Hacienda da inicio a los Presupuestos de 2025 y pide a los ministerios tener en cuenta las nuevas reglas fiscales
El Gobierno publica en el BOE la orden que da el pistoletazo de salida para elaborar unas nuevas cuentas públicas. Los ministerios tendrán hasta el 8 de julio para presentar sus propuestas
El Ministerio de Hacienda ha puesto en marcha oficialmente este jueves el procedimiento para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2025, tras unos meses en los que los diversos procesos electorales y la inestabilidad parlamentaria llevaron al Gobierno a prorrogar durante el actual ejercicio las cuentas de 2023. En concreto, el departamento que dirige la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden ministerial que pone a rodar la maquinaria, un documento que establece los criterios y actuaciones que deben seguir los distintos ministerios en la redacción de sus propuestas, garantizando que se alineen con las prioridades económicas, sociales y medioambientales del Ejecutivo.
También, insiste Hacienda, con las nuevas reglas fiscales comunitarias. “En la determinación de los criterios de presupuestación” de las cuentas “adquieren especial significación las orientaciones de política presupuestaria señaladas en el marco del Semestre Europeo, y las orientaciones previas formuladas por la Comisión Europea”. Además, habrá que “tener en cuenta la reactivación de las reglas fiscales”.
Montero avanzó un día antes que el Gobierno quiere sacar adelante un nuevo presupuesto que refleje las necesidades actuales del país y consolide los derechos adquiridos en la presente legislatura. Así, desde este jueves, los diferentes ministerios y organismos de la Administración General del Estado tendrán hasta el 8 de julio para presentar sus solicitudes presupuestarias a Hacienda, que como es habitual supervisará y coordinará todo el proceso con la intención de tener el proyecto listo en octubre.
El proceso de elaboración de las cuentas públicas no solo implica la recepción de propuestas por parte de los ministerios, sino también la creación de un nuevo cuadro macroeconómico que proyecte el crecimiento del PIB, empleo y déficit, determinando así la capacidad de gasto del Gobierno. La orden ministerial muestra cautela y recuerda que las previsiones actuales reflejan crecimientos del PIB del 2% y el 1,9% para 2024 y 2025, respectivamente. No obstante, ante la buena marcha de la economía, desde el Ejecutivo ya empiezan a deslizar la idea de que el nuevo cuadro reflejará un avance del PIB de aproximadamente el 2,5% para el próximo año, lo que servirá de base para definir la capacidad de gasto. Montero indicó el miércoles que ya se está trabajando en esta propuesta y que será presentada al Congreso en las próximas semanas.
Estos serán los primeros Presupuestos que elaborará el Gobierno tras la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales europeas, un marco en el que el cumplimiento de la senda de gasto neto se torna como indispensable para todos los Estados miembros. Hacienda, al dar el pistoletazo de salida formal con la publicación de la orden en el BOE, recuerda en el documento que la presentación de las necesidades de gasto de cada departamento tendrá que estar enmarcada dentro de estas nuevas reglas, que ponen límites al déficit y deuda públicos de los estados.
Los Presupuestos, detalla la orden, darán continuidad a la política económica “responsable y coherente” que ha desarrollado el Gobierno en estos años, “impulsando la prosperidad y la competitividad económica, con una reindustrialización del país estratégica e inteligente que genere empleos de calidad, así como el blindaje y refuerzo del Estado del bienestar y la defensa de la justicia social, de la cohesión territorial, de la igualdad de género y de la sostenibilidad medioambiental”.
Hacienda subraya, además, que en todo el proceso se incorporarán las conclusiones y recomendaciones formuladas en los procesos de revisión y evaluación del gasto público, los conocidos como spending reviews, llevados a cabo por la Autoridad Fiscal (Airef). En paralelo, los Presupuestos pretenden “finalizar el proceso de modernización de nuestro tejido productivo” asociado a los fondos europeos, e incluirán “por primera vez” un nuevo enfoque, denominado la “dimensión marrón”, en el informe de alineamiento con la transición ecológica.
Una vez que se conozcan las necesidades de todos los ministerios y el techo de gasto, el Gobierno deberá enfrentar el desafío de obtener la aprobación de las Cortes para los objetivos de estabilidad presupuestaria, que incluyen los límites de deuda y déficit para el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Este aspecto ha sido particularmente complicado en el pasado, con el Senado bloqueando la senda de déficit propuesta por Hacienda gracias a la mayoría que allí ostenta el Partido Popular. Para evitar este tipo de obstáculos, el Ejecutivo está reformando la ley de estabilidad presupuestaria con el objetivo de eliminar la capacidad de veto de la Cámara Alta mediante una enmienda en la ley de paridad que, precisamente, ha sido aprobada este jueves por el bloque de la investidura.
Una vez pase el verano, en el Gobierno confían en que el proceso de negociación presupuestaria será más fluido que en años anteriores. Las conversaciones, previsiblemente, se retomarán en el punto en que quedaron antes de las elecciones anticipadas en Cataluña, cuando el Ejecutivo confirmó que renunciaba a sacar unas nuevas cuentas para este año y prorrogaba las de 2023. Montero dijo el miércoles que confía en que los diferentes grupos “realmente tengan en cuenta que España necesita unos nuevos Presupuestos” que supongan un “avance”. “Cuento con que su predisposición va a ser positiva”, destacó la vicepresidenta.
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