El Gobierno propone crear una nueva baja laboral “flexible” que permita trabajar parcialmente

Elma Saiz, ministra de Seguridad Social, convocará de manera “inminente” a los agentes sociales para reformar las bajas por incapacidad temporal de los trabajadores

La ministra de Inclusión, Elma Saiz, durante un desayuno informativo celebrado este jueves en Madrid.Foto: Diego Radamés (Europa Press) | Vídeo: EPV (EFE)

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones va a convocar de manera “inminente” a patronal y sindicatos para abordar la reforma de la incapacidad temporal (IT), las situaciones en las que los trabajadores no van a trabajar por estar de baja médica. Así lo ha anunciado este jueves la titular de este departamento, Elma Saiz, quien ha ido más allá y ha esbozado parte de la propuesta que hará la Seguridad...

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El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones va a convocar de manera “inminente” a patronal y sindicatos para abordar la reforma de la incapacidad temporal (IT), las situaciones en las que los trabajadores no van a trabajar por estar de baja médica. Así lo ha anunciado este jueves la titular de este departamento, Elma Saiz, quien ha ido más allá y ha esbozado parte de la propuesta que hará la Seguridad Social en esta futura negociación y que consiste en crear una nueva incapacidad temporal “que no sea estar de alta o estar de baja”, siempre “desde la voluntariedad” del trabajador.

A falta de precisión de esta novedosa propuesta, Saiz ha explicado durante su intervención, en el foro Nueva Economía Fórum, que la idea que tiene el Gobierno para esta reforma es que la incorporación de los trabajadores a su empleo tras una baja médica pueda ser “flexible”, como ocurre con las fórmulas de compatibilidad entre salario y pensión. Esto supondría una especie de baja parcial para una situación intermedia entre las dos situaciones de enfermedad y trabajo.

“A nadie se le escapa que la tecnología y los avances médicos permitan que haya personas que, quizás en algunos procesos, puedan incorporarse a trabajar. En materia de pensiones antes había una regulación muy abrupta: o trabajo o pensión y con la reforma y desde la voluntariedad hemos hecho que ese tránsito sea más flexible. Pues lo mismo con la incapacidad temporal”, ha indicado la ministra en este foro.

Saiz ha puesto algunos ejemplos: “Hay procesos como el de quien esté saliendo de un tratamiento de cáncer que quizás, por supuesto desde la voluntariedad y desde la garantía de su salud, desde su seguridad, pueda incorporarse a trabajar, haciendo una incapacidad temporal que no sea estar de alta o estar de baja”.

Y ha añadido otro supuesto de cómo podría ser esta modalidad de baja intermedia en los casos de trabajadores con pluriactividad (más de un trabajo en alta en la Seguridad Social): “Hay personas que pueden estar en una situación que puedan estar de baja para una actividad, pero sí que puedan desarrollar determinados trabajos (en su otra actividad)”.

La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, este jueves durante el desayuno informativo. Diego Radamés (Europa Press via Getty Images)

La propuesta no ha sido bien recibida

Sin embargo, la propuesta no ha caído del todo bien. La ministra de Trabajo se ha pronunciado en su cuenta de la red social X para rechazar de plano esta iniciativa. “Solo hay una razón detrás de la incapacidad temporal: proteger la salud de las personas trabajadoras. No hay más opciones ni razones. Ni flexibilidad, ni parcialidad, con la salud no se juega”, ha sentenciado la compañera de Saiz en el Consejo de Ministros.

Poco antes que de que se pronunciara Díaz, las críticas llegaban desde Podemos. La ex ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, también ha criticado duramente la propuesta en esta misma red social: “Proponer la baja flexible, es decir, que los trabajadores y trabajadoras puedan trabajar enfermas, es una propuesta aberrante más propia de Juan Roig [propietario de Mercadona] que de un gobierno progresista. Supongo que el PSOE querrá hacerlo con el PP, que estará 100% de acuerdo”.

Por su parte, el responsable de protección social de CC OO, Carlos Bravo, también ha recibido con reticencias esta modalidad de baja sugerida por Saiz, que ha calificado de “novedosa, singular y curiosa” y ha añadido que “es difícil de entender y que puede transmitir inseguridad en las personas que están en esta situación”. Así, ha rechazado tácitamente la inciativa y ha pedido al Gobierno que “antes de plantear situaciones anómalas de compatibilidad (entre la baja y la actividad laboral) apruebe las modificaciones de la Ley General de Seguridad Social para crear el grupo de trabajo” que estudie esta reforma.

Para el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernado Luján, “lo que se encierra en esta flexibilidad es una especie de compatibilidad entre capacidad e incapacidad laboral, habrá que ver que presentan (los responsables gubernamentales) pero conceptualmente nos parece muy complicado que en un mismo paciente se den ambas situaciones a la vez”.

Algo mejor se han tomado la medida en la patronal, donde distintas fuentes no se cierran a explorar esta y otras ideas que se pongan sobre la mesa para reformar la IT.

En cualquier caso, la máxima responsable de Seguridad Social ha concluido su intervención este jueves insistiendo en que cualquier reforma de las bajas de los trabajadores se hará “desde el consenso y el diálogo social”, pero que es necesario poner encima de la mesa una reforma de la incapacidad temporal “para adecuar esta situación a los tiempos que vivimos y a los avances médicos y tecnológicos”.

Ante la polémica y, en otros casos, el interés que ha despertado la propuesta de Saiz, fuentes de la Seguridad Social han precisado que se trata de que una de las opciones sea “abrir la puerta a una mayor flexibilidad y a estudiar casos en los que una incorporación gradual al trabajo pueda suponer una mejora en la recuperación”. Si bien, añaden que “estas propuestas se abordarán siempre desde la voluntariedad y bajo la supervisión de un médico” e insisten en dicha voluntariedad y en la salud como primera condición y garantía del trabajador. “El fin es abrir un debate de acuerdo a la casuística actual y las nuevas formas de vivir y trabajar”, concluyen estas fuentes.

La necesidad de reformar la incapacidad temporal viene marcada por un incremento constante de estas bajas desde la pandemia que, además de disparar el gasto público en estas prestaciones, se traduce también en una saturación de los servicios médicos de salud y supone una creciente preocupación a las empresas, que no cesan de quejarse de los costes que supone el absentismo en general (el justificado médicamente y el no justificado). Según los últimos datos de ejecución presupuestaria de la Seguridad Social, el gasto en subsidios de incapacidad temporal se disparó un 17,6% en los ocho primeros meses del año, hasta los 10.422 millones de euros.

El papel de las mutuas

Esta nueva reforma de las bajas laborales ya está prevista en el último acuerdo de pensiones firmado entre el Gobierno y los agentes sociales. En dicho pacto se recogía la creación del grupo de trabajo anunciado hoy por Saiz para, a partir de los seguimientos de los actuales procesos de bajas, se aborden las soluciones pertinentes en una reforma posterior. Si bien, el pacto de pensiones ya incluye algunas posibles medidas, como permitir que los médicos de atención primaria de los servicios públicos de salud de las comunidades autónomas puedan derivar las pruebas diagnósticas y la rehabilitación, incluida las cirugías, de los trabajadores afectados por bajas causadas por enfermedades traumatológicas. El objetivo de esta propuesta es agilizar el tiempo de diagnóstico y curación de estos procesos.

La derivación a la mutua se podrá producir cuando el tiempo de baja del proceso traumatológico en cuestión supere el tiempo óptimo recomendado. Además, se requerirá el previo consentimiento informado del paciente, que podrá ser revocado en cualquier momento. Dicho todo esto, el acuerdo sellado el pasado 18 de septiembre en La Moncloa zanja también un asunto espinoso al precisar que “las bajas, confirmaciones de baja y altas médicas continuarán siendo emitidas por los facultativos de los servicios públicos de salud”.

Las partes también acordaron que esta medida se llevará a cabo a través de convenios de colaboración entre las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social y los servicios regionales de salud de las comunidades autónomas, que son de los que dependen los médicos de atención primaria. Estos convenios tienen naturaleza administrativa y están pendientes de su desarrollo reglamentario.

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