Raquel Sánchez se instala en Paradores tras perder el tren del ministerio
La exministra catalana accede a un cargo muy preciado y de alta remuneración salarial tras un mandato atropellado al frente de la cartera de Transportes
Raquel Sánchez llega a la presidencia de Paradores de Turismo de España tras dos años de sofoco como ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, un puesto de alta exposición y con una potente carga de desgaste y que asumió con la promesa de dejarse “la piel” en el empeño. Hace cinco semanas vio como el presidente del Gobierno prescindió de sus servicios a la hora de repartir las nuevas carteras. A cambio, se queda con una de las sillas más ansiadas...
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Raquel Sánchez llega a la presidencia de Paradores de Turismo de España tras dos años de sofoco como ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, un puesto de alta exposición y con una potente carga de desgaste y que asumió con la promesa de dejarse “la piel” en el empeño. Hace cinco semanas vio como el presidente del Gobierno prescindió de sus servicios a la hora de repartir las nuevas carteras. A cambio, se queda con una de las sillas más ansiadas del sottogoverno. Tiene asignado un fijo de más de 150.000 euros, pero gracias al plus de los variables su antecesor, Pedro Saura, logró alcanzar un salario anual de 180.000 euros. El sueldo de ministro fue, este año 2023, de 79.000 euros, y el de presidente del Gobierno no pasó de 90.000 euros.
Al frente de Paradores, Raquel Sánchez, 48 años, tendrá que gestionar un centenar de establecimientos singulares repartidos por 16 comunidades autónomas. La sociedad pública, que depende del Ministerio de Industria y Turismo que comanda Jordi Hereu, cerró el 2022 con una facturación de 310 millones de euros, la más alta en sus 95 años de historia. Mantener el buen ritmo de la marca es el principal reto que asume quien, en 2021, aterrizó en el Ministerio, entonces de Fomento, directamente desde la alcaldía de Gavà, un municipio del área de Barcelona que no llega a los 50.000 habitantes. Pese a que milita en el PSC desde 2003, su nombramiento como ministra hace dos años obligó en algunas redacciones y sedes del partido a usar los buscadores de internet y hemerotecas de medios locales y comarcales para hilar fino en el perfil de la elegida para relevar a José Luís Ábalos.
Su hoja de servicios como ministra queda empañada por asuntos que generaron una controversia notable. El más notorio fue el encargo por parte de Renfe de 31 trenes con unas dimensiones que no se ajustan a la red ferroviaria por la que iban a circular, y que por su altura no podían pasar por varios túneles de la línea de cercanías de Asturias y Cantabria. Raquel Sánchez frenó el escándalo anunciando “ceses inminentes”, pero el caso quedó asociado a una “chapuza monumental”, según lo definió Miguel Ángel Revilla. No le tembló el pulso para destituir a la secretaria de Estado y al presidente de Renfe por ese escándalo. También en materia ferroviaria, a Raquel Sánchez le quedó pendiente solucionar el desaguisado en Cataluña con Rodalies, la red de trenes de cercanías. Con más de 300.000 usuarios diarios, el servicio padece incidencias continuas y la Generalitat ha reclamado durante años poder asumir la gestión de los trenes. Raquel Sánchez defendió como inabordable el traspaso, pero el acuerdo para el cambio de competencias se cerró el 2 de noviembre, cuando la ministra catalana ya tenía las maletas hechas para abandonar su despacho del Paseo de la Castellana.
Caso parecido se produjo con el proyecto de ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. La mediación de Sánchez, perfecta conocedora del asunto porque Gavà está a una decena de kilómetros de las terminales, no ha servido para desbloquear un acuerdo entre Aena y la Generalitat para activar un plan que lleva aparejada una inversión de 1.700 millones de euros.
La exministra también tenía entre sus atribuciones los temas de vivienda, pero tener un papel importante para desbloquear la ley de vivienda tampoco le ha servido a Raquel Sánchez para lucir muchas medallas. “A nadie se le escapa que esta ha sido una ley complicada”, reconoció en una entrevista en EL PAÍS. El Partido Popular aprovechó su mayoría en el Senado para reprobarla públicamente apenas 24 horas después de que la propia Sánchez hubiera recibido otra reprobación en el Congreso por su gestión.
Sánchez también tuvo que lidiar con la polémica por el cobro por uso de las autovías, un tema que logró desactivar tras varias semanas de controversia en plena campaña de las autonómicas y municipales.
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