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Manuel Illueca, presidente del ICO: “Hay desequilibrios que deben resolverse cuando la economía va bien”

El directivo destaca el éxito de ICO Crecimiento, el nuevo instrumento de financiación para pymes, que en poco más de un mes ha recibido 400 solicitudes por valor de 300 millones

Manuel Illueca (Valencia, 55 años) pronuncia a menudo la palabra riesgo. Y a diferencia de la acepción habitual en los tiempos turbulentos que corren, el presidente del Instituto de Crédito Oficial no la utiliza como sinónimo de amenaza. Le asigna un valor positivo. “Asumir riesgos es la manera de afrontar una situación como la actual, donde hay mucha liquidez, pero sigue habiendo fallos de mercado que resolver”, apunta. La última herramienta desplegada, ICO Crecimiento, pone a disposición de las pymes 1.000 millones de euros para financiar, entre otras cosas, la compra de terrenos, naves, maquinaria, instalaciones de renovables, vehículos, y activos más intangibles como I+D, internacionalización o aplicaciones informáticas. Otras agendas, como la vivienda, siguen muy presentes en el día a día de la institución, al mando de la cual Illueca acaba de superar su primer año.

Pregunta. ¿Cuál es su balance de estos poco más de 12 meses?

Respuesta. Estoy muy satisfecho del trabajo desplegado. En el primer mes introdujimos un cambio en el plan estratégico intentando que poco a poco fuera asumiendo más riesgo en las operaciones. Ser menos proveedor de liquidez y estar más centrados en la asunción de riesgos. Los datos están ahí: antes el mix lo formaban un 45% de provisión de liquidez, y un 55% de financiación directa. Hoy por hoy estamos en un 80% de financiación directa y un 20% de otorgamiento de liquidez a entidades financieras. Hay más financiación a pymes, vivienda, verde… asumiendo riesgos. Creo que es la manera con la que el ICO puede afrontar una situación como la actual, donde hay mucha liquidez, pero sigue habiendo fallos de mercado que resolver.

P. ¿En qué han puesto el foco ahora?

R. Tenemos una línea de financiación directa de reciente creación, ICO Crecimiento, dirigida a pymes, que está teniendo mucho éxito en el mercado. Hemos recibido 400 solicitudes por valor de más de 300 millones en poco más de un mes. Y ahora estamos en que el proceso, desde las solicitudes hasta su aprobación y gestión, vayan como la seda. La suma disponible es de 1.000 millones, pero al ritmo al que va, vamos a tener que ampliarla.

P. ¿Por qué la banca no asume ese papel?

R. La financiación bancaria llega, pero tiene sus restricciones, sus plazos a veces son cortos, por eso hemos encontrado un nicho de mercado en la financiación a más largo plazo, hasta 10 años.

P. ¿Penaliza a España tener un tejido productivo de empresas de menor tamaño que otros países?

R. Que el tamaño de las empresas sea reducido es una cuestión endógena a nuestro propio modelo de crecimiento. La falta de productividad hace que el tamaño sea reducido. Hay que atacar a la raíz del problema, que es de competitividad y productividad. Pretendemos favorecer la inversión y los gastos en intangibles para que siendo más competitivos podamos crecer.

P. La vivienda es otro campo donde están muy presentes, pero los avales del ICO para jóvenes parece que no acaban de despegar.

R. Es el aval que más se está utilizando, más que los autonómicos. Estamos viendo un nivel de operaciones importante, unas 8.300 ya en marcha y 1.050 millones movilizados, pero tiene la demanda que tiene. Es verdad que se puede flexibilizar algo la edad de los beneficiarios, o la renta máxima, pero creo que van a ser mejoras que tampoco van a hacer que se dispare el nivel de solicitudes.

P. Se han usado solo 200 millones de los 2.500 millones disponibles en avales para vivienda joven, el 8%. ¿Por qué no hay más peticiones?

R. No es que no haya demanda, que hay mucha, el problema es que debe ser viable. La vivienda vale lo que vale. El esfuerzo que las familias pueden acometer para adquirirlas es el que es. La banca calcula los esfuerzos máximos que puede hacer el cliente y determina si hay viabilidad. Por mucho que estemos ahorrando el 20%, si al final el cliente no puede pagar el 100% de la vivienda porque los precios son los que son, y no hay capacidad real de acometer la inversión, no hay posibilidad de que se otorguen los préstamos.

P. ¿Qué más puede hacer el ICO para atajar el problema?

R. Creemos que el principal caballo de batalla está en la oferta, concretamente en la oferta de vivienda producida para alquilar, el build to rent. Y ahí el ICO no está atacando un fallo de mercado, sino que está creando el mercado. España no ha tenido históricamente financiación para la vivienda hecha por promotor para posteriormente alquilar, porque requiere de plazos muy largos. Ahí hay claras reticencias de la banca comercial a entrar, y el ICO está cubriendo ese nicho. Son proyectos que cuestan, con muchos requerimientos de todo tipo: licencias, encontrar un buen gestor, contrato de construcción... Son ya 6.000 viviendas las que hemos sido capaces de financiar, unas 60 operaciones, y hay unas 20 más en camino. Vemos a la banca privada entrar poco a poco en este mercado al ver las operaciones estructuradas por el ICO, y eso nos gusta. Porque ese es nuestro papel, ir atrayéndoles poco a poco e incluso cofinanciar con ellos. Al final son inversores privados los que tienen que ayudarnos a resolver este problema. Y la gente necesita certidumbre en el apoyo público.

P. La economía española no deja de dar buenas noticias a nivel macro, pero a pie de calle la sensación no es igual de boyante.

R. Cuando llegamos, vimos que el ICO estaba muy presente cuando la macroeconomía no acompañaba e intervenía para estabilizar el sistema, pero cuando la economía mejoraba el ICO desaparecía de la circulación a la espera de volver a ser necesario. Hemos entendido que hay fallos de mercado y desequilibrios, incluso cuando la economía española crece bien, y que deben resolverse cuando la economía va bien, para que cuando vengan mal dadas tengamos más capacidad de respuesta. Por eso la idea de este ICO acíclico, permanentemente presente en la vida social española.

P. ¿Ha funcionado la respuesta a la dana de Valencia?

R. El primer problema que aflora es la falta de confianza de quien financia la recuperación respecto a la capacidad de reembolso del tejido productivo de la zona tras el desastre. Ahí es preciso que el Estado intervenga para aportar confianza, y es lo que se hizo. El ICO salió con 5.000 millones en avales, el mismo importe que se puso en la crisis del covid para toda la provincia de Valencia. Aquí es verdad que no toda la provincia está afectada, pero entendimos que la destrucción era tal que iba a ser necesario utilizar el mismo volumen de recursos. Lo que no queríamos era entrar en un círculo vicioso en el que la falta de financiación hiciera que se impagara a los proveedores y generar un conjunto de quiebras en la zona que dificultara el crecimiento. La facilidad de reinversión trajo operaciones, más de 700 millones en préstamos, más de 3.300 compañías beneficiarias, y estamos contentos por el funcionamiento de la línea, que se benefició de un aval gratuito del Estado, por lo que las entidades pudieron dar financiación muy competitiva.

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