El empresariado catalán se moviliza para descabalgar al independentismo de la ‘Cambra’
El exvicepresidente del Barcelona, Emili Rosaud, da pasos para intentar armar una candidatura
El consejero delegado de la comercializadora Factorenergía y exvicepresidente del Futbol Club Barcelona, Emili Rousaud, ha empezado a mover hilos para intentar confeccionar una candidatura a las próximas elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona. Es el primero en hacerlo pero previsiblemente no será el único. Entre parte del empresariado barcelonés y los principales foros económicos hay interés en desbancar de la corporación empresar...
El consejero delegado de la comercializadora Factorenergía y exvicepresidente del Futbol Club Barcelona, Emili Rousaud, ha empezado a mover hilos para intentar confeccionar una candidatura a las próximas elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona. Es el primero en hacerlo pero previsiblemente no será el único. Entre parte del empresariado barcelonés y los principales foros económicos hay interés en desbancar de la corporación empresarial a la plataforma independentista Eines del País, que la controla desde que ganó las elecciones en 2019. A Carles Tusquets, uno de los candidatos que optaron en aquella ocasión, se le ha pedido que vuelva a liderar una lista, pero lo ha descartado.
Las elecciones no tienen todavía fecha. El Gobierno catalán prevé redactar el decreto con su convocatoria —la Cámara es una corporación de derecho público— a principios del próximo mes de enero para que estas se puedan celebrar antes de las vacaciones de verano de 2023, si bien otras fuentes no descartan que los comicios se puedan celebrar en setiembre. La norma que sirvió de marco al proceso electoral de hace tres años ha sido invalidada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sin que haya habido cambios en la institución, presidida por Mònica Roca después de que Joan Canadell, ahora diputado por Junts, dejara el cargo dos años después de asumir la presidencia, tal y como estaba pactado con Eines.
No es la primera vez que Rousaud, que se ha negado a atender a este diario, intenta presidir una institución emblemática. En 2020, después de denunciar la gestión del entonces presidente Josep Maria Bartomeu, hizo un infructuoso intento para intentar ser presidente del Futbol Club Barcelona. Desde Pimec, la patronal catalana de pymes de la que es vicepresidente, afirman que si acaba presentándose a la cámara le apoyarán. Su actual presidente, Antoni Cañete, ganó su cargo en unas elecciones en las que su rival estaba apoyado también por Eines de País, agrupación promovida desde la Assemblea Nacional Catalana (ANC), una de las instituciones que ha convocado en la última década las multitudinarias manifestaciones de la Diada.
La otra patronal catalana, Foment del Treball, también defiende armar una candidatura para la Cambra, aunque fuentes de la patronal lamentan el paso en solitario que está dando Rousaud y abogan por una única lista que aúne todas las fuerzas del empresariado contrario a Eines de País. De hecho, quieren evitar lo que sucedió hace tres años, cuando fue imposible crear una lista única y tres empresarios distintos se enfrentaron a la capacidad de movilización de la plataforma independentista. Fuentes consultadas aseguran que la mejor forma de descabalgar a Eines es asumir su misma estrategia: una candidatura sin ningún presidenciable, que se elegiría una vez ganadas las elecciones.
Foment del Treball y Pimec son dos organizaciones doblemente interesadas en darle un vuelco al gobierno de la Cámara de Comercio de Barcelona. Además de revertir el peso del independentismo en la institución, también fueron muy críticos con los movimientos que realizaron para que la Cambra, una corporación de derecho público, tuviera representación en los órganos de participación institucional de la Generalitat, en los que hasta ahora únicamente han tenido cabida las patronales y sindicatos mayoritarios.
Las relaciones de la gran empresa catalana con la actual presidenta de la Cámara de Comercio, Mònica Roca, y su equipo se han complicado en los últimos meses. El enfado tuvo su máxima expresión en junio pasado. Entonces el pleno, dominado por empresarios independentistas, aprobó modificar el escudo de la institución, que conllevaba acabar con la corona monárquica, y votó a favor de un manifiesto de reconocimiento del Consell de la República, el movimiento político fundado y liderado por el expresident Carles Puigdemont.
En aquella misma reunión se acordó reducir el número de las denominadas sillas de plata, aquellos escaños del pleno que ocupan las empresas que realizan aportaciones económicas para tener representación, una figura con la que se quería contribuir a las maltrechas finanzas de la corporación desde la liberalización de las cotas camerales. Eran inicialmente 14 y serán únicamente dos, lo que generó resquemor entre las empresas afectadas, que consideran un ataque contra las grandes compañías. En aquel momento, las críticas recurrentes de Tusquets en el pleno se vieron acompañadas por las del representante de Criteria Caixa (el brazo inversor de La Caixa), Josep Maria Coronas, quien cargó contra la politización que estaba asumiendo la entidad.
Hay un cambio significativo desde que Eines de País se impusiera en 2019 con el impulso movilizador de la ANC: la fractura en la que está inmerso el independentismo catalán. El mayor ejemplo es la ruptura en el Gobierno catalán, con la reciente salida de Junts, pero también se puede interpretar en las distintas formas de actuar que tienen las dos plataformas civiles que han apoyado el proceso soberanista en la última década, la Assemblea —más próxima a la unilateralidad— y Òmnium. La gran incógnita es si esa crisis puede tener consecuencias en la movilización en las elecciones a la Cámara.