La inflación se modera al 3,2% en noviembre y da un respiro antes de la campaña navideña

La caída de los carburantes y el abaratamiento de los paquetes turísticos impulsan la desaceleración de los precios en tres décimas

Varias personas observan el escaparate de una tienda, este miércoles en Santiago.ÓSCAR CORRAL

La inflación se asienta en una fase de escasa volatilidad. Los precios han dejado atrás los abruptos bandazos que protagonizaron su fulgurante ascenso y posterior moderación. Y en vísperas de la campaña navideña dan un respiro justo cuando los bancos centrales han frenado la espiral de subidas de tipos de interés para detenerse a observar la efectividad del apresurado encarecimiento de la financiación que han acometido. Tras d...

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La inflación se asienta en una fase de escasa volatilidad. Los precios han dejado atrás los abruptos bandazos que protagonizaron su fulgurante ascenso y posterior moderación. Y en vísperas de la campaña navideña dan un respiro justo cuando los bancos centrales han frenado la espiral de subidas de tipos de interés para detenerse a observar la efectividad del apresurado encarecimiento de la financiación que han acometido. Tras dos meses anclado en el 3,5%, el IPC español desaceleró en noviembre al 3,2% con respecto al mismo mes del año pasado, tres décimas menos, según el dato adelantado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Más clara es la mejora en el dato de inflación subyacente, la que excluye energía y alimentos frescos, y al que expertos y autoridades monetarias prestan especial atención: se reduce en siete décimas, hasta el 4,5%, su nivel más bajo desde abril de 2022.

En el mes de los agresivos descuentos del Black Friday, el abaratamiento de carburantes ha sido el gran protagonista de la tregua al bolsillo. La gasolina encadena ocho semanas a la baja, y el diésel siete. Ni los recortes de oferta con los que los países productores agrupados en la OPEP han tratado de mantener los precios altos, ni el estallido bélico en el polvorín de Oriente Próximo han impedido que el barril de petróleo recule en los mercados internacionales respecto a septiembre y octubre, y se mueve ahora en el entorno de los 80 dólares, castigado por la debilidad de la demanda en China y el aumento de las reservas de EE UU.

La electricidad también ha contribuido: empezó el mes marcando mínimos anuales de 4,53 euros por megavatio hora (MWh), y la tendencia favorable para el consumidor ha persistido sobre todo gracias a la fortaleza de la generación eólica e hidráulica, hasta el punto de que las renovables han supuesto dos tercios de la electricidad generada, convirtiendo a noviembre en el mes con los precios más económicos en el mercado mayorista desde marzo de 2021, con una media de 62 euros MWh a falta de un día para terminar el mes. El INE también destaca que los paquetes turísticos son más asequibles que hace un año.

Mensualmente, la inflación cayó cuatro décimas de octubre a noviembre, su mayor descenso desde septiembre de 2022. El INE no desglosará hasta dentro de dos semanas los números de cuánto ha subido o bajado cada producto o servicio, pero en su comunicado el Gobierno concreta que el dato, que califican de “muy buena noticia”, se ha visto beneficiado por la evolución de la electricidad, los carburantes y los alimentos. “Los salarios siguen ganando poder adquisitivo y las empresas españolas competitividad aumentando su cuota de mercado, incluso en el difícil contexto internacional”, ha señalado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.

¿Por qué entonces la inflación no cae con más fuerza? En contra juega el efecto base. El año pasado por estas fechas ya se produjo un descenso de los precios energéticos, lo cual tiene un impacto estadístico adverso, porque la inflación se expresa en términos interanuales, comparando el comportamiento de cada mes con su respectivo del ejercicio anterior, y la caída de la electricidad, por ejemplo, fue incluso mayor en noviembre de 2022. Además, hay categorías con mucho peso en el índice de precios, como la de los alimentos, donde si bien los signos positivos son evidentes, la desescalada está siendo mucho más lenta y progresiva.

Para Raymond Torres, el alivio en el coste de la vida es cuestión de tiempo. “Los efectos base no ocultan un hecho: hay una tendencia a la desinflación. Todos los precios se van moderando. E incluso debería notarse en los próximos meses que los alimentos se están frenando, aunque vayan a un menor ritmo que otros componentes como los industriales, que se están ralentizando con más fuerza”, explica.

Detecta, sin embargo, un factor de incertidumbre. ¿Qué pasará cuando el Gobierno retire las medidas antiinflación? Actuaciones como el tope al gas, o la rebaja de impuestos a la electricidad y los alimentos siguen vigentes, pero se desconoce su duración —expiran el 31 diciembre y no se sabe aún si habrá prórroga—. “Según nuestros cálculos han restado 1,5 puntos de IPC, y su reversión podría presionar al alza el nivel de precios puntualmente. Si se retirara la mitad del paquete antiinflación, podríamos hablar el año que viene de ocho décimas más de inflación. Eso haría que la tendencia a la desinflación fuera menos marcada y en 2024 la tasa sería solo ligeramente inferior a la de este año, cuando rondará el 3,6% de media”, advierte Torres.

El efecto divisa beneficia a España

La formación de los precios aúna un sinfín de variables en constante cambio. La evolución del mercado de divisas es otro de los indicadores a tener en cuenta, más discreto, pero que en el caso de las compras de crudo, de las que España es especialmente dependiente, ejerce una influencia relevante, porque se pagan en dólares. Ahora el viento empuja a favor de Europa: el billete verde cotiza en su nivel más bajo desde agosto, reduciendo la factura energética de los Veinte porque la revalorización de la moneda única, del 5% en los dos últimos meses, les permite comprar más por menos.

También ha desaparecido un factor inflacionista muy presente en 2021 y la primera mitad de 2022, cuando el colapso en las cadenas de suministro por la alta demanda de bienes encareció el transporte marítimo a niveles nunca antes vistos. Ahora, llevar un contenedor cargado de una parte a otra del mundo cuesta incluso menos que antes de la pandemia, el factor que alteró los hábitos de consumo y el comercio mundial durante tantos meses.

¿Qué pasará próximamente? Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, cree que no habrá movimientos bruscos. “De cara a los próximos meses, espero veremos la inflación moverse entre el 3% y el 3,5%, dado que la moderación de la inflación subyacente y de alimentos quedará en gran parte compensada por una mayor inflación energética debido a las grandes caídas de precios que vimos a finales del año pasado y comienzos de 2023″, sostiene.

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