La economía europea resiste con un crecimiento del 0,3% en el segundo trimestre pese a la contracción en Alemania

El empuje de la actividad en España ayuda a que la zona euro y el conjunto de la Unión salgan del prolongado estancamiento de 2023

La fábrica de Seat en Martorell (Barcelona), el mes pasado.Albert Garcia

El crecimiento en la zona euro y en el conjunto de la Unión Europea han resistido el nuevo tropiezo alemán. Empujada por el tirón de países como España o Irlanda, la economía europea ha crecido un 0,3% en el segundo trimestre, según Eurostat. Este dato, el mismo tanto para el área monetaria como para la UE, es el mismo que al comienzo de año y ayuda a que Europa vaya saliendo poco a poco, aunque todavía con bastante incertidumbre, del estancamiento en el que estuvo atrapada durante más de un año tras el comienzo de la invasión de Ucrania por Rusia y la crisis energética que provocó el estallido de la guerra.

“Esto es un alivio y muestra que la economía ha comenzado a recuperarse con cautela. Con un desempleo bajo y una inflación más benigna, la economía está sin duda en una situación mejor que, por ejemplo, hace un año. Aun así, la pregunta sigue siendo hacia dónde se dirigirá la economía a partir de ahora y los datos recientes no brindan mucha confianza en que la economía de la eurozona esté acelerándose aún más”, apuntan los economistas del banco holandés ING.

La resistencia que ha mostrado la economía europea, según los datos de esta primera estimación, sorprenden por lo sucedido en Alemania. La mayor economía de la zona euro está flirteando con la recesión técnica desde hace dos años. No encadena dos trimestres consecutivos de contracción y por eso no puede utilizarse ese concepto. Por ejemplo, el año empezó con un crecimiento del 0,2% en el primer trimestre, pero en el segundo se ha registrado una caída del 0,1%. No obstante, el saldo es negativo y la actividad está en franco retroceso.

Si el crecimiento en la Unión ha podido mantenerse en ese 0,3% entre abril y junio ha sido por el empuje de España, que ha crecido un 0,8% y es de largo la gran economía que más tira del carro. También lo han hecho con bastante fuerza Irlanda o Lituania, un 1,2% y un 0,9%. Sin embargo, el paso de estos dos países en el conjunto de la economía europea es menor y, además, tiene un comportamiento más volátil por su reducido tamaño. Irlanda, por ejemplo, se contrajo un 1,7% en el tercer trimestre del año pasado y ahora casi ha hecho lo contrario. En estos bandazos también juegan papeles protagonistas las cuentas de las grandes compañías tecnológicas estadounidenses y chinas, que suelen tener su filiales europeas en este país por sus grandes ventajas fiscales.

Que Francia e Italia, segunda y tercera economía de la Unión y la zona euro, respectivamente, hayan crecido algo también ha sido clave para que la caída alemana no reste todavía más al conjunto. Francia se mantuvo en la media, un incremento del 0,3%, e Italia, algo menos, un 0,2%.

Para este último caso, los analistas de ING recuerdan que todavía no hay datos desglosados, pero sí apuntan que “todo indica que la demanda nacional dio un impulso positivo al crecimiento trimestral, mientras que las exportaciones netas actuaron como lastre”. “Sospechamos que en el lado positivo actuó una combinación de impulso del consumo y disminución de las existencias, mientras que la inversión podría haberse visto penalizada por el impacto negativo en el componente de construcción de la expiración del incentivo fiscal de la superbonificación”, apuntan los economistas de la entidad, en referencia a una ventaja fiscal para las reformas de inmuebles puesta en marcha en plena pandemia que habría expirado recientemente y que, hasta ahora, ha lastrado mucho las cuentas públicas italianas.

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