La junta de Telefónica respalda a Pallete pese a las críticas por los salarios de los directivos
Los accionistas aprueban un nuevo sistema retributivo que prohíbe los bonus extraordinarios para el presidente y el consejero delegado
La junta de accionistas de Telefónica, celebrada este viernes en la sede central de la empresa en Madrid, ha sido más animada de lo esperado. El presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, se ha visto sometido a un doble examen que no esperaba a propósito de sus remuneraciones y de su gestión, que no se ha visto reflejada en el valor de la acción. Un accioni...
La junta de accionistas de Telefónica, celebrada este viernes en la sede central de la empresa en Madrid, ha sido más animada de lo esperado. El presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, se ha visto sometido a un doble examen que no esperaba a propósito de sus remuneraciones y de su gestión, que no se ha visto reflejada en el valor de la acción. Un accionista pidió el cese del ejecutivo al frente de la multinacional. La propuesta, votada por la junta fuera de los puntos del orden del día, fue rechazada abrumadoramente por el 99,97% de los votos, pero supuso un aldabonazo para todo el consejo de administración de la operadora ante un hecho inédito en la historia reciente corporativa del grupo. Ni César Alierta ni el controvertido Juan Villalonga, los dos presidentes anteriores a Pallete después de que la compañía fuera privatizada, tuvieron que pasar por este amargo trámite de que su continuidad fuera sometida a votación.
El accionista Carlos Antonio Gutiérrez Pérez justificó su petición de cese en que desde la llegada de Pallete a la presidencia de la operadora en 2016 han caído los ingresos, el resultado bruto de explotación (ebitda), la cotización de la acción y el dividendo, por lo que no consideraba “ético” los elevados emolumentos del presidente y la cúpula directiva. Por eso, reclamó que devolvieran “los 22 millones de euros que se han repartido” y se congelara el salario “hasta que la acción vuelva a estar como se la encontraron”. Cuando Pallete accedió a la presidencia de Telefónica el 8 de abril de 2016, la acción cotizaba 9,31 euros, frente a los 4 euros a los que cotiza actualmente. En 2022 tampoco le fue muy bien: los títulos se devaluaron un 5% y acabaron el año en 3,38 euros.
Pallete salió del apuro recordando que todas las grandes compañías de telecomunicaciones europeas como Vodafone, Orange o Deutsche Telekom están teniendo una mala evolución en Bolsa debido a la presión inflacionista, las ingentes inversiones que deben hacer y las exigencias regulatorias. Sobre las retribuciones no se pronunció y dejó que contestara el consejero delegado, Ángel Vilà, quien señaló que precisamente se había cambiado la política de retribuciones y se sometía hoy a votación. En efecto, el punto del orden del día más controvertido de la junta celebrada este viernes es el que se refería a la nueva política de remuneraciones de los consejeros y de los principales ejecutivos, a la que los accionistas dieron su visto bueno por el 92,6% de los votos.
El debate sobre las elevadas recompensas a los directivos de las grandes compañías no es nuevo ni atañe solo a Telefónica. Pero los bonus extraordinarios recibidos en 2021 por Pallete (1,92 millones) y Vilà (1,6 millones) -equivalentes a una anualidad completa- elevando a sus retribuciones totales a un nivel récord de 8,7 millones y 6,62 millones, respectivamente, levantaron la oposición de gran parte del accionariado de la operadora. El consejo de administración justificó esa gratificación extra, que se sumaba al salario fijo y al variable, en el cierre de operaciones como las citadas de la fusión de O2 y Virgin Media en Reino Unido o la venta de las torres de Telxius a American Tower.
Algunos proxy advisor, consultoras especialistas en asesorar a los accionistas de las grandes empresas, alertaron que esos bonus extras no se justificaban porque las operaciones son parte de la gestión diaria de los ejecutivos y sus consecuencias ya se reflejan en el sueldo variable y en los planes de incentivos que reciben como la entrega de acciones. Los fondos representados en el capital de la operadora recogieron el guante y manifestaron públicamente su rechazo. Sólo el 53,3% de los accionistas votaron el año pasado a favor del décimo punto del orden del día relativo a la remuneración de los consejeros; el 42,9% votó en contra y otro 3,8% se abstuvo. Un fuerte rechazo si se tiene en cuenta que el resto de los puntos sometidos a votación fue aprobado por más del 99% de los votos.
Para evitar la polémica, la compañía incluyó en el orden del día de la junta de este año eliminar estos incentivos extras. También se mantienen los salarios fijos del presidente y el consejero delegado en 1,9 y 1,6 millones de euros, respectivamente, y se limita, aunque moderadamente, la parte variable. En el caso de Álvarez Pallete y Vilá, el 80% de su remuneración seguirá siendo variable y supondría pagos adicionales de 3,4 y 2,4 millones de euros, en caso de cumplir los objetivos a corto plazo, y de 3,84 millones de euros y 2,89 millones de euros, si se alcanzan las metas a largo plazo. Esto deja los sueldos de los ejecutivos de la firma en 9,14 millones de euros en caso del presidente del operador y 6,89 millones de euros, en el del consejero delegado, en un escenario de cumplimiento completo de todos los objetivos contemplados en sus variables. Asimismo, podrían llegar a alcanzar un sueldo máximo de 10,14 millones de euros y 7,59 millones de euros, respectivamente, en caso de sobrepasar con holgura los objetivos fijados alcanzando un escenario de máximos.
En comparación, el sueldo del ya exconsejero delegado de Vodafone, Nick Read, en su último ejercicio fiscal de 2022 fue de 4,1 millones de libras (4,7 millones de euros); el expresidente de Orange, Stephane Richard, obtuvo 1,9 millones de euros, y el consejero delegado de Deutsche Telekom, Timotheus Höttges, 7 millones de euros.
Los accionistas de Telefónica también refrendaron los 0,30 euros de dividendo a cuenta del ejercicio así como la amortización de 0,43% del capital, que supondrá reducir el capital de la sociedad en 24,77 millones de euros. Además, deberán reeligieron a PricewaterhouseCoopers Auditores (PwC) como auditor de las cuentas del grupo para 2023, así como los puntos preceptivos de aprobación de las cuentas anuales, informe de gestión de 2022.
Discurso oficial
En su discurso oficial, Álvarez-Pallete se ha comprometido a crecer en ingresos en sus cuatro mercados clave (España, Reino Unido, Alemania y Brasil) y a aumentar también en su resultado operativo antes de amortizaciones (Oibda), con la estabilización del Oibda en España a partir de la segunda mitad del año.
Además, ha vuelto a reclamar un cambio en la regulación sobre la compañía, pensada para “un exmonopolio de cobre”. “No se puede regular esta compañía con las reglas de un mundo que ya no existe”, ha señalado, al tiempo que volvía a cargar contra las grandes tecnológicas estadounidense como Google o Facebook para que contribuyan al mantenimiento de las redes.
El directivo ha hecho balance de sus siete años al frente de la compañía y ha destacado el crecimiento en clientes hasta los 383 millones y la remuneración al accionista, que ha superado los 17.300 millones de euros. Además, ha recordado que la compañía ha cerrado operaciones por un valor cercano a los 81.000 millones de euros, que le han permitido reducir su deuda a 23.000 millones de euros, en el mismo periodo en el que ha invertido más de 55.000 millones de euros, con la construcción de cuatro millones de kilómetros de fibra y 115.000 estaciones base de 4G y 5G. Álvarez Pallete también ha hecho alusión durante su discurso al próximo centenario de la compañía, que se celebrará en 2024, y para el que quedan exactamente 384 días, según el directivo. En el turno de preguntas volvió a manifestarse a favor de la fusión entre MásMóvil y Orange, aunque mostró sus dudas de que la Comisión Europea la apruebe sin imponer condiciones.
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