La OPEP acuerda un aumento mínimo de la producción pese a la presión de los países occidentales
Los países productores incrementarán el suministro en 100.000 barriles a partir de septiembre
Los esfuerzos diplomáticos de Occidente para que los países productores de petróleo aumenten la oferta han tenido escaso premio. La OPEP+, la organización que agrupa a los principales estados exportadores y sus aliados, ha decidido este miércoles elevar el suministro en tan solo 100.000 barriles diarios a partir de septiembre, una de las menores subidas de su historia. La cifra está muy por debajo de los 430.000 de mayo y junio, ...
Los esfuerzos diplomáticos de Occidente para que los países productores de petróleo aumenten la oferta han tenido escaso premio. La OPEP+, la organización que agrupa a los principales estados exportadores y sus aliados, ha decidido este miércoles elevar el suministro en tan solo 100.000 barriles diarios a partir de septiembre, una de las menores subidas de su historia. La cifra está muy por debajo de los 430.000 de mayo y junio, y de los 650.000 de julio y agosto. Tras conocerse la medida, tanto la cotización del barril de crudo brent —de referencia en Europa—, como el west texas estadounidense cortaron las caídas y subían por encima de un 1%, aunque más tarde regresó a pérdidas.
En un comunicado publicado al acabar la reunión, llevada a cabo por videoconferencia, los países productores justificaron el escaso aumento de la oferta con toda una batería de argumentos. Afirman que el exceso de capacidad es ahora mismo limitado, por lo que debe utilizarse “con gran precaución”, guardándose para responder a interrupciones de suministro severas. Y advirtieron de que esa escasez es consecuencia la falta de inversión “crónica” en el sector petróleo. Además, señalaron que los inventarios de petróleo de la OCDE estaban en junio en 2.712 millones de barriles, 163 millones menos que un año antes, y 236 millones por debajo del promedio 2015-2019. Y que las reservas de emergencia están en su nivel más bajo en más de tres décadas.
El resultado es una mala noticia en la lucha por rebajar la inflación, el principal problema de la agenda económica en Europa y Estados Unidos. Antes del encuentro se especulaba con aumentos de entre 300.000 y 400.000 barriles, con lo que las expectativas no se han cumplido. Si los países productores hubieran accedido a reabrir el grifo con más fuerza, el precio del petróleo probablemente habría reculado más, continuando así la tendencia a la baja que ha experimentado en las últimas semanas, gracias a la cual también ha bajado lo que pagan los conductores al repostar. Un barril de brent cuesta hoy 99 dólares, lejos de los 120 que rondaba hace dos meses, poco después de que se anunciara el veto europeo al petróleo ruso.
La importancia que Occidente concede a cada movimientos del cartel de países productores se ha dejado notar recientemente con más intensidad de lo habitual. La semana pasada el presidente francés, Emmanuel Macron, recibió en el Palacio del Elíseo al príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salmán. Y a mediados de julio el presidente estadounidense, Joe Biden, viajó a Arabia Saudí, donde junto al acuerdo para vender misiles norteamericanos por valor de más de 5.000 millones de dólares, también trató de convencer a sus dirigentes de la necesidad de aumentar la producción, un paso que contribuiría a aliviar la alta inflación que la oposición republicana lleva meses utilizando para erosionar su liderazgo. Biden se había mostrado optimista de que se anunciaría un aumento de la producción “en las próximas semanas”, en referencia a la reunión de este miércoles.
El crecimiento en 100.000 barriles, en torno al 0,1% de la demanda global, no llega a lo esperado, pero eso no implica que el precio del petróleo vaya a iniciar ahora una remontada hacia niveles máximos: el temor a una recesión en plena subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales, la debilidad de China tras meses de estrictos confinamientos por la pandemia, y los últimos datos sobre pedidos industriales hablan de que como mínimo se está produciendo una ralentización global, lo cual está empujando a la baja la cotización del barril, dado que si la economía se enfría, también lo hace la demanda de petróleo.