La jueza da a Musk y Twitter hasta el 28 de octubre para que cierren la compra
Suspende el proceso a petición del magnate y con la oposición de la red social para que negocien los flecos pendientes
El desenlace de la rocambolesca operación de compra de Twitter por parte de Elon Musk aún tendrá que esperar. Las dos partes no han sido capaces de ponerse de acuerdo aún tras la propuesta del magnate nacido en Pretoria (Suráfrica) de retomar la operación al precio original de 44.000 millones de dólares. Quedan flecos importantes y como Twitter ya no se fía del multimillonario, no quiere dejar cabos sueltos. Aun así, Musk ha pedido a la jueza que susp...
El desenlace de la rocambolesca operación de compra de Twitter por parte de Elon Musk aún tendrá que esperar. Las dos partes no han sido capaces de ponerse de acuerdo aún tras la propuesta del magnate nacido en Pretoria (Suráfrica) de retomar la operación al precio original de 44.000 millones de dólares. Quedan flecos importantes y como Twitter ya no se fía del multimillonario, no quiere dejar cabos sueltos. Aun así, Musk ha pedido a la jueza que suspenda el proceso y, pese a la oposición de la red social, esta ha accedido. Da tres semanas de plazo a las partes, hasta el 28 de octubre, para que cierren la operación. Si no, habrá juicio en septiembre.
La condición relativa a la financiación y el deseo de los directivos de Twitter de blindarse frente a futuras demandas es lo que separa a las partes. Lo normal es que se llegue a un acuerdo, pero otro giro de guion tampoco está descartado, después de todo lo visto.
En la carta en la que el empresario de 51 años parecía rendirse, se señalaba: “Les escribimos para notificarles que Musk y sus socios tienen la intención de proceder al cierre de la transacción contemplada en el acuerdo de fusión del 25 de abril de 2022, en los términos y con sujeción a las condiciones establecidas en el mismo y a la espera de recibir los fondos de la financiación de la deuda contemplados en el mismo (...)”.
La propuesta, por tanto, parece algo condicionada a la financiación de la operación. Dado que Musk está pagando un precio aparentemente por encima del de mercado, pueden surgir algunos problemas al tratar de lograr los fondos y además es una condición fuera del control de la empresa. ¿Qué pasa su Musk no se esfuerza de verdad por lograr la financiación y lo alega para volver a romper? Twitter no quiere dejar una puerta abierta por la que Musk intente escaparse otra vez de sus obligaciones.
Otro punto de discordia, según han revelado medios financieros, es que Twitter quiere lograr garantías de que con el acuerdo se cierran todos los litigios. No quiere que Musk se haga con la empresa, despida a los actuales directivos y, ya desde dentro, los demande por fraude, por ejemplo.
La red social había demandado a Musk para obligarle a cumplir el acuerdo de compra y las diligencias del proceso avanzaban. La cuenta atrás para el juicio se acercaba a su final. Estaba previsto para el 17 de octubre y antes tenían que prestar declaración el propio Musk y el consejero delegado de Twitter Parag Agrawal. Visto que no se llegaba a un acuerdo, los abogados de Musk han pedido a la jueza la suspensión temporal del proceso. Los de Twitter se han opuesto, porque tener el proceso en marcha era para ellos una forma de presión (y, de nuevo, porque no se fían de Musk).
La jueza de equidad de Delaware que se encarga del caso ha decidido conceder la suspensión, aunque por un plazo corto. Da hasta el 28 de octubre para que se cierre la operación. Si no es así, fijará el juicio para noviembre. Hasta ahora, la jueza se había resistido a los intentos de Musk de dilatar el proceso y posponer el juicio, pero esta vez debe pensar que hay una oportunidad clara para el acuerdo.
Caída en Bolsa
Los inversores tampoco se fían mucho de Musk. Las acciones de Twitter han caído este jueves un 3,7% y cotizan a 49,39 dólares. La oferta del empresario es de 54,20 dólares. Eso deja un margen de supuesta ganancia fácil a corto plazo cercano al 10% si la operación sale bien. Pero, ¿y si no sale?
Después de firmar el acuerdo de compra a mediados de abril, Musk intentó echarse atrás. El magnate envió una carta el 8 de julio diciendo que rompía el acuerdo de compra porque Twitter tenía demasiadas cuentas de usuario falsas, pese a que siempre había dicho que compraba la red social, entre otras cosas, para limpiarla de spam, así que parecía más bien una excusa con la que librarse del acuerdo ante el empeoramiento de las condiciones del mercado. Twitter le demandó para hacer cumplir el acuerdo. La demanda era contundente y la respuesta de los abogados de Musk no resultaba muy convincente.
Con el caso ya abierto en un tribunal de Delaware, al conocer una denuncia de Peiter Zatko, el exjefe de seguridad de la red social, Musk envió una segunda carta de ruptura a finales de agosto en que decía que las revelaciones del antiguo ejecutivo mostraban un incumplimiento de los acuerdos de fusión. Y todavía envió una tercera carta de rescisión al conocer la indemnización de 7,75 millones de dólares por despido que recibió el propio Zatko.
Visto que el juicio no pintaba muy bien para él, los abogados de Musk intentaron llegar a un acuerdo con una rebaja del precio. Twitter se cerró en banda. Entonces el magnate capituló, al menos aparentemente, y retomó la propuesta original. En lo esencial hay acuerdo, pero la letra pequeña aún se resiste.