Nadia Calviño, vicepresidenta en modo de espera
La titular de Economía seguirá en el Ejecutivo pendiente de que se resuelva su candidatura al BEI
Nadia Calviño seguirá en el cargo de vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos. Por ahora. Continuará a la espera de que se resuelva su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esta designación, para la que Calviño partía como favorita, se le ha complicado. La danesa y extitular de Competencia en la Comisión Europea, Margrethe V...
Nadia Calviño seguirá en el cargo de vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos. Por ahora. Continuará a la espera de que se resuelva su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esta designación, para la que Calviño partía como favorita, se le ha complicado. La danesa y extitular de Competencia en la Comisión Europea, Margrethe Vestager, es una rival con prestigio y que ha conseguido más apoyos de los países pequeños. Pero Calviño tiene un mayor respaldo entre los Estados grandes. Este hecho podría finalmente brindarle la mano ganadora en la carrera por el puesto. Aunque se espera que pronto se llegue a una decisión, esta todavía podría alargarse. De no conseguir el BEI, surge la posibilidad de que Calviño trate de ser comisaria europea y vaya, por tanto, como candidata a las elecciones europeas. Si bien cabe la opción de que otros nombres del Ejecutivo disputen a Calviño esa salida europea, por ejemplo, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
Calviño ha sido el nombre que el Gobierno siempre ha manejado para cargos internacionales. Ya se postuló para la dirección del FMI. Y para la presidencia del Eurogrupo. Incluso se sondeó la posibilidad de presentarla como candidata a la secretaría general de la OCDE. La vicepresidenta primera ha sido el dique de contención de Podemos y la personificación de la ortodoxia económica. Muchos altos cargos valoran su capacidad para detener, suavizar y limar numerosas iniciativas que procedían del ala más radical y heterodoxa del Ejecutivo. Por ejemplo, el departamento de Calviño rehizo de arriba abajo la reforma laboral del Ministerio de Trabajo. Sin embargo, su posición no siempre ha sido fácil. A veces, el presidente Sánchez ha pactado las medidas directamente con la líder de Sumar, Yolanda Díaz, saltándose el criterio de Calviño. Aun así, es la cara más solvente del Gobierno y una de las ministras mejor valoradas por los votantes. Eso hizo que fuera una de las personas sobre las que más se apoyó la pasada campaña electoral. “O Nadia o nadie”, repetían los socialistas en los mítines.
Exigente, trabajadora, detallista y con una personalidad fuerte, los esfuerzos de Calviño en estos años han sido ingentes para dar respuesta a la pandemia, la crisis inflacionaria y desplegar los fondos europeos y el plan de recuperación. El hecho de que una pata de su ministerio, la de Transformación Digital, haya pasado al hasta ahora ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, da una pista de quién podría sucederle como titular de Economía para viajar a Bruselas y negociar con la Comisión Europea en un momento delicado ante la vuelta de las reglas fiscales. Escrivá abandona la cartera de Seguridad Social para tener, por ahora, solo la de digitalización. Es otro economista con grandes conocimientos técnicos y que podría ejercer el papel de Calviño. La ahora vicepresidenta cuarta y titular de Hacienda, María Jesús Montero, podría ascender al puesto de vicepresidenta primera cuando se marche Calviño. También serviría de muro de contención ante las propuestas de Sumar y tomaría las riendas de las negociaciones en el Parlamento para tramitar las leyes. Los dos, Escrivá y Montero, también aguardan en modo de espera.
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