Los Veintisiete cierran el pacto para acelerar en renovables tras concesiones a la nuclear francesa
España recrimina al país vecino las trabas de último minuto en la negociación. El objetivo vinculante de consumo de energía de origen verde pasa del 32% a 42,5%
Los ministros de Energía han dado este lunes en Luxemburgo su visto bueno final a la revisión de la Directiva de Renovables (RED III) que da un fuerte impulso a las energías renovables, al fijar un objetivo vinculante de consumo de energía renovable en Europa para 2030 de 42,5%, frente al 32% obligatorio marcado hasta ahora.
El acuerdo, que había sido cerrado preliminarmente el viernes entr...
Los ministros de Energía han dado este lunes en Luxemburgo su visto bueno final a la revisión de la Directiva de Renovables (RED III) que da un fuerte impulso a las energías renovables, al fijar un objetivo vinculante de consumo de energía renovable en Europa para 2030 de 42,5%, frente al 32% obligatorio marcado hasta ahora.
El acuerdo, que había sido cerrado preliminarmente el viernes entre embajadores, ha provocado no obstante hasta el último momento la tensión entre varios países en torno a la cuestión de la energía nuclear. Francia, al frente de un grupo de una decena de Estados miembros, celebró haber logrado un mayor reconocimiento en el texto aprobado a la energía nuclear. Mientras, otros países, como Alemania y España, los mayores detractores de equiparar la nuclear a otras energías limpias, manifestaron tanto el fin de semana como este lunes su malestar tanto por el fondo del asunto como por la forma en que París presionó para reabrir un acuerdo ya cerrado en marzo, para forzar su posición.
“La directiva de las renovables estaba cerrada desde hace tres meses, y creo que deberíamos aplicar como buena práctica respetar los acuerdos alcanzados y no reabrir de nuevo estos asuntos”, ha dicho la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a su entrada a la reunión en Luxemburgo. “No es la manera en que creemos que se debe seguir trabajando, ya lo vimos con los motores”, ha agregado en referencia al bloqueo a la ratificación final que impuso Alemania a comienzos de año al acuerdo para acabar con la venta vehículos nuevos de combustión en 2035 hasta que logró incluir una excepción para el combustible sintético. “Nos gustaría ser mucho más escrupulosos con la manera en que se alcanzan los acuerdos”, ha insistido la también ministra de Transición Ecológica.
El acuerdo político tras las negociaciones con el Parlamento Europeo se había alcanzado en marzo y la Eurocámara todavía no lo ha ratificado, cosa que tendrá que hacer ahora con el texto enmendado por Francia. Un extremo inusual a estas alturas de las negociaciones y que, para los detractores de reabrir acuerdos, como España, demuestra que lo que hizo Alemania con los motores ha sentado un peligroso precedente. En cualquier caso, si el Parlamento ratifica la propuesta, la revisión de RED III podrá entrar en vigor.
Esta declara “apropiado incrementar el objetivo de energía renovable de la UE hasta 42,5% para acelerar significativamente el actual ritmo de despliegue de energía renovable”. Para lograr el objetivo de neutralidad climática en 2050 y descarbonizar el sector industrial, agrega el texto —y ahí entra lo que ha conseguido meter Francia— “los Estados miembros deberían poder combinar el uso de fuentes de energía no fósiles [la palabra “nuclear” no aparece en el texto] y fueles renovables de origen no biológico [como el hidrógeno] en el contexto de sus circunstancias nacionales específicas y su mix energético”. En el caso francés, esto se apoya muy mayoritariamente en la energía atómica.
Francia ha preferido pasar por alto su forma de negociar —pese a que en su momento criticó a Alemania por una maniobra similar— y se ha limitado a celebrar un acuerdo que “corresponde a las expectativas” francesas de reconocer la energía nuclear como parte integral de la descarbonización de la energía europea. Así lo ha dado a entender la ministra gala de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher.
“Estamos bastante satisfechos. Francia tiene una posición muy ambiciosa en renovables, pero queríamos asegurarnos de que las soluciones no fósiles fueran reconocidas y también algunas cuestiones específicas del amoniaco”, ha resumido a su llegada a Luxemburgo.
A cambio de aceptar un baremo total más ambicioso de consumo de energía renovable (45%, del que 42,5% es obligatorio y 2,5% orientativo), París logró un reconocimiento de la Comisión Europea sobre la importancia de la energía nuclear en la descarbonización y una derogación para su industria del amoniaco. Pannier-Runacher ha calificado a esta última de “clave” si lo que se busca es “mantener la resiliencia para la alimentación en el contexto de la guerra en Ucrania”. El amoniaco es esencial en la producción de fertilizantes agrícolas, pero depende de la quema de gas y resultaría muy caro adaptar la producción al hidrógeno verde, afirma París. Francia venía advirtiendo de que la industria necesita más espacio para adaptarse y descarbonizarse. Por ello, se ha decidido que “caso por caso” se validarán otros esfuerzos de descarbonización, es decir, con energía atómica, señala Efe.
El acuerdo “no es bonito, pero es asumible”, dijo durante el fin de semana el secretario de Estado alemán de Economía y Acción Climática, Sven Giegold, quien celebró una reforma que implicará, en menos de una década, duplicar la cuota de renovables que, en 2021, apenas llegó al 22%. Para ello, agregó en las redes sociales, los Veintisiete deberán instalar de promedio el equivalente a 17 campos de fútbol de paneles fotovoltaicos al día, 16 aerogeneradores en tierra y otros cuatro marítimos.
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