¿Es legal vender camisetas con la imagen de Donald Trump tras el atentado de Pensilvania?
Comercializar productos de un rostro público puede chocar con sus derechos y provocar serios problemas con la justicia
Ya ha pasado una semana desde que el expresidente de los Estados Unidos y candidato a volver a ocupar la Casa Blanca, Donald Trump, sufriera un atentado durante un mitin en Butler (Pensilvania). A pocos minutos de iniciar su oratoria notó como un disparo rasgaba la piel de su oreja derecha. Tras tocarse la cara con muestras de dolor, los agentes del servicio secreto rodearon rápidamente al político y con la cara ensangrentada se retiró alzando el puño derecho junto a una bandera estadounidense en señal de lucha.
El gesto se ha hecho tan viral en todo el mundo que algunos no han dudado en aprovechar esta oportunidad para hacer negocio. En tan solo un par de días después del atentado, desde empresas de comercio electrónico como Aliexpress o Amazon se han enviado miles de camisetas, calcetines, tazas, llaveros y otros artículos conmemorativos del gesto histórico de Trump tras el atentado frustrado.
Pero ojo con lanzar al mercado productos de merchandising con la cara del político, porque existen algunos límites legales. En caso de cruzar esas fronteras, los responsables pueden enfrentarse a duras sanciones si se vulnera derechos fundamentales como el honor o la propia imagen del personaje concreto, en este caso Trump.
Permiso comercial
En caso de vender estos productos en España, los comerciantes deben tener en cuenta que la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, prohíbe captar, reproducir o publicar en cualquier medio el rostro de una persona sin su consentimiento salvo que se trate de personas que ejerzan un cargo público. En principio, también puede utilizarse su imagen si se le captura, por ejemplo, durante un acto oficial o en un espacio que esté abierto a todo el mundo.
La imagen de Trump en el atentado de Pensilvania que ha dado la vuelta al mundo encaja en esta salvedad que recoge la ley. Ahora bien, que una persona ostente un cargo público no implica que no tenga derecho a impedir que otros se lucren con su imagen. “La explotación comercial no consentida de la imagen de un político (en este caso Donald Trump) sería ilícita”, afirma Alba López, abogada del área de negocios y contratos en Elzaburu. “El uso del nombre, la voz, o la imagen con fines publicitarios o comerciales sin el consentimiento de dicha persona es intromisión ilegítima en el derecho al honor, al propio nombre y a la imagen de la persona afectada”, añade la experta.
Derechos de copyright
Además de contar con el visto bueno del expresidente, aquellos que pretendan comercializar la imagen viral de Donald Trump también tendrán que solicitar la autorización del creador de la fotografía en cuestión. En concreto, con Evan Vucci, el autor de la icónica imagen.
Y es que, si se demuestra que han utilizado su obra sin consentimiento o han intentado modificarla para intentar suprimir los derechos de autor, los responsables pueden enfrentarse a penas de prisión de seis meses a cuatro años, como autores de alguno de los delitos sobre propiedad intelectual recogidos en el Código Penal.
Los creadores de estos productos también pueden recibir una demanda por vía civil si los venden sin la pertinente autorización. En ese caso, la figura pública podrá reclamar todos los beneficios que hayan recaudado los infractores con la venta ilícita de merchandising, además de una indemnización por los daños y perjuicios causados.
Marca Trump
Donald Trump registró en 2016 su marca Make America Great Again (hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez) poco después del éxito que tuvo este eslogan durante la campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca. Desde ese momento, el expresidente de los Estados Unidos hace uso de su signo distintivo para hacer caja y financiar su próxima campaña con la venta de camisetas, gorras, chapas o barajas de cartas.
No obstante, la marca registrada de Trump tiene un agujero legal: solo está protegida en Estados Unidos. Es decir, lo que está prohibido es que otras personas utilicen dicho eslogan por en el territorio de este país norteamericano. Esto abre la puerta a que, en otros rincones del mundo, como Europa o Asia, puedan vender productos con ese signo distintivo sin consecuencias legales, ya que actualmente no hay ninguna protección que impida el uso de la marca a nivel mundial.
Como explica Alba López, el registro de una marca otorga a su titular un derecho exclusivo para explotarla. Cualquier tercero que quiera hacer lo mismo debe pedir autorización, para lo que deberá negociar las condiciones. Sin embargo, aclara la experta, este privilegio se circunscribe al mercado para el que se registró la marca. En el caso de Make American Great Again, al estadounidense. En el resto de los países, remata López, “podrá utilizarse sin restricción”.
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