Trump asegura que vetará la compra de US Steel por parte de la japonesa Nippon Steel
El presidente electo promete que revitalizará la industria siderúrgica a base de aranceles e incentivos fiscales
La opa de la japonesa Nippon Steel sobre la estadounidense US Steel se vio atrapada casi desde el principio por una marejada política de proteccionismo. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mostró en contra de la operación, que suponía que pasase a manos extranjeras una empresa centenaria y emblemática cuya sede, además, estaba en Pensilvania, uno de los Estados que se veían como decisivos en las elecciones del 5 de noviembre. Pero si Nippon Steel tenía esperanzas de que, tras las elecciones, el viento político soplase en otra dirección, estaba equivocada. El presidente electo, Donald Trump, dejó claro este lunes que rechaza la operación.
“Estoy totalmente en contra de que la otrora grande y poderosa US Steel sea comprada por una empresa extranjera, en este caso Nippon Steel de Japón. A través de una serie de incentivos fiscales y aranceles, haremos que el acero estadounidense vuelva a ser fuerte y grande, ¡y será RÁPIDO! Como Presidente, voy a bloquear que este acuerdo se cierre. ¡¡¡Cuidado, comprador!!!”, escribió Trump en su red social, Truth.
No es la primera vez que Trump se manifiesta en contra de la operación, pero sí la primera que lo hace como presidente electo. En eso coincide con Joe Biden. “US Steel es una empresa estadounidense emblemática desde hace más de un siglo, y es vital que siga siendo de propiedad y gestión nacionales”, señaló el presidente hace unos meses.
La operación, anunciada en diciembre del año pasado, fue aprobada de forma unánime por los consejos de administración de las dos compañías. En la junta de accionistas de US Steel, el respaldo fue del 98%. Las empresas anunciaron que el comprador respetaría todos los compromisos de US Steel con sus empleados, incluidos todos los convenios colectivos vigentes con sus sindicatos, pero no logró atraerse el favor de estos. Nippon Steel prometió inversiones multimillonarias para tratar de vencer las resistencias políticas y laborales, pero sin éxito.
La compañía japonesa aseguró también que los gestores clave y la mayoría del consejo de administración serían estadounidenses en caso de que lograse cerrar la operación. El grupo japonés también adquirió el compromiso de dar prioridad a la producción de US Steel para satisfacer la demanda del mercado siderúrgico estadounidense. La compañía japonesa llegó a contratar a Mike Pompeo, antiguo secretario de Estado de Trump, para que intercediese en su favor. Nada de eso ha ablandado el proteccionismo estadounidense, en el que hay consenso bipartidista.
La operación necesita la aprobación del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), dependiente del Departamento del Tesoro. Tiene potestad para aprobar, bloquear o modificar el acuerdo por motivos de seguridad nacional, o remitirlo al presidente para que tome una decisión. Biden tampoco ha dado ninguna señal de haber cambiado de opinión.
Trump impuso durante su primer mandato aranceles a las importaciones de acero y aluminio que Biden no solo mantuvo, sino que aumentó. Ahora, el presidente electo promete usar de nuevo esa arma para proteger al sector estadounidense, aunque eso tendrá consecuencias inflacionistas, al aumentar los costes para múltiples sectores de la economía. La principal novedad del mensaje del presidente electo es que habla también de incentivos fiscales, aunque sin explicar ni cuantificar.