crecimiento del 4,6% tras rebajarlo desde 5,7%. Ahora estimaba que sería el 4,9% y el avance del INE lo ha elevado una décima más hasta el 5%, que es un aumento que no se conocía desde hace 21 años. Aunque es 1,5 puntos menos que lo inicialmente anunciado y la economía española no ha recuperado ni la mitad de lo perdido en 2020 (10,8%), la corrección final suaviza el golpe. Para 2022, el FMI vaticina el 5,8%, lejos del 7% previsto en la última actualización del cuadro macro, en la que se reafirma la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Por otra parte, los datos de empleo y recaudación tributaria permiten mitigar el menor crecimiento. La Encuesta de Población Activa (EPA), tanto por la creación de empleo (840.600 para alcanzar los 20.184.900 ocupados, la cifra más elevada desde 2008) como la reducción del paro (13,33%, la cota más baja en 14 años, la mitad del 26,94% del primer trimestre de 2013, aunque lejos del 7,93% de 2007) certifican el camino de la recuperación. A ello se añade el récord en recaudación fiscal (223.382 millones de euros), conocida el jueves, y el buen comportamiento del sector exterior, con las exportaciones también en récord.

El bagaje, en todo caso, permite contrarrestar los ataques que sistemáticamente le llegan desde la derecha por cualquier circunstancia. Los datos suponen un alivio en medio de la sexta ola, que ha frustrado muchos pronósticos y chafado la recuperación prevista.

Este nuevo latigazo llevó a la institución internacional que dirige Kristalina Georgieva a subrayar que “la economía mundial entra en 2022 en una posición más débil de lo esperado” (prevé un crecimiento del 4,4% en 2022 y del 3,8% en 2023), a lo que se suman las dificultades por las tensiones geopolíticas (es decir, Ucrania) en los precios de la energía y la cadena de suministro, lo que lleva a predecir que la inflación continuará alta más tiempo de lo previsto.

Un panorama negativo que ratifica una recuperación más lenta. Queda, pues, mucho por andar. No obstante, podría haber sido peor por la persistencia de la covid. El Gobierno confía gran parte de la recuperación en los fondos europeos, que permitirán mejorar la productividad y la competitividad. Según sus estimaciones, a finales de 2022 pueden tener un impacto de entre 1,5 y dos puntos del PIB. Asimismo, espera que la recuperación del turismo, que sigue muy lejos de las mejores cifras históricas, y la llegada de suministros, que ha sido un flagelo para la industria del automóvil, aporten más dinamismo.

Lejos de la autocomplacencia, los miembros de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos podrán este lunes ahondar en el análisis de los datos, que la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ya calificó de “espectaculares”. Eso sí, no deben olvidar que el endeudamiento está en cifras también récord (263% del PIB).



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