El precio de los alimentos repunta cuatro décimas y sitúa la inflación general de abril en el 3,3%

El IPC general encadena dos periodos al alza. La subyacente se modera cuatro décimas hasta el 2,9%

Un mercado en Aragón, en una imagen de archivo.Eduardo Briones (Europa Press)

El recibo de la compra ha vuelto a subir en abril. Los alimentos y bebidas no alcohólicas repuntaron cuatro décimas hasta el 4,7%, según ha confirmado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta evolución al alza de la cesta de la compra, sumada a los costes del gas, ha provocado que la tasa general de inflación encadene su segundo mes con crecimientos. En concreto, el IPC alcanzó el 3,3%, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El recibo de la compra ha vuelto a subir en abril. Los alimentos y bebidas no alcohólicas repuntaron cuatro décimas hasta el 4,7%, según ha confirmado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta evolución al alza de la cesta de la compra, sumada a los costes del gas, ha provocado que la tasa general de inflación encadene su segundo mes con crecimientos. En concreto, el IPC alcanzó el 3,3%, una décima más que en marzo. El índice se balancea así, de arriba a abajo, y de abajo a arriba, movido no solo por los altibajos en los mercados energéticos y materias primas, sino también por fuerzas matemáticas, pues como viene ocurriendo desde hace varios trimestres, “el efecto base ha estado detrás de estos números que a priori parecen tan negativos”, según explica Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas.

“En abril del año pasado, la variación mensual de los alimentos fue del 0,3%. Un repunte, por menor que sea, impacta de forma notoria en la comparativa interanual”, agrega el economista. En efecto, en esta ocasión el aumento fue del 0,7%, según el INE. No obstante, se trata de una situación coyuntural que no tiene visos de convertirse en una tendencia a largo plazo. De acuerdo con Torres, el regreso del IVA de la luz al 21% podría haber aumentado los costes de producción de algunos alimentos. A ello se sumará en junio el fin de las rebajas de los tipos impositivos que hasta hoy siguen vigentes como parte de las ayudas anticrisis y que mantienen en el 0% el IVA de todos los alimentos de primera necesidad —como pan, harina, leche o fruta— y en el 5% el del aceite y la pasta.

Si se analiza a detalle la fotografía, se observa que el incremento se debió, en su mayor parte, a la variación de los precios de las frutas: repuntaron un 17,1% respecto a abril de 2023. Los zumos también se encarecieron un 17,3%, mientras que las patatas lo hicieron un 8,6% y las legumbres y hortalizas congeladas un 7,5%. El aceite de oliva volvió a ser el producto más encarecido, con una tasa del 68,1%.

Los carburantes, por su parte, también favorecieron el aumento de la inflación en abril. En lo que va de 2024, los combustibles han incrementado sus precios mes a mes hasta conseguir una racha de quince subidas semanales consecutivas. Esto ha hecho que en abril la gasolina se encareciera un 3,5% respecto al año pasado y el gasóleo un 4,4%. La recuperación de su valor se achaca a los recortes de oferta llevados a cabo por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que busca a toda costa mantener al alza los precios internacionales del oro negro. A ello se ha sumado, en abril, la confrontación directa entre Irán e Israel, que tensionó el mercado del crudo.

La vivienda también empujó al alza el índice general. La tasa anual aumentó 2,5 puntos, hasta el 4,0%. Este comportamiento se debió, según el INE, a los precios del gas y la electricidad, que se anotó una subida del 10,2%. Por contra, los hoteles y restaurantes, así como las actividades culturales, disminuyeron sus precios respecto al mismo mes del año previo.

Factores a medio plazo

En el análisis coyuntural, hay tres factores que producen una inercia al alza en el índice de precios. Uno de ellos son los servicios, cuyo comportamiento en este año ha sido asimétrico. Mientras algunas ramas han seguido moderando sus precios, el sector turístico y la restauración los han aumentado, impulsados por la fuerte demanda —de hecho es la variable del IPC que más ha escalado en un año, con un 4,8%—. La previsión es que el país se beneficie de la recuperación del poder adquisitivo de los hogares nacionales y extranjeros, y el turismo siga siendo uno de los motores de la economía, por lo que las tarifas seguirán ajustándose. Tan solo en abril, los paquetes nacionales aumentaron un 13,4%, mientras que los servicios de restaurantes, cafés y salas de baile se encarecieron casi un 5% respecto al mismo mes del año pasado. El transporte de pasajeros por mar —donde se incluyen los cruceros— repuntó incluso más: hasta rozar el 17%.

La recuperación salarial y el fin de las ayudas anticrisis son los otros dos factores que impactan en la evolución de los precios. En un análisis global, los vaivenes mensuales del IPC sugieren que superar esa última milla de la desinflación llevará su tiempo. Los analistas esperan que la tasa media anual de la inflación general ronde el 3% a cierre de 2024 y siga por encima del 2% que persigue el Banco Central Europeo en 2025. En cualquier caso, las cifras actuales están, según los expertos, en el rango normal. Prueba de ello es que la subyacente —que excluye la energía y los alimentos frescos— continúa por la senda de la moderación al pasar del 3,3% en marzo al 2,9% en abril.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal

Sobre la firma

Más información

Archivado En