S&P prevé que los tipos de interés bajen en 2024 tras tocar techo este año

La agencia mantiene un crecimiento del 0,9% para la economía española en 2023 y una inflación del 5,1%

Cadena de montaje de la fábrica de Volkswagen en Navarra.

El dinero gratis se ha acabado en la eurozona, y va para largo. Según la firma de calificación de riesgos S&P, el Banco Central Europeo (BCE) llevará la facilidad de depósito a los bancos hasta el 3% —lo que se traduce en un tipo de interés del 3,5%—, y en 2024 comenzará una bajada que se estabilizará en un tipo de “equilibrio”, de entre el 2 y el 2,25%. Así lo ha defendido Marko Mrsnik, director de ratings soberanos de ...

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El dinero gratis se ha acabado en la eurozona, y va para largo. Según la firma de calificación de riesgos S&P, el Banco Central Europeo (BCE) llevará la facilidad de depósito a los bancos hasta el 3% —lo que se traduce en un tipo de interés del 3,5%—, y en 2024 comenzará una bajada que se estabilizará en un tipo de “equilibrio”, de entre el 2 y el 2,25%. Así lo ha defendido Marko Mrsnik, director de ratings soberanos de S&P, en la presentación este jueves en Madrid de sus perspectivas económicas.

Para la economía española, la agencia estadounidense prevé un crecimiento del 0,9% este año, el mejor dato de una eurozona que esquivará por poco la recesión (+0,01%), pero lejos del 2,1% que prevé el Gobierno. Las economías de Alemania e Italia sí que sufrirán una contracción, han apuntado los analistas de la agencia.

Los analistas de la agencia de rating han recordado que, aunque los precios se hayan moderado, la inflación subyacente —que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos, los productos con el precio más volátil— sigue al alza. Para S&P, la media de la tasa de inflación en España será del 5,1% este año, cuatro décimas por debajo que en la zona euro. El año que viene se moderará al 3,4%, y en 2025 será del 3,2%. Estas previsiones son más pesimistas que las publicadas este jueves por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apunta a un 3,7% en 2023, un 2,7% en 2024 y un 2,1% en 2025.

“Los datos de actividad sugieren que las economías de la zona euro son resistentes”, ha señalado Mrsnik. Para el analista, las principales razones son un mercado de trabajo fuerte, que los precios de las materias primas se han ajustado y que los problemas en las cadenas de suministro globales se han suavizado. Además, las reservas de gas exceden hoy el 90% y deberían terminar el invierno por encima del 50%. Una de las claves será la gestión de los fondos de recuperación de la UE. “No todo son malas noticias”, ha apuntado el analista durante la presentación.

Mayor resistencia de la banca

Esta desaceleración no afectará a todos los sectores por igual. Leandro de Torres Zabala, responsable de la firma en España, cree que aquellas empresas que dependen del consumo discrecional o del uso intensivo de energía sufrirán más. Las subidas de tipos también serán clave: perjudicarán a aquellas empresas más endeudadas, que tendrán que pagar más por su financiación, y las pymes, por su mayor “fragilidad”. En el lado opuesto, los grandes beneficiados en España serán los bancos: Luigi Motti, responsable de Análisis de Instituciones Financieras, ha apuntado en la presentación que los márgenes del sector bancario español se podrían situar el año que viene alrededor del 20%.

Los principales riesgos para la economía de la zona euro, advierten desde S&P, son que se contagie de la desaceleración de las economías de China y Estados Unidos —en este último prevé una contracción del 0,1% en 2023—, además de una nueva escalada en la guerra de Ucrania y una subida de los costes de financiación en las empresas más vulnerables.

En el capítulo del déficit fiscal, las previsiones de la agencia de rating son similares a las esgrimidas por el Gobierno: esperan que España cierre el año con un balance negativo del 4% del PIB. Esto es, cinco décimas menos que lo que prevé la Autoridad Fiscal (Airef). “El año pasado ha sido un gran año para las finanzas públicas”, ha recordado director de ratings soberanos de la agencia, que ha advertido de que 2023 será más difícil. Aunque los niveles de deuda son altos, desde S&P defienden que su perfil es favorable: “No prevemos dificultades en términos de financiación: los países se han beneficiado de alargar la vida media de la deuda y eso les permite afrontar subidas de tipos con más comodidad”, ha concluido Mrsnik.

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