Vodafone actualizará las tarifas de acuerdo con el IPC a partir de 2023

La operadora revoluciona el mercado con esta medida arriesgada en plena guerra de precios de fibra y móvil por la agresividad de las compañías de bajo coste

Sede de Vodafone en MadridPablo Monge

Vodafone ha decidido dar un golpe encima de la mesa para intentar poner freno a la imparable pérdida de ingresos que sufre año tras año ante la pujanza de las ofertas low cost de fibra y móvil. La operadora ha anunciado este miércoles que a partir de 2023 actualizará automáticamente sus tarifas cada año de acuerdo con la evolución del IPC. La fórmula aplicada será parecida a la que se utiliza para el nuevo cálculo de las pensiones, con el IPC oficial calculado desde octubre del año anterior (2021) hasta septiembre del año en curso (2022).

Durante esta semana, ...

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Vodafone ha decidido dar un golpe encima de la mesa para intentar poner freno a la imparable pérdida de ingresos que sufre año tras año ante la pujanza de las ofertas low cost de fibra y móvil. La operadora ha anunciado este miércoles que a partir de 2023 actualizará automáticamente sus tarifas cada año de acuerdo con la evolución del IPC. La fórmula aplicada será parecida a la que se utiliza para el nuevo cálculo de las pensiones, con el IPC oficial calculado desde octubre del año anterior (2021) hasta septiembre del año en curso (2022).

Durante esta semana, Vodafone, que recientemente renovó su catálogo de planes de tarifas, introducirá esta cláusula en los nuevos contratos y en los próximos meses se lo comunicará gradualmente a los clientes, a partir de septiembre. La implementación de este nuevo modelo en las tarifas tendrá lugar en el primer trimestre del año natural (entre el 1 de enero y el 31 de marzo) a partir de 2023. La medida excluirá a los clientes “financieramente vulnerables” actualmente cubiertos por las tarifas sociales de la operadora. Tampoco afectará a los 1,3 millones de clientes de Lowi, la marca low cost de Vodafone.

La iniciativa forma parte de la estrategia global del grupo británico para contrarrestar el impacto de la inflación en los costes. La empresa ya aplica esta medida en el Reino Unido, y pronto la extenderá a otros mercados. Vodafone España obtuvo en su último año fiscal, cerrado en marzo pasado, unos ingresos de 4.180 millones de euros, un 0,3% más que el ejercicio anterior. “El aumento de los precios al consumidor y el consiguiente aumento encadenado del precio de la energía, los costes, los servicios y los proveedores tienen un claro impacto en el negocio de Vodafone en un contexto de mercado deflacionario que desafía la viabilidad económica necesaria para hacer frente al nuevo ciclo de infraestructura y al aumento de los volúmenes de tráfico y datos”, ha indicado la compañía.

Telefónica y Orange ya incluyen en sus contratos una cláusula con la posibilidad de repercutir el aumento del IPC a los clientes, aunque nunca la han activado. En su lugar, aplican incrementos, generalmente de entre 3 y 5 euros, en sus planes de tarifas convergentes (internet, telefonía fija y móvil), como hicieron a comienzos de este año. La táctica comercial que emplean generalmente es la de aumentar las prestaciones (mayor velocidad en fibra o más bono de datos móviles) a cambio de esos incrementos de precios. Con la medida aplicada por Vodafone, si la inflación rondara el 10% en 2022, teniendo en cuenta la de 2021, la subida para un paquete medio de fibra y móvil de 80 euros sería de entre 6 y 7 euros.

A pesar del fuerte crecimiento interanual en el número de clientes y el consumo de datos por cliente, el sector de las telecomunicaciones es deflacionario desde hace más de una década. Los precios de la telefonía móvil han caído un 32% desde 2008, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), y las operadoras han recortado un 34% sus ingresos en los últimos 10 años, pese a lo cual tienen que hacer frente a inversiones como la nueva red de telefonía 5G.

Con esta medida, Vodafone España lanza un reto valiente pero arriesgado en un mercado de telecomunicaciones dominado crecientemente por los servicios low cost, y bajo la amenaza de una recesión económica el próximo otoño. La efectividad del plan de Vodafone dependerá de la postura que adopten Telefónica y Orange pero, sobre todo, de la reacción de los consumidores que se sienten cada vez más atraídos por compañías como MásMóvil y Digi, cuya oferta se basa en tarifas sencillas y asequibles.

La fuga de clientes desde los tres grandes (Telefónica, Vodafone y Orange) hacia estas compañías es imparable. En el primer semestre de este año, la operadora rumana Digi les arrebató por el procedimiento de la portabilidad (cambio de compañía conservando el número) en torno a 57.000 líneas fijas y 60.000 móviles. Por el contrario, Telefónica se dejó 97.000 líneas fijas y 200.000 móviles; Vodafone perdió 62.000 y 78.000, respectivamente, mientras que Orange ganó 3.500 líneas de fibra y cedió 140.000 de móvil. Unas cifras preocupantes, teniendo en cuenta que se producen año tras año: solo en 2021 Vodafone se dejó cerca de 414.000 líneas, entre fijo y móvil.

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