China permitirá la entrada de turistas y empresarios españoles sin visado
La medida, que entra en vigor el 1 de diciembre, permitirá estancias de hasta 15 días y será de aplicación también para Francia, Alemania, Países Bajos e Italia
China ha anunciado este viernes que permitirá la entrada en el país sin necesidad de visado a los ciudadanos españoles que vayan de turismo, negocios o visita familiar para estancias de hasta 15 días. La medida, que entrará en vigor el 1 de diciembre y será de carácter temporal, será de aplicación también para Francia, Alemania, Países Bajos, Italia y Malasia. La iniciativa llega después de que el gigante asiático haya estado dando muestras de ...
China ha anunciado este viernes que permitirá la entrada en el país sin necesidad de visado a los ciudadanos españoles que vayan de turismo, negocios o visita familiar para estancias de hasta 15 días. La medida, que entrará en vigor el 1 de diciembre y será de carácter temporal, será de aplicación también para Francia, Alemania, Países Bajos, Italia y Malasia. La iniciativa llega después de que el gigante asiático haya estado dando muestras de una mayor apertura en los últimos meses mientras trata de reavivar el turismo, la economía y el contacto entre personas, que no terminan de arrancar tras el fin de las restricciones antipandémicas.
“Con el fin de seguir promoviendo los intercambios de personas entre China y los países extranjeros, servir al desarrollo de alta calidad y abrirse al exterior a un alto nivel, China ha decidido ampliar el ámbito de aplicación de la exención unilateral de visados a modo de prueba”, ha explicado este viernes Mao Ning, portavoz de Exteriores china, durante una comparecencia rutinaria. Los ciudadanos de los citados países podrán entrar en la República Popular solo con mostrar su pasaporte, sin realizar trámite alguno de visado previo. La medida estará en vigor hasta el 30 de noviembre de 2024.
“Es positivo que las autoridades tomen medidas para facilitar los intercambios entre personas. Se trata de una mejora tangible y práctica, que también aumentará la confianza de las empresas”, ha respondido de inmediato la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China a través de un comunicado. Este organismo, que representa a más de 1.700 negocios comunitarios en el país asiático, lleva meses reclamando un mayor compromiso de Pekín con la reapertura, y alertando del riesgo de que las empresas europeas busquen otros destinos. En su último informe, publicado en septiembre, la Cámara recordaba que los pasajeros internacionales permanecían en el segundo trimestre de este año en un 33,7% de sus niveles de 2019. Aunque el organismo acoge con “satisfacción” el anuncio también “espera que pronto se añadan a esta lista más naciones europeas”.
La medida llega cuando se cumple un año del inicio de las protestas de los folios en blanco, en las que jóvenes chinos salieron a las calles a reclamar el fin de la estricta política de covid cero en el país al grito de “¡No queremos PCR, queremos libertad!”. Pekín puso fin a las restricciones sanitarias poco después, a principios de diciembre de 2022; en enero de este año dejó de exigir cuarentenas a los viajeros procedentes del exterior, y en marzo reanudó con normalidad la concesión de visados para solicitar la entrada en el país.
El gesto de China coincide con un incremento en las conexiones aéreas con el extranjero y también con un cambio de ambiente y de tono en la escena internacional. La semana pasada, el presidente chino, Xi Jinping, mantuvo un esperado encuentro con su homólogo estadounidense Joe Biden en San Francisco en el que, aunque sin excesivos resultados tangibles, sí lograron dar muestras de estabilización en las relaciones entre las grandes potencias. La visita de Xi incluyó una cena con líderes de las mayores empresas del país en la que el mandatario chino abogó por “construir más puentes” de cara a “las interacciones entre personas”. “No debemos erigir barreras”, dijo.
En círculos diplomáticos radicados en Pekín reconocen que ese ambiente de distensión también parece flotar ante la cumbre entre China y la UE prevista para principios de diciembre en la capital china y en la que se tratarán asuntos espinosos como el creciente desequilibrio comercial comunitario y la investigación iniciada por Bruselas a las subvenciones chinas al sector del coche eléctrico.
Tras un verano de múltiples noticias económicas negativas —del paro juvenil al consumo estancado—, Pekín ha aprobado diversos paquetes de estímulos para reavivar el maltrecho sector de la vivienda. La economía china recuperó parte del impulso en el tercer trimestre del año y creció un 1,3% respecto al trimestre anterior, colocándose en buena posición para alcanzar el dato de crecimiento de “en torno al 5%” fijado por las autoridades para el 2023.
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