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El INE revisa una décima al alza la inflación de septiembre, hasta el 3%

La comparativa con el mismo mes del año pasado, cuando la electricidad y los carburantes cayeron con fuerza, está detrás de la subida

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado este miércoles al alza una décima la inflación de septiembre, que finalmente cerró en el 3%, tres décimas por encima de la de agosto. El dato exhibe la dificultad de devolver los precios a su cauce normal, aumenta la brecha de España con la zona euro —donde la inflación está ocho décimas más abajo, en el 2,2%—, y retrotrae al IPC a su peor nivel del año, igualado con febrero, siete meses atrás. La subyacente, que excluye energía y alimentos, se coloca en el 2,4%, el mismo dato que en agosto, pero una décima peor que en las cifras adelantadas a mediados de septiembre.

Desde el Ministerio de Economía achacan el repunte al efecto base en los carburantes y, en menor medida, en la electricidad, que caen menos que en el ejercicio anterior. La comparativa con septiembre del año pasado, el mejor mes para la inflación —1,5%— de los últimos cuatro años y medio gracias al fuerte descenso que experimentaron entonces los combustibles, hacía muy difícil sacar un dato positivo.

La variación mensual, en cambio, es favorable, al reducirse en tres décimas el nivel de precios, algo habitual con el final de las vacaciones de verano: los paquetes turísticos nacionales caen un 28,7%, y los internacionales un 4,6% frente a agosto, mientras que los vuelos, tanto nacionales como internacionales, bajan un 22%.

En un entorno de fuerte crecimiento de España —el Fondo Monetario Internacional la situó ayer por segundo año consecutivo como la economía avanzada que más crece de entre las grandes—, de importante reducción del desempleo, y con una deuda menguante respecto al PIB, la inflación se erige así en la variable macro que más está costando contener, con el agravante de que tiene un impacto directo en los bolsillos ciudadanos.

Un ejemplo de esa deriva, que todavía no es alarmante, pero sí significativa, son los alimentos y bebidas no alcohólicas, que acumulaban dos meses de caídas interanuales y en septiembre subieron, pasando del 2,3% al 2,4%. Desde el Gobierno argumentan que hay productos concretos de la cesta de la compra que están viviendo un desplome en los lineales que beneficia al consumidor, caso del aceite de oliva, que se ha abaratado un 43% en 12 meses. Esa rebaja, sin embargo, no es generalizada, y son más los que crecen a doble dígito: el café se encarece un 19,9%, los huevos un 17,5%, la carne de vacuno un 16,5% y el chocolate un 15,6%, por citar solo algunos de los que más se han incrementado.

Llama también la atención la subida de la recogida de basura, del 14,5% respecto a agosto, solo un mes atrás, coincidiendo con el cobro de una nueva tasa de cobro obligado por directrices europeas.

“Los servicios —en un entorno de presión demográfica y tirón del turismo— y los alimentos no elaborados siguen presionando. Además, la electricidad ha dejado de ser un factor favorable en el diferencial con la zona euro, particularmente desde el apagón de abril”, resume Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas. “Con todo, la inflación debería moderarse algo en los próximos meses gracias a efectos base”, añade.

Moderación a final de año

Salvo shocks de última hora no descartables, como un recrudecimiento de la guerra comercial, ese mejor comportamiento debería notarse sobre todo a partir de noviembre y diciembre, porque a finales de 2024 la inflación repuntó con fuerza, y la comparativa será más favorable por ese fenómeno estadístico: como el principal dato de inflación se mide de forma interanual, tiende a ser más alto si 12 meses antes la inflación estaba más baja, y a la inversa. “Este es probablemente el pico de la tasa este año, para ir descendiendo gradualmente hasta el 2,6% o 2,7%”, estima el economista Javier Santacruz, que ve preocupante la resistencia a bajar de alimentos y energía.

Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, no ve motivos para la alarma. “A pesar de crecer muy encima de la media de la zona euro, la inflación subyacente está en tasas similares. La diferencia viene dada principalmente por el componente energético, y esa distancia va a disminuir en los próximos meses”, asegura.

Ceuta (3,9%), Comunidad de Madrid (3,5%) y Comunidad Valenciana (3,4%) son las regiones donde se han producido mayores subidas de precios. Mientras que Canarias (2,2%), Murcia (2,4%) y Cataluña (2,6%), son las que han experimentado un alza menor.

El repunte inflacionista de España, que dobla la tasa de hace un año, llega en un momento en que no se prevén movimientos en los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Fráncfort está cómoda con los niveles de precios actuales en el conjunto de los Veinte, por lo que en su reunión de finales de mes en Florencia dejará el precio del dinero en pausa por tercera vez consecutiva, al estimar que ya se encuentra en un nivel neutral, que ni estimula ni frena la economía.

El Eurobanco señaló la semana pasada que el “excepcional desempeño” de España está manteniendo a flote la economía europea, pero precisamente ese auge, propulsado por la demanda interna, complica devolver la inflación a la normalidad pese a vientos de cola favorables, como la actual fortaleza del euro frente al dólar que abarata las importaciones, o la caída del precio del barril de petróleo, a un paso de mínimos anuales, lo que contribuirá a reducir el coste de llenar el depósito próximamente.

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