La vuelta de La Caixa a Cataluña, un espaldarazo para Illa (y para Sánchez)

El retorno de la todopoderosa compañía avala la estrategia de la Generalitat para restituir el ecosistema que rompió el desafío independentista

Las torres negras de La Caixa en la Avenida Diagonal de Barcelona se elevan, en su punto más alto, hasta los 85 metros de altura. No figuran ni entre los 20 edificios de mayor envergadura de Barcelona. Sin embargo, cuando se trata de evaluar el poder y la influencia, no hay quien haga sombra a los tres bloques que desde este miércoles vuelven a acomodar la sede de la Fundación La Caixa. Un regreso que llega siete años y medio después de haber tenido que cambiar Barcel...

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Las torres negras de La Caixa en la Avenida Diagonal de Barcelona se elevan, en su punto más alto, hasta los 85 metros de altura. No figuran ni entre los 20 edificios de mayor envergadura de Barcelona. Sin embargo, cuando se trata de evaluar el poder y la influencia, no hay quien haga sombra a los tres bloques que desde este miércoles vuelven a acomodar la sede de la Fundación La Caixa. Un regreso que llega siete años y medio después de haber tenido que cambiar Barcelona por Palma para protegerse de la inseguridad que generó el procés independentista. “Ya no se dan las circunstancias que causaron el traslado temporal de dichas sedes a la ciudad de Palma en el año 2017″, manifiesta la entidad en un comunicado donde se señala que la Fundación La Caixa retorna de la mano de su sociedad de inversiones, Criteria, ambas presididas por Isidro Fainé. El movimiento, seis semanas después de que el Banco Sabadell hiciera lo propio, traspasa los círculos empresariales y bancarios y lanza un visible mensaje político en un momento en que el independentismo ha quedado apartado del poder en Cataluña y la Generalitat está en manos de Salvador Illa y el PSC. El president ha valorado que “la estabilidad institucional, el rigor y la seguridad jurídica son positivos y ayudan a que se tomen decisiones de este tipo”.

Desde La Caixa se evita dar detalles acerca de cómo se ha organizado el regreso. La misma discreción se guarda desde el Govern. La decisión se tomó oficialmente este miércoles al mediodía y, en los prolegómenos, la preparación del anuncio se guardó con recato. Solo una vez el anuncio se hizo público, algunas fuentes cercanas a las deliberaciones se atrevieron a apuntar que “era previsible”. El traslado supone un espaldarazo para Salvador Illa, que recientemente presentó un plan para movilizar 18.500 millones y dinamizar la economía catalana: “Que en España nadie tenga miedo de que Cataluña despliegue todo su potencial”, afirmó. Dos meses después de tomar posesión de su cargo, el president e Isidro Fainé firmaron un acuerdo marco para que la entidad invierta 225 millones de euros en materia de acción social, cultura, educación e investigación. Pocas semanas después, el jefe del Govern anunció la compra, mediante el Incasòl, de 452 viviendas sociales a Inmocaixa, la filial inmobiliaria de Criteria Caixa.

La decisión del retorno está dirigida por Fainé, natural de Manresa (Barcelona), y también supone un gesto hacia Pedro Sánchez, que ha hecho una apuesta por Cataluña no exenta de riesgos. Abrir la lata del nuevo modelo de financiación, delegar las competencias sobre inmigración y abordar el traspaso de infraestructuras como los trenes de Cercanías le han puesto en la diana de los ataques del PP, por supuestamente privilegiar a Cataluña, después de haber aprobado la ley de amnistía para dar carpetazo a las causas judiciales abiertas durante el procés.

Criteria Caixa es uno de los accionistas de referencia de la compañía Telefónica, que también está participada por el Estado a través de la SEPI, el brazo inversor del Gobierno. Hace un mes y medio, recién nombrado presidente de Telefónica, Marc Murtra hizo una de sus primeras apariciones públicas en Barcelona, para asistir a una conferencia de Salvador Illa.

En el comunicado oficial de la compañía se señala que “La Fundación La Caixa tiene un firme compromiso con sus raíces”. Un vínculo que se cortó en seco en octubre de 2017, cuando la inestabilidad que generó el desafío independentista abrió una profunda brecha social y propició la marcha de más de 4.500 empresas. Desde la Generalitat se admite que lograr el retorno de las empresas a Cataluña es un objetivo y que por eso “se ponen las condiciones” para hacerlo posible. Pero es una máxima evitar las presiones y las injerencias.

Las coincidencias con la operación retorno del Banco Sabadell van más allá de que ambas fechas cayeran en jornada de partido de Liga de Campeones para el Barça. Discreción, cautela y mesura rodearon la preparación del anuncio. Tras el anuncio del Sabadell, el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sànchez Llibre, vaticinó que otras empresas “relevantes” seguirían los mismos pasos en “los próximos meses”. “Lo dije y se está cumpliendo”, señaló Sánchez Llibre tras el anuncio de la Fundación La Caixa.

A Josep Antoni Coderch, el arquitecto que proyectó la recuperada sede de La Caixa en Barcelona, se le concedió un premio a la innovación tras haber diseñado una lámpara con forma de calabaza. La operación que se ha cocinado desde sus torres negras de la Diagonal también tiene capacidad para alumbrar un camino.

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