La industria del dulce saborea los confinamientos
Las restricciones de la covid elevaron un 2% las ventas de chocolates y galletas, hasta 6.000 millones de euros en 2020, una cifra que el sector cree que mejorará en el ejercicio recién finalizado
Las cosas claras y el chocolate espeso: una vida con confinamientos y privada de interacción social se lleva mejor con la despensa llena de dulces. O al menos eso parecía al ver desfilar los carros de la compra en los supermercados durante los meses de restricciones en el hogar. El chocolate, las galletas y los dulces en general triunfaban, junto a la cerveza o el vino, para hacer más llevaderos esos tiempos, según Produlce, la asociación española del dulce. La entidad ha cifrado en un 2% el crecimiento de la industria en 2020 durante la pandemia que tanto ha dañado a otros sectores. El “cambi...
Las cosas claras y el chocolate espeso: una vida con confinamientos y privada de interacción social se lleva mejor con la despensa llena de dulces. O al menos eso parecía al ver desfilar los carros de la compra en los supermercados durante los meses de restricciones en el hogar. El chocolate, las galletas y los dulces en general triunfaban, junto a la cerveza o el vino, para hacer más llevaderos esos tiempos, según Produlce, la asociación española del dulce. La entidad ha cifrado en un 2% el crecimiento de la industria en 2020 durante la pandemia que tanto ha dañado a otros sectores. El “cambio en el paradigma social-familiar” con mayor consumo casero, sumado al teletrabajo y a los cierres perimetrales, ha elevado hasta los casi 6.000 millones de euros la facturación de esta industria, que emplea a más de 24.000 personas.
Los datos revelan las diferencias entre segmentos. El crecimiento mayor se da en el cacao y los chocolates, con 1.651 millones de euros, que vivió un aumento del 6,6%. La panificación también creció con fuerza, un 10,7%, y rebasó los 800 millones de euros de facturación.
Más sufrieron las empresas de caramelos y chicles, con un 17,9% menos y 861 millones de euros generados en el año más duro de la covid. Al igual que la vida hogareña alimentó al resto de apartados, este ha padecido la supresión de la presencialidad y de la vida social. El secretario general de Produlce, Rubén Moreno, considera que apenas se ha reducido el tejido empresarial, lo que ha favorecido escasos ajustes laborales.
Una de las claves que presenta Moreno es que 8 de cada 10 industrias aglutinadas en esta asociación se ubican en pequeños núcleos rurales o urbanos. Además, las mujeres ocupan el 46% de los puestos de trabajo. El dirigente señala que el ejercicio fue “difícil de cerrar” ante las diferencias entre categorías y canales de venta, con “luces y sombras” los supermercados han triunfado gracias a los “aprovisionamientos grandes”. El pequeño comercio ha perdido protagonismo al reducirse el consumo impulsivo de quien va por la calle y siente antojo de lo que ve en una tienda.“El confinamiento ha perjudicado al segmento de los caprichos”, admite Moreno, que habla con optimismo de 2021, un año del que avanza un escenario de “recuperación”.
A falta de cerrar los datos del año, Produlce mantiene que chicles y caramelos estuvieron en 2021 cerca de los niveles de 2019, mientras que las categorías que más crecieron en el primer año pandémico han tenido un comportamiento más moderado en 2021. Eso sí, las exportaciones han subido un 10%.
Exportación
Uno de cada tres kilos del millón y medio de toneladas elaboradas en territorio nacional se consume en el extranjero y aporta el 22,3% de la facturación total del sector. Las importaciones se quedan en un 10%. Francia, con un gasto de 230 millones de euros, y Portugal, con 189 millones, son los destinos con más penetración de los dulces españoles. La amplia gama de productos ha conseguido que Estados Unidos entre por primera vez en el podio de los mayores importadores, con 140 millones de desembolso. La festividad de Halloween, con el retorno del “truco o trato” y las calabazas en 2021, ha generado un 15% más de ventas respecto al año previo y se ha convertido en un estímulo para el gremio de caramelos, galletas o chocolates, que ha duplicado su producción con esta temática en los últimos cinco años. Para el sector de dulces o golosinas este día supone un 10% de la facturación anual.
Las fiestas por Todos los Santos, explica José Ramón Pastor, director comercial de Vidal Golosinas, revitalizan un apartado que durante los primeros meses del coronavirus cayó hasta un 70%. La cuenta de resultados de esta empresa asentada en Molina de Segura (Murcia) se quedó en 2020 “en un 45%” de lo que factura un año normal según Pastor, que achaca el bajón a la supresión del consumo callejero y a la cancelación de festejos. Este año “duro, crítico” va camino de irse equilibrando hacia cotas de 2019, comenta el directivo, pero pide prudencia hacia la consolidación de esta evolución “correlativa” con los niveles de vacunación y desarrollo económico. Que los niños jueguen en las calles o en las canchas será buena noticia para mejorar números.
Empresas medianas de asentamiento histórico en pequeñas comarcas, como Galletas Coral en Miranda de Ebro (Burgos), han superado la zozobra de la pandemia pese a carecer del volumen suficiente como para aprovecharse del enorme crecimiento de los supermercados. El gerente de la compañía, Jorge Beltrán, relata que, “gracias a la fidelidad del cliente y de los distribuidores de siempre”, en muchos casos cadenas pequeñas o tiendas rurales, han superado la crisis sanitaria y económica sin grandes descensos, pero también sin picos notables. Los 60 empleados de la firma, cifra que oscila por temporadas, siguen produciendo estos aperitivos estabilizados en su impacto en el mercado, bien apoyado por las exportaciones, que les generan la mitad de los seis millones de euros anuales que facturan. Beltrán coincide en las previsiones positivas del gremio para 2021 y destaca la adaptación de entidades de volumen medio como la suya, que apuestan ahora por los productos sin azúcar o diversificados. Lo que no va a cambiar, advierte, es el sello histórico con el que trabajan: “Vamos a mantener la esencia y el sabor de la casa”. Así será mucho más fácil permanecer firmes ante cualquier cataclismo.