EL PAÍS

El 10% de los hogares más ricos concentran el 36,7% de la riqueza inmobiliaria, según el Banco de España

Las familias con más patrimonio reúnen en sus manos los activos de mayor rentabilidad y riesgo, según el Banco de España

Hipotecas
Viviendas de nueva construcción en Dos Hermanas, Sevilla.PACO PUENTES

El 10% más acaudalado de España concentra el 36,7% de la riqueza inmobiliaria del país, casi un 40% de los depósitos y el 79% de los fondos de inversión. El 50% de los hogares con menos patrimonio, en cambio, posee menos de un cuarto del valor de la vivienda (el 15,7%) y un 2% de los fondos. Estos datos, relativos a 2022, se refieren a estimaciones elaboradas por el Banco de España en su informe sobre cuentas distributivas, publicado este m...

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El 10% más acaudalado de España concentra el 36,7% de la riqueza inmobiliaria del país, casi un 40% de los depósitos y el 79% de los fondos de inversión. El 50% de los hogares con menos patrimonio, en cambio, posee menos de un cuarto del valor de la vivienda (el 15,7%) y un 2% de los fondos. Estos datos, relativos a 2022, se refieren a estimaciones elaboradas por el Banco de España en su informe sobre cuentas distributivas, publicado este miércoles. En él, el organismo analiza la composición de la riqueza y de la deuda agregadas de las familias entre 2020 y 2022 en función de los distintos tramos de renta y riqueza.

La imagen fija del informe refleja una realidad conocida: las familias de renta más baja y menor riqueza suelen concentrar sus recursos en bienes inmuebles; los más acaudalados tienen buena parte de su fortuna invertida en herramientas financieras de más rentabilidad. Sin embargo, las tendencias en los últimos dos años son variadas. Entre 2020 y 2022, los hogares que se sitúan en el 40% inferior de la renta habrían aumentado su participación en la riqueza en vivienda y fondos, y la habría reducido en depósitos, acciones y en el valor de la deuda para la adquisición de vivienda. El 10% con más renta habría reducido en el mismo periodo su participación en el total de la riqueza en vivienda, fondos de inversión y acciones cotizadas, aumentándola en depósitos y deuda para la adquisición de vivienda. “No obstante, estos hogares poseen un mayor porcentaje de todos los activos y, en especial, los de mayor rentabilidad y riesgo”, remarca el estudio. “Sin embargo, dada la relativamente corta dimensión temporal de las series de microdatos, y que no se han analizado todos los componentes de la riqueza, los resultados deben interpretarse aún con cautela”, alerta.

El artículo, firmado por Lucía Cobreros, de Esade EcPol; y por Marina Gómez-García y Sandra García-Uribe, del Banco de España, considera la riqueza inmobiliaria, por un lado, y por el otro, los activos financieros, que distingue entre depósitos, fondos de inversión y acciones.

Las propiedades inmobiliarias suponen el grueso del total de los activos de los hogares españoles, un 69,5% en 2020. Entre 2011 y 2020, la participación en la riqueza en vivienda del 10% con las mayores rentas subió del 24% al 26,6%, mientras que para el 40% de hogares que se encuentran en el otro extremo se redujo de un 24,5% a un 19,5% en el mismo periodo. La estimación realizada para el periodo 2020-2022, sin embargo, apunta a que la tendencia se habría revertido para este último colectivo, aumentando hasta el 20,1%, frente a una leve reducción del grupo superior de renta en 0,5 puntos.

Si la población se divide en grupos de riqueza neta —una magnitud que incluye, además de la renta, todos los demás bienes y derechos que posee un contribuyente—, el 10% más rico fue aumentando la proporción de su fortuna en vivienda en el periodo 2011-2020, y la redujo ligeramente en los dos años siguientes, hasta el 36,7% arriba mencionado. El 50% menos acaudalado hizo el camino opuesto: su participación en las propiedades inmobiliaria se redujo en la década pasada y volvió a subir para situarse en un porcentaje estimado del 15,7% el año pasado.

Activos financieros

El valor de los depósitos, que en 2020 suponía el 8,6% de la riqueza total de los hogares, habría crecido hasta el 9,6% en 2022, convirtiéndose en uno de los activos que más han crecido en términos nominales en los dos años analizados. En este caso, son los hogares de rentas más elevadas los que más han elevado su participación. En 2022, ostentarían el 30,8% del valor agregado de los depósitos, seis décimas más que en dos años antes. El 40% de menos recursos habría bajado en el mismo periodo en torno a dos décimas, hasta el 15,2%.

Los fondos de inversión están en su casi totalidad en manos de las rentas más altas, aunque habría bajado en los últimos dos años. Entre 2017 y 2020, la participación del decil superior de renta en el valor agregado de estos instrumentos financieros pasó de un 47,2% a un 56,4%; la participación de las dos quintilas inferiores cayó del 11,6% al 6,3% en el mismo periodo. La estimación para el período 2020-2022, sin embargo, sugiere una tendencia opuesta: las familias con menos renta pasarían a tener un 7,4% en 2022 —un aumento de 1,1 puntos—, mientras que el valor de los fondos de inversión en manos de los hogares con más recursos se habría reducido al 55,8%. Por grupos de riqueza, la brecha es aún mayor: en 2022, el informe estima que hasta un 79,2% del valor de los fondos estaría en manos del 10% más rico, frente al 2% poseído por la mitad de la población con menor riqueza neta.

En cuanto a las acciones cotizadas, en 2020 suponían un 2,1% de los activos totales de los hogares. Entre 2020 y 2022, el estudio estima que el 10% de mayor renta redujo su participación —del 66,9% al 65%—, que, sin embargo, sigue siendo mayoritaria. A su vez, en 2022 los hogares del decil superior de riqueza neta acumularían un 86,2% del agregado, mientras que los hogares de la mitad inferior poseerían tan solo el 2%.

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